domingo, 16 de septiembre de 2018

LA TORMENTA DEJA AL CERRO SIN VER A LA VIRGEN DE LOS DOLORES POR SUS CALLES


No pudo ser. El barrio del Cerro del Águila se quedó este sábado sin el que estaba llamado a ser un día grande; de ésos que se anotan en rojo en los anales de la historia de una hermandad. La Virgen de los Dolores no pudo pasearse por las calles de sus vecinos para celebrar el LXXV aniversario de la creación de la parroquia a la que da nombre, la que vertebra y une a todo un barrio.
La tormenta de la tarde del viernes puso en alerta a los devotos, aunque también se confiaba en que ésa fuera la que las predicciones meteorológicas vaticinaban para el sábado. Incluso el día grande tuvo una mañana y primeras horas de la tarde de sol y de calor. Con optimismo se vivió la función solemne que a la una de la tarde presidió en la parroquia el obispo auxiliar, Santiago Gómez Sierra. Y en las calles, las colgaduras y banderolas que el fuerte viento de la tormenta del viernes tiró al suelo estaban de nuevo en su sitio, perfectamente dispuestas para la salida extraordinaria.
Sin embargo, cuanto más cerca estaban las siete y media de la tarde, hora prevista para la salida, más se vislumbraba un cambio de tiempo: algunas nubes primero inocentes escondían de tanto en tanto al sol, una ligera brisa volvía a mover los adornos de las calles, el ambiente parecía irse refrescando...
A eso de las siete y cuarto se acercaba a la parroquia por la calle Nuestra Señora de los Dolores la Banda de Cornetas y Tambores del Sol, que iba a abrir el cortejo, tocando una composición de pasacalles entre los aplausos de las personas que estaban a las puertas del templo. Sin embargo, un hermano desde la misma puerta hizo señas a la banda para que se detuviera. Instantes después se informó a los músicos y a todo el mundo a través de las redes sociales de la primera decisión tomada tras consultar a los servicios meteorológicos: retrasar en una hora la salida.
Así las cosas, tocaba esperar al menos hasta las ocho y media. Una tormenta se acercaba y, efectivamente, lo que empezó a caer a eso de las ocho no fue una simple lluvia, sino toda una señora tormenta con una gran cantidad de rayos y bastante más agua de la caída el día anterior.
Cumplida la hora de espera... tocaba seguir esperando. Otra hora más. Confiando en las previsiones que indicaban mejoría tras el paso del frente que en ese momento estaba sobre Sevilla, la hermandad decide esperar a las nueve y media.
Pero el frente no se iba. La intensidad de la lluvia iba remitiendo, sí, pero no dejaba de llover en ningún momento. Y a esa hora, las nueve y media, todavía se veían relámpagos y se oía algún trueno en el cielo. No cabía más opción. Cuando la Virgen de los Dolores debía llevar ya dos horas en las calles, la junta de gobierno del Cerro decidió rendirse a la evidencia y la salida extraordinaria, en la que no olvidemos que la dolorosa iba a ir sin palio y con el manto prestado por la Hermandad de San Bernardo, fue definitivamente suspendida.
La esperanza por una mejora meteorológica que no llegó a tiempo dio paso a las lágrimas y la desilusión en las caras de muchos vecinos y devotos. Para compensar el disgusto, la hermandad y la parroquia decidieron mantener las puertas abiertas hasta las once y media de la noche para que todos los que quisieran pudieran ver a la Virgen de los Dolores en el paso, con la candelería completamente encendida y con un exorno floral compuesto de gladiolos, nardos, lisiantum y claveles, todo ello de color blanco.
No pudo celebrar el Cerro en las calles los 75 años de su parroquia, ni rememorar aquellas salidas septembrinas anteriores a la conversión penitencial de la hermandad, ni pasear a su Virgen con la joya del manto del Refugio de San Bernardo. Pero el Cerro del Águila sabrá sobreponerse a la puntual desilusión. Ya queda menos para el próximo Martes Santo, que también marcará un antes y un después en la historia de la hermandad, por primera vez con tres pasos en su cortejo. Y antes de eso, mucho antes, el Cerro besará las manos de su Madre en muy pocos días. Y, por supuesto, la Parroquia de los Dolores seguirá cumpliendo años...














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