La Hermandad de la Sagrada Lanzada de Jerez celebró este cuarto domingo de Cuaresma el besapié a su crucificado titular y el besamanos a María Santísima de Gracia y Esperanza, estando el Cristo en el presbiterio de la Basílica del Carmen y la dolorosa en la capilla que ocupa la hermandad a los pies de la nave de la Epístola.
El Cristo de la Lanzada se encontraba tumbado entre cuatro blandones con cera color tiniebla y dos jarras sobre altos pies de base cuadrada con rosas de color rosa, flores también presentes en un centro junto a la base de la cruz. Sobre la cabeza lucía sus potencias de salida, además de la corona de espinas.
Por su parte, la Virgen de Gracia y Esperanza se expuso en besamanos ante el retablo de la hermandad, sobre una peana y vestida con un conjunto de manto y saya de terciopelo azul bordados en oro.
Llevaba un tocado de encaje dorado y un fajín rojo con borlones dorados. En el pecherín tenía un puñal, un corazón flameante, un conjunto de tres broches en forma de estrella y un pequeño broche más colocado cerca del cuello. En cada mano sujetaba un rosario, en la derecha también un pañuelo y era la izquierda la que ofrecía a los devotos.
Alrededor de la dolorosa había dos pequeños candelabros plateados con cinco velas blancas cada uno sobre pies de base cuadrada, y cuatro floreros con claveles rosas encima de columnas de madera dorada. Y al fondo, entre candeleros y altos candelabros dorados, se dispuso la bandera celeste del cortejo de la cofradía.
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