miércoles, 13 de mayo de 2015

LA REINA DE LA COSTANILLA RECORRIÓ LA FELIGRESÍA DE SAN ISIDORO


Este domingo tuvo lugar la salida procesional de la Virgen de la Salud de San Isidoro, una de las procesiones de gloria más clásicas y seguidas año tras año. A las siete y media de la tarde se abrían las puertas de la Parroquia y se colocaban las pequeñas rampas de madera para facilitar la salida del paso en la calle Luchana, donde había una colgadura de lado a lado en la que podía leerse "Fuente inagotable de dulzura y bondad", con la imagen del Niño Jesús en el centro.
La cruz alzada y los ciriales encabezaban el cortejo. A continuación, iban varios niños de la hermandad con cirios y el bellísimo simpecado de la cofradía. Había algunos tramos más de hermanos con cirios separados por el libro de reglas y los estandartes corporativos de la Hermandad de San Isidoro y de la propia Hermandad de la Salud.






Pronto, tras el cuerpo de acólitos, apareció el paso de la Virgen de la Salud, del que destacaba la reciente restauración del dorado, aunque aún quedan algunas partes, como los respiraderos laterales, sobre las que también hay que actuar.
La Reina de la Costanilla se ha presentado este año sobre su paso vestida con el manto celeste de cintas y toca de sobremanto, mientras que el Niño Jesús llevaba un trajecito de color rojo. En cuanto al exorno floral, estaba compuesto íntegramente por azucenas.
La Sociedad Filarmónica Nuestra Señora del Carmen de Salteras se encargó del acompañamiento musical tras la Virgen de la Salud. En el momento de la salida, tras el Himno Nacional, interpretó "Coronación de la Macarena", con la que el paso recorrió la calle Luchana hasta la esquina con la Cuesta del Rosario.

















La segunda chicotá en la calle de la Virgen de la Salud la llevó de la sombra de Luchana al intenso sol que caía poco a poco al final de la Cuesta del Rosario. La Banda del Carmen tocó en la revirá "Virgen de los Estudiantes", a la que seguiría después "Esperanza Macarena".
Poco antes de llegar a la Plaza de la Pescadería, en la misma cuesta, la Virgen recibió una espectacular petalada que sorprendió a todos los presentes y alfombró de forma muy tupida los alrededores del paso. Después, la Virgen de la Salud bajó por completo la Cuesta del Rosario y la calle Villegas con la composición "La Esperanza de Triana", de Farfán.









































Culminada la bajada de la Cuesta del Rosario y de Villegas, la Virgen de la Salud alcanzó la Plaza del Salvador, a la que llegó mientras la banda interpretada "El Corpus", lo que hizo recordar el pasado Jueves Santo, cuando en ese mismo punto y en ese mismo giro, sonó esa composición tras el paso de palio de la Virgen de los Ángeles en el nuevo itinerario que ha seguido este año la Hermandad de los Negritos.
Frente al monumento a Juan Martínez Montañés, volvió a repetirse la misma escena de cada año, cuando el paso se acercó hasta uno de los balcones de la residencia del antiguo Hospital de Nuestra Señora de la Paz, desde el que dos ancianos se afanaron en arrojar pétalos sobre la Virgen de la Salud sacándolos de sencillas bolsas de plástico. Una humilde, pero llena de ternura, muestra de devoción.

























A partir de ahí, la Virgen de la Salud, que se alejó buscando la calle Córdoba a los sones de "Macarena", de Emilio Cebrián, seguiría hacia la zona de la Alfalfa, su barrio, para completar una procesión quizá demasiado breve, de poco más de tres horas, que siempre sabe a poco.





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