El Convento de las Hermanas de la Cruz de Jerez volvió a acoger el besamanos a María Santísima del Consuelo, cuya hermandad tiene en él su sede provisional desde el 30 de agosto de 2019 (ver). Así, la dolorosa recibió a los devotos en la capilla del cenobio, ante una de las réplicas del Cristo de la Defensión que hiciera el escultor Francisco Pinto Berraquero.
La dolorosa se dispuso sobre una peana de madera dorada, encima de la cual había otra más pequeña de plata con una media luna. Y también sobre la peana se colocaron dos relicarios. Para este besamanos, la Virgen del Consuelo estaba vestida con un manto azul de raso con las vistas bordadas, saya de terciopelo burdeos y fajín rojo.
Sobre la cabeza tenía su corona de salida, mientras que en el pecherín se veían un puñal de grandes dimensiones, una cruz colgando de una larga cadena y algún broche. En cada mano sostenía un rosario, mientras que otro más como el de la seguidoras de Santa Ángela de la Cruz lo llevaba colgando del fajín. La mano que ofrecía a los devotos para el beso era la derecha.
Cuatro altos blandones dorados con cirios blancos abrazados por cera rizada flanqueaban a la dolorosa de Pedro Ramírez Pazos, y entre cada pareja de blandones se ubicaba una mesa de madera dorada. Cada una contenía un candelabro de cristal, dos candeleros dorados, dos ángeles y diversas flores. Y más atrás, sobre pies de base cuadrada de color rojo, veíamos dos candelabros más y dos jarras con más flores de distintas tonalidades.
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