lunes, 28 de octubre de 2024

MAGNA MARIANA JEREZ 2024 (30): MARÍA SANTÍSIMA DE LA ENCARNACIÓN


¿Qué se puede decir del siguiente paso de palio que nos encontramos por las calles? María Santísima de la Encarnación, Hermandad del Santo Crucifijo. Y con banda de música. Dejaba atrás el barrio de San Pedro la dolorosa de Antonio Castillo Lastrucci, tallada en 1929, y regresaba a casa por la estrechez de la calle Prieta hacia Medina, donde instantes antes unos policías locales advertían a unos jóvenes venidos de fuera que para localizar los pasos que seguían en las calles no hicieran caso a los horarios oficiales, que ya servían para bien poco.
Cuenta el paso de la Encarnación con unos bordados de Juan Manuel Rodríguez Ojeda completamente característicos de su genio creativo; a excepción de los faldones, que son de Carrasquilla. En cuanto a la orfebrería, combina el trabajo de Eduardo Seco y el de su sobrino Manuel Seco Velasco. Y la corona de la Virgen es de Marmolejo.
Asimismo, hay que mencionar el estreno de una media luna bendecida la tarde anterior, realizada en plata de ley por Antonio García Falla, que pertenece a la hermandad, y que ha sido donada por un grupo de hermanos del Santo Crucifijo.
Hasta aquí los datos. Ahora las sensaciones. Impresionante el caminar de la Virgen de la Encarnación, el sonido de las caídas golpeando los varales, el olor de la cera quemándose, la estampa del rostro de la dolorosa, una de las primeras de Lastrucci, con el reflejo de las llamas de los cirios reflejando en él su inquieto movimiento... Y el carácter extraordinario, como correspondía a esta Magna Mariana, lo puso la música, que chocaba mucho en un paso de palio que estamos acostumbrados a contemplar en silencio.
Fue la Banda de Música de la Cruz Roja la elegida por la hermandad para una ocasión tan especial. La banda tuvo además el detalle de estrenar detrás del paso de la Encarnación la marcha "Saetas", una composición de Manuel Borrego de casi noventa años de antigüedad, pero que nunca ha sido interpretada en la calle. Fue en Jerez, en la Magna y tras un palio que en Semana Santa va en completo silencio. Dato para la historia.
Siguiendo con el aspecto musical, la Virgen de la Encarnación salió de la calle Prieta a los sones de "La Esperanza de Triana", alcanzando la calle Medina, en la que el paso de palio se detuvo, para luego girar a tambor a Bodegas. Nada más girar se volvió a parar, siguiendo después su caminar a los sones de "Cristo del Buen Fin".
En su regreso a la Parroquia de San Miguel, la Virgen de la Encarnación, que había recibido alguna petalada en la primera parte de su recorrido, con el sol iluminándola como nunca ocurre, pasó por Unión, plaza Esteve, Corredera, Arenal, Caballeros, San Pablo y San Miguel, finalizando así una salida procesional que será recordada durante muchos años entre los cofrades del Santo Crucifijo de la Salud. Y entre quienes, sin serlo, disfrutaron, como siempre y como nunca, caminando junto a esta dolorosa en una noche de otoño.

























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