María Santísima del Rosario, de la Iglesia de Santa Catalina, estuvo expuesta en besamanos el pasado viernes, como lo estará también este lunes, día de su festividad. La imagen se situó para ello en el altar mayor del templo, vestida con un manto de brocado de color salmón y una saya blanca con bordados en oro, así como un cíngulo y una toca de sobremanto de tul.
Junto a sus habituales enseres de orfebrería, tales como la corona, el cetro, la ráfaga y la media luna, la Virgen del Rosario, elevada sobre parte de la peana procesional de la Virgen del Carmen, presentaba diversos estrenos para su ajuar, como un juego de pendientes antiguos, un alfiler de plata sobredorada con el emblema de la reina Isabel II y una cadena con el nombre de Jesús, todo ello donado por diversos hermanos.
Por supuesto, no faltaban los rosarios, uno en la mano izquierda de la Virgen y el otro sujeto con las dos manos por el Niño Jesús, que además tenía el orbe de orfebrería en la izquierda. Además, la Virgen del Rosario contaba con la medalla de la Real Liga Naval Española en la cintura.
Finalmente, hay que mencionar que flanqueando a la Virgen había dos parejas de blandones dorados de gran tamaño, y entre cada pareja una pequeña columna de fuste acanalado con una jarra dorada con lilium y gladiolos de color blanco.
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