La Hermandad de la Exaltación celebró el pasado viernes el rezo del vía crucis por algunas de las calles de la feligresía de San Román y Santa Catalina; un culto externo que se viene realizando desde 2019, ya que hasta entonces era interno.
Se trató de un vía crucis breve en cuanto a recorrido, ya que, tras salir a las ocho de la tarde desde Santa Catalina, buscó la plaza de los Terceros y Bustos Tavera, pasando ante la Hermandad de la Mortaja, tomó luego Peñuelas hasta San Román, y regresó por la calle Sol, pasando ante el templo de Los Terceros, donde recibieron al Cristo de la Exaltación las hermandades de la Cena y las Cigarreras.
El crucificado de Pedro Roldán fue llevado en unas andas que lo mantenían a gran altura en la parte de los brazos, y que en la base de la cruz contaba con un exorno floral de distintas especies de color morado.
El párroco de San Román y Santa Catalina, Francisco José Blanc, fue tras el Cristo durante todo el recorrido, que finalizó con las últimas estaciones en el interior de Santa Catalina; la penúltima ante el altar mayor y la última en la capilla de la hermandad, donde quedó definitivamente detenido. Ya cerrada la iglesia, se procedió a subir al Cristo a su paso a la espera de la llegada de un nuevo Jueves Santo, que verá a dos corporaciones de la jornada saliendo de la misma feligresía.
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