La Hermandad de Humildad y Paciencia habría querido participar en la Magna Mariana de Jerez, pero finalmente desistió al no encontrar un paso de palio en el que hacerlo. Pero, pese a ello, quiso exponer en besamanos extraordinario a su dolorosa, María Santísima de la Trinidad, acompañada de San Juan Evangelista; un conjunto escultórico de Ramón Cuenca bendecido en enero del año pasado y que supone una de las mejores novedades de imaginería incorporadas a las cofradías jerezanas.
Para este besamanos, que se desarrolló durante toda la jornada del viernes antes de la Magna y durante la mañana del sábado, la Virgen y San Juan fueron ubicados en el centro de la Iglesia de la Santísima Trinidad, muy cerca de la hornacina que ocupa el Cristo de Humildad y Paciencia. Esteban elevadas las imágenes sobre una sencilla peana de madera dorada y la dolorosa contó con la cesión de un manto de Nuestra Señora de la Piedad, de la jerezana Hermandad del Santo Entierro. Además, llevaba una saya blanca con decoración floral y una mantilla a modo de toca.
Las joyas que tenía la Virgen de la Trinidad eran la corona y un puñal de plata, así como un broche en el pecherín. Por otro lado, portaba dos rosarios en la mano derecha, uno de ellos con la cruz trinitaria, mientras que la izquierda la posaba sobre la misma mano del Evangelista.
El espacio que ocupaban la Virgen y San Juan lo delimitaban unas alfombras, sobre las que se colocaron cuatro jarras con claveles blancos situadas sobre sendas columnas de madera en su color y fuste salomónico. También veíamos seis candeleros con cera blanca, tres a cada lado, y dos candelabros detrás en columnas de planta octogonal.
Finalmente, hay que señalar que al fondo, en el lado izquierdo del templo, donde se encuentran habitualmente la dolorosa y el Evangelista, estaban el guión corporativo y la bandera trinitaria.
No hay comentarios:
Publicar un comentario