Será uno de los más destacados estrenos de la próxima Semana Santa: la restauración del manto de Nuestra Señora de Loreto en el taller de Jesús Rosado, quien durante dos años ha estado trabajando en una complicada labor de restauración similar a la que ya practicó sobre el manto de la Virgen de las Lágrimas.
Con este motivo, la Hermandad de San Isidoro organizó la exposición "Loreto, la Domus Aurea restaurada", que hasta ayer pudo verse en el Salón del Apeadero del Ayuntamiento de Sevilla, donde se mostró un buen número de enseres del paso de palio y del ajuar de la propia dolorosa.
Obivamente, la pieza central era el manto, realizado en 1930 por las hermanas Pilar y Amalia Granado Vázquez, según diseño de Francisco Ruiz Rodríguez, el conocido Curro el Dorador, que era el mayordomo de la cofradía. Para la concienzuda restauración, se ha utilizado hilo de oro de Casa Monfort de Barcelona, mientras que el tejido, que es totamente nuevo, es tisú de la Casa Garín 1820 de Moncada (Valencia). Observando de cerca el manto se pudo comprobar que hay piezas que se han podido restaurar, mientras que otras ha habido que rehacerlas con hilo nuevo.
De los bordados del palio también se expuso el techo, la primera pieza diseñada por Curro el Dorador. Para él se inspiró en el tapiz de estilo persa llamado "Terliz de Montería" de la Catedral que en 1929 se encontraba expuesto en el Pabellón de Arte Antiguo (el Museo Arqueológico en la actualidad) de la Exposición Iberoamericana.
El taller de Jesús Rosado ha confeccionado unos nuevos faldones de terciopelo azul marino con broches inspirados en las caídas del palio. El frontal de estos faldones se exponía junto a parte de la rica orfebrería de este paso, diseñada por Joaquín Castilla y realizada por Manuel Seco Velasco en los años 40. En concreto, se pudieron ver los respiraderos, algunas jarras y el llamador, además de la miniatura de San Isidoro, de Fernando Marmolejo (1976) que se sitúa en el entrecalle.
Siguiendo con la orfebrería, aunque ya centrándonos en el ajuar de la Virgen de Loreto, se expusieron la antigua corona de salida, realizada en plata dorada en el siglo XIX por un autor desconocido, y la actual, ofrendada por el ministro del Aire, Eduardo González Gallarza, en nombre del Cuerpo de Aviación en 1950 e impuesta por el Cardenal Pedro Segura. La realizó en plata dorada Manuel Seco Velasco.
Por otra parte, flanqueando al manto se ubicaron dos sayas de salida: una de las Hermanas Granado de 1931, realizada en tisú dorado e hilo metálico dorado, y la otra de Manuel Solano realizada en 2008 bordada en oro sobre tisú de plata.
No podía faltar en esta exposición el conocidísimo emblema del Plus Ultra, la miniatura que representa al avión que cruzó el Atlántico desde Palos de Moguer hasta Buenos Aires entre los días 22 de enero y 10 de febrero de 1926. Uno de los pilotos, Ramón Franco, ofrendó el pequeño avioncito a la Virgen, cuya advocación fue nombrada patrona de los Ejércitos del Aire por el Papa Benedicto XV en 1920. Los cuatro pilotos de este vuelo, cuyos nombres están inscritos en la insignia, eran, además de Ramón Franco, Julio Ruiz de Alda, Juan Manuel Durán y Pablo Rada.
Junto al Plus Ultra, en una de las vitrinas de la exposición se pudieron contemplar dos puñales de salida de Manuel Seco con otros tantos pañuelos, un cíngulo de salida de las Hermanas Granado (1931) y una medalla de la Virgen de los Reyes de autor anónimo (1935).
Finalmente, en una segunda vitrina se expuso el fajín de teniente general donado el 19 de octubre de 2011 por José Jiménez Ruiz, jefe del Estado Mayor del Ejército del Aire, dos cíngulos realizados por Manuel Solano, dos pañuelos de encaje y diferentes emblemas militares, broches y medallas.
Sin lugar a dudas, existe en la Semana Santa de Sevilla de los últimos tiempos un fervor expositivo considerable. Es algo muy bueno, no siempre se tiene la oportunidad de ver tan de cerca esos elementos secundarios de una procesión y que son la mayor parte de las veces verdaderas obras de arte. Un saludo.
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