lunes, 19 de junio de 2017

CORPUS 2017: LA VUELTA A SAN JULIÁN DE LA VIRGEN DE LA HINIESTA GLORIOSA


El jueves de Corpus se acercaba a su fin y lo hacía con la Virgen de la Hiniesta Gloriosa, que si el miércoles se trasladaba de San Julián a la Plaza de San Francisco, ahora tenía que realizar el recorrido inverso para volver a su templo tras más de un día en la calle.
Entre las insignias que formaron parte de este traslado había una diferencia respecto al del día anterior, ya que la réplica del pendón de la ciudad ahora no estaba, mientras que sí que acompañó a la Hiniesta la Hermandad del Rosario de San Julián con su estandarte corporativo. En concreto, vimos la cruz de guía entre sus faroles de acompañamiento, el guión del grupo joven, el guión de la Coronación Canónica y los estandartes del Rosario y de la propia Hermandad de la Hiniesta, todo ello entre hermanos con cirios.






La Banda del Carmen de Salteras estaba preparada en el lado derecho de la fachada del Ayuntamiento, hacia el que iba a bajar el paso de la Hiniesta, con los Ariza como perfectos guías de los costaleros. Rafael Ariza les dio las últimas recomendaciones y tocó el llamador; el paso se levantó a pulso y comenzó a sonar "Hiniesta Coronada", marcha engarzada después con "La Estrella Sublime", mientras el paso bajaba la larga rampa hasta el pavimento.
La siguiente marcha que se pudo escuchar fue "El Corpus", con la Hiniesta avanzando ahora hacia la parte central de la plaza para pasar por debajo de una de las portadas, la situada mirando a la calle Sierpes. Así fue cómo se pudo ver a la Hiniesta "saliendo" de San Gonzalo en el inicio de su itinerario de vuelta a casa.
Desde la Plaza de San Francisco, el paso siguió por Francisco Bruna y Entrecárceles a los sones de "Virgen de las Aguas", mientras que después, a buen ritmo, pasó por la Plaza del Salvador hacia Villegas y la Cuesta del Rosario con "Aniversario en San Julián".
Tras subir la cuesta, el paso de la Hiniesta, con las mismas flores del día anterior, incluyendo el ramo regalado por la Hermandad de los Servitas al pasar ante su puerta, giró a la Plaza de la Pescadería y alcanzó la calle Ángel María Camacho con la marcha "Madre Hiniesta".
Finalizada esta chicotá, Rafael Ariza dedicó la siguiente levantá a Ramón Castro, quien fuera hermano mayor de la Candelaria y capataz, que estaba viendo a la Hiniesta en este lugar. Y tras recorrer la Plaza de la Alfalfa con "Madrugá Macarena", con el paso ya orientado a la calle San Juan hubo otra dedicatoria, en este caso con el hermano mayor de la Carretería, Félix Mezquita, presente. "Por la Hermandad de la Carretería, por sus hermanos y su junta de gobierno", dijo Ariza, tras lo que se pudo escuchar a un costalero decir "buena hermandad".













































Desde San Juan hasta el inicio de Sales y Ferré, pasando por un pequeño tramo de Boteros, la Virgen de la Hiniesta discurrió a los sones de “Rocío”, saliendo después a la Plaza del Cristo de Burgos con “Hiniesta”, de Peralto.
Por donde horas antes había pasado el Señor de la Cena con la marcha “Macarena”, pasó después la Hiniesta con “Triana de Esperanza”, haciendo que de alguna manera las dos Esperanzas de la Madrugá estuvieran, al menos musicalmente, por las inmediaciones de San Pedro en este jueves de Corpus.
Ya en la calle Doña María Coronel, por donde la Hiniesta seguía avanzando a un ritmo bastante ágil, la Banda del Carmen interpretaría para Ella “Pasan los campanilleros”. Tras una larga chicotá, el paso llegó a superar el cruce con la calle Gerona. En dicho punto, tuvo lugar una levantá que dio un pequeño susto, ya que el pináculo que remata la esquina trasera izquierda se cayó al suelo, rebotando previamente en el propio paso. El capataz mandó de nuevo detenerse el paso, un miembro de la hermandad subió a colocar este adorno y aprovechó para apretar también el pináculo del otro lado para prevenir. "Menos mal que no le ha caído a nadie en la cabeza", se oyó entre los presentes.























"Virgen de la Palma" fue la marcha escogida para que la Hiniesta continuara su camino por Doña María Coronel, en uno de cuyos balcones estaba el que fuera pregonero de la Semana Santa del año 2000, Joaquín Caro Romero, alcanzando después de una petalada la calle Bustos Tavera a los sones de "Como tú ninguna", y siguiendo luego con "Esperanza".
A continuación, el paso llegó a tambor hasta San Marcos y se giró ante la puerta ojival dentada que caracteriza a la fachada de este templo mudéjar. Tras detenerse, el capataz pidió a sus costaleros que hicieran la levantá "por la Parroquia de San Marcos y su feligresía, y por el padre Isaac, para que siga realizando una labor tan buena".
Para seguir su camino, sonó tras el paso de la Hiniesta la marcha "Y en Triana, la O", que duró hasta girar hacia la calle Vergara. En la misma esquina se detuvo el paso y después se levantó por una mujer que, muy emocionada, estaba delante de él. Dijo el capataz: "Por Angelita, que la Virgen de la Hiniesta le dé mucha salud y la proteja siempre". El paso se levantó y comenzó a andar, quedándose Angelita llorando agradecida y agarrando uno de los gladiolos que adornaban las esquinas y que le ofreció uno de los hermanos.
Con la marcha "Pastora de Capuchinos", la Hiniesta siguió hasta llegar a la calle que lleva su nombre y se detuvo junto al Convento de Santa Isabel, donde las religiosas filipenses le cantaron la Salve antes de marcharse con "Aniversario Macareno". Afrontó a partir de aquí el paso los callejones finales del itinerario que, en realidad, son tan sólo tres en el nomenclátor de la ciudad: Hiniesta, Lira y Duque Cornejo, aunque son unas pocas más las estrechas esquinas por las que cada año discurre no sólo la Hiniesta Gloriosa, sino también en la noche del Domingo de Ramos la cofradía penitencial.
Diferentes marchas se fueron sucediendo por estos callejones, siendo la primera de ellas "Madre de los Gitanos Coronada", precisamente a la altura de una vivienda con un azulejo del Señor de la Salud de la hermandad que cierra la Madrugá.
Después sonaron enlazadas "Hiniesta de San Julián" y "Coronación de la Macarena", con las que la Hiniesta llegó hasta la calle Lira. Tras una parada, se dedicó una levantá a Juan José García Ciudad, hermano de la Hiniesta que tenía unas muletas. "Que la Virgen le dé salud y le ayude en su recuperación", dijo el capataz. A continuación, el paso continuó con "Azul y plata", hubo una levantá por los propios costaleros y sus familias, y después siguió con "Salve Hiniesta", marcha en este punto no acompañada por la letra cantada que tiene esta composición.
En la última recta de la calle Lira se encontraba viendo a la Hiniesta el hermano mayor de San Benito, José Luis Maestre Salcedo, dedicándole el capataz a dicha hermandad y a su junta de gobierno la siguiente levantá. Después, el paso siguió con "Madre Hiniesta" y giró a Duque Cornejo con "María Santísima de la Hiniesta".



































El traslado de vuelta a San Julián estaba a punto de concluir. Unos golpes en la puerta ojival hicieron que se abriera para dejar entrar a la cruz de guía, mientras por Duque Cornejo avanzaba la Hiniesta a los sones de “La Estrella Sublime”, con la que llegó a girar hacia San Julián recibiendo antes una gran petalada en la misma esquina entre ambas calles.
Después, la última marcha, que también había sido la primera, fue “Hiniesta Coronada”, con la que el paso terminó de acercarse a la altura de la puerta del templo y se colocó mirando hacia el Convento de San Cayetano, donde varias monjas y algunos ancianos asistían a los últimos instantes de la procesión.
Rafael Ariza dedicó a los costaleros la última levantá de la Hiniesta Gloriosa y un costalero desde debajo del paso añadió: “y por la madre de nuestro compañero Joaquín”. Seguidamente, sin que la Banda del Carmen tocara y con el acompañamiento de las campanas de San Julián, la Virgen se fue acercando a la ojiva para realizar la entrada, tras la que la banda interpretó el Himno Nacional cuando faltaban nueve minutos para las doce de la noche, hora prevista inicialmente para que entrase el paso.











Una vez dentro, el paso fue ubicado ante la puerta lateral del templo, en la nave de la Epístola, junto a la imagen de Santa María Magdalena. A continuación, tomó la palabra el hermano mayor, José Antonio Romero, quien agradeció la participación de todos los hermanos y el acompañamiento de la Hermandad del Rosario de San Julián en esta salida de la Hiniesta Gloriosa con motivo del Corpus Christi. “Como hermano mayor, fue un orgullo ver ayer cómo fue la Hiniesta hasta el Ayuntamiento en olor de multitud y cómo ha vuelto hoy, siempre arropada por mucha gente”.
Un Padre Nuestro por los hermanos enfermos y difuntos, y una Salve a la Virgen de la Hiniesta en acción de gracias pusieron el punto final a dos días en los que Sevilla estuvo con su “Patrona y Bienechora”.


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