sábado, 6 de mayo de 2023

VIERNES SANTO 2023: JORNADA SIN CAMBIOS Y ENVUELTA PARA REGALO

La del Viernes Santo es otra jornada inmensa de la Semana Santa. Un joyero con siete piedras preciosas. Un día para enmarcar, envuelto para regalo. Empieza como si no quisiera hacer ruido pero, en cuanto sus primeras cofradías pisan las calles, se van sucediendo uno detrás de otro grandes momentos protagonizados por sus diferentes hermandades, todas antiguas y llenas de riqueza histórica y patrimonial.
¿O no es una joya una cofradía como la de la Carretería? Bajo el sol y con altas temperaturas, era una auténtica penitencia la de esos nazarenos de túnica y capirote de terciopelo; y además, por si fuera poco, guantes de cuero en las manos. De hecho, en la Puerta del Arenal una nazarena tuvo que ser retirada de su fila por una ligera indisposición.
Pero es que la Carretería es la primera hermandad en pasar por carrera oficial en la tarde del Viernes Santo, una jornada que tampoco ha experimentado ningún cambio de orden. No le hace falta. Es un día tranquilo, con una cantidad de nazarenos bastante soportable en general y con unos tiempos de paso que para sí quisieran cofradías de otras jornadas.
Sobre el impresionante paso de Guillermo Muñiz, hojarasca en madera atada por una enorme soga, vimos en primer lugar el misterio de las Tres Necesidades, con el Santísimo Cristo de la Salud crucificado entre los dos ladrones en presencia de la Virgen de la Luz, San Juan, las tres Marías, José de Arimatea y Nicodemo. Una escalera, una sábana y un sepulcro. Ésas son las tres necesidades de una madre que espera recibir con el descendimiento el cuerpo de su hijo, en una escena rodeada de lirios morados y de cardos.
La dolorosa, por cierto, ha estrenado la restauración de su manto y de su saya por parte del taller Cyrta, que también ha trabajado sobre los ropajes de las figuras secundarias de este fenomenal misterio al que ha vuelto a acompañar la Banda de Cornetas y Tambores de Las Cigarreras. Desde Antonia Díaz, el paso alcanzó la Puerta del Arenal a los sones de la marcha "Jesús ante Anás", y luego tomó Castelar con "Bendícenos, Jesús", seguida a continuación por "Crucifixus".


















Tras el estandarte corporativo, también restaurado por Cyrta, asomó enseguida el paso de palio de Nuestra Señora del Mayor Dolor en su Soledad, la dolorosa tallada por el jerezano Alonso Álvarez de Albarrán. La Virgen mira al cielo de su palio, perfectamente completado en sus bordados en los inicios de este siglo.
La Banda de Música Julián Cerdán, de Sanlúcar de Barrameda, se ha adaptado muy bien a este palio, que contaba en esta ocasión con rosas blancas como exorno floral. A la Puerta del Arenal llegó a los sones de "Nuestro Padre Jesús", y posteriormente se internó por Castelar con "Ione".















No muy lejos de allí iniciaba su estación de penitencia la Hermandad de la Soledad de San Buenaventura, corporación que el año pasado estrenó el nuevo manto de salida, bordado en oro sobre terciopelo negro por José Antonio Grande de León; el mismo manto con el que hemos podido ver de nuevo a la dolorosa que tallara Gabriel de Astorga.
Desde hace unos años, el propio bordador es el encargo de vestir a la Virgen y colocar sus manos de formas muy expresivas, abandonando la típica disposición de las manos de las dolorosas. Si otros años la hemos visto con la mano izquierda cerca del corazón y la derecha extendida y sujetando la corona de espinas, como si se la estuviera enseñando a quienes la ven pasar, en esta ocasión sus dos manos estaban unidas a la altura del pecho, sosteniendo con ellas la corona de espinas y los tres clavos, y con un rosario colgando entre ambas.
Y también las flores de este paso llevan unos años siendo muy llamativas, decantándose este año la hermandad por rosas de tonalidad malva. Por otro lado, hay que mencionar que en los próximos años veremos recuperadas las guirnaldas de flores que se idearon para los respiraderos de este paso, obra en la talla de Manuel Guzmán Bejarano, y en la orfebrería de Emilio García Armenta, diseñador de todo el conjunto.
La Banda Municipal de Música de Mairena del Alcor puso sus sones tras el único paso de la cofradía, enlazando desde Carlos Cañal hasta Méndez Núñez las marchas "Soledad franciscana" y "Jesús de las Penas", y tocando después "Soleá, dame la mano" al salir a la plaza Nueva.




















La tercera cofradía en carrera oficial, primera en salir, es la del Cachorro, que se abría paso por las calles Reyes Católicos y San Pablo, que estaban absolutamente repletas de gente viéndola pasar, como inmediatamente harían con la Hermandad de la O. Las dos últimas cofradías de Triana van juntas durante buena parte de sus itinerarios.
Como comentábamos con la Soledad de San Buenaventura, al hablar de estrenos en este paso no se puede apuntar nada nuevo, pero sí recordar la remodelación llevada a cabo por José María Leal; una actuación que de nuevo hemos podido disfrutar.
Al Cristo de la Expiración venía dándole de lleno el sol, como el año pasado. El Cachorro lleva dos años seguidos invalidando la creencia popular, no del todo carente de sorna, de que cuando sale llueve.
Un monte de claveles rojos se situaban alrededor del crucificado expirante de Francisco Antonio Gijón, que no llevaba ni corona de espinas ni potencias, y que hace cincuenta años se libró del incendio fortuito de su iglesia, hoy basílica, que le dañó levemente las piernas. Para conmemorar aquello, el pasado 26 de febrero tuvo lugar un vía crucis extraordinario con el Cristo de la Expiración por las calles de Triana.
La Banda de Cornetas y Tambores de la Presentación al Pueblo de Dos Hermanas acompañó una vez más al Cachorro, tocando en la zona de la Puerta de Triana la marcha "La Lanzada".


















Peor suerte corrió en aquel incendio la titular mariana de la hermandad. Así, la antigua Virgen del Patrocinio quedó calcinada, siendo ágilmente sustituida por la dolorosa actual gracias a un entonces jovencísimo Luis Álvarez Duarte. Se alinearon los astros en aquel entonces para el imaginero. Quién iba a decir que se produciría aquel incendio, que la dolorosa iba a desaparecer y que una hermandad iba a confiar en un recién llegado, como quien dice, para reponer uno de sus bienes más preciados... Y de todo esto se acaban de cumplir cincuenta años.
En un paso de palio cuyos respiraderos han sido restaurados por Orfebrería Villarreal, y con sus eternos claveles rosas y la Virgen del Rocío entre la candelería, avanzaba decidida por Reyes Católicos la dolorosa que no llora, pero casi, Nuestra Madre y Señora del Patrocinio.
Desde el final del puente la Banda de la Oliva de Salteras estaba tocando para ella la marcha "De Triana eres mi Señorita", y después sonó "Nuestra Señora del Patrocinio". Luego se produjo un relevo de costaleros antes de continuar transitando la línea recta que conforman el Puente de Triana, Reyes Católicos y San Pablo.

















Seguía a la Virgen del Patrocinio la cruz de guía de la Hermandad de la O, a la que luego veremos, dado que ahora nuestros pasos se dirigían a la plaza del Salvador y a la calle Villegas, por donde iba a discurrir la Hermandad de San Isidoro, que hace unos años cambió incomprensiblemente su itinerario de ida. 
De recorrer la calle que lleva el nombre de Jesús de las Tres Caídas, la Alfalfa, Alcaicería, la plaza del Pan y la calle Córdoba, ha pasado a bajar la Cuesta del Rosario, la misma por la que pasa a la vuelta. Parece que hay cofradías a las que les cuesta un enorme esfuerzo salir a la calle unas pocas horas al año y que prefieren que sus salidas duren el menor tiempo posible pasando por cuantas menos calles mejor.
El Señor de las Tres Caídas, acompañado por el Cirineo cuyo rostro recuerda decididamente al del Cachorro, ha salido este año con su túnica más antigua, la de terciopelo granate bordada en oro por Francisco de Saavedra en 1718. En cuanto al monte, contaba con rosas, calas, anthurium, anémonas, esparraguera, pittosporum y hiedra.
Por otro lado, hay que señalar como estreno de este año en el paso del Señor la restauración de los candelabros de guardabrisas llevada a cabo por David de Paz Encinas.














Y aunque le pega una banda de música, como le pegaba (y la hermandad hizo bien en recuperarla) a la Virgen de la Merced de Pasión, sigue caminando en silencio el paso de palio de Nuestra Señora de Loreto. También ha habido restauraciones en este paso, como han sido las de los característicos respiraderos dorados, las coronas de los guardabrisas y el puñal de salida de la dolorosa, todo ello a cargo de Orfebrería Villarreal.
La dolorosa que lleva la advocación de la Patrona de la Aviación, y que por eso sale rodeada de miembros del Ejército del Aire, tenía su paso adornado con una combinación de flores blancas. En concreto, pudimos ver orquídeas, rosas de pitiminí, paniculata, azahar, alhelíes y flor de cera. En la plaza del Salvador, llegando casi a la calle Cuna, la Virgen de Loreto recibió una saeta.















Y de unos pasos inmersos en procesos de restauración a otro que el año pasado nos mostró el resultado de la de su dorado, absolutamente brillante. A la Hermandad de la Sagrada Mortaja se le hizo de noche entre la calle Feria y la plaza de San Martín. Hablábamos con San Isidoro de cambios de itinerario y el de la cofradía del antiguo Convento de la Paz sí que fue bueno, dejando la calle Imagen y las Setas para el recuerdo.
Sobre un monte de claveles de un rojo intenso y tras los dieciocho ciriales que recuerdan la histórica vinculación de la hermandad con el Colegio de Notarios, entonces escribanos públicos, formado por esa misma cantidad de miembros siglos atrás, veíamos la impresionante escena de la Virgen de la Piedad abrazando al Cristo Descendido de la Cruz momentos antes de ser amortajado para su traslado al sepulcro.
Como en 2018, la Virgen de la Piedad, de la que cada vez más estudiosos dicen que pudo ser tallada por las mismas manos que la Esperanza Macarena, fue vestida al modo más tradicional de las dolorosas, con el manto por encima del tocado y no al revés.
Con el acompañamiento de música de capilla y de la Escolanía Salesiana María Auxiliadora, el misterio de la Sagrada Mortaja dejó atrás Feria para discurrir por Castellar, Alberto Lista y Saavedras para alcanzar la plaza de San Martín, donde fue recibido por la Hermandad de la Lanzada, ante la que el paso se detuvo antes de continuar hacia San Andrés por Cervantes.













Poco después, ya en su itinerario de regreso a Triana, la Hermandad de la O discurría por la calle Temprado y la Hermandad de las Aguas, que poco antes había recibido en su casa a la Carretería, hacía ahora lo propio con la última cofradía trianera de la Semana Santa.
Precisamente, con la marcha "Aguas de Guadalupe", interpretada por la Banda de Cornetas y Tambores Nuestra Señora del Sol, llegó hasta la Capilla del Rosario el paso de Nuestro Padre Jesús Nazareno, adornado como siempre con un monte de lirios morados. El Nazareno de la calle Castilla se detuvo ante los cofrades de las Aguas y los Ariza dedicaron la levantá en este punto a la propia hermandad del Lunes Santo, a sus hermanos y a la junta de gobierno.
A continuación, el paso se levantó y se marchó por la calle Dos de Mayo a los sones de "El renacer" y luego tomó la calle Rodo con la composición "Madre y maestra". Por delante la esperaban otras dos cofradías del barrio del Arenal: la Carretería, que acababa de finalizar su estación de penitencia, y el Baratillo.

















Con claveles rosas como adorno floral, el paso de palio de María Santísima de la O, dolorosa que ha vuelto a llevar como el año pasado una toca sobre la que tiene bordada directamente sobre su manto, avanzó por Temprado con la marcha "Cristo de la Sangre" interpretada por la Banda del Carmen de Salteras.
Después sería el turno de "Hosanna in excelsis" y con "Nuestra Señora de Guadalupe" se volvió ante la Capilla del Rosario, donde el palio de la dolorosa del mismo nombre estaba en la puerta con toda su candelería encendida. Poco después, la Virgen de la O se marchó con el "Ave María" de Vavilov para seguir recorriendo el Arenal antes de cruzar el puente hacia Triana.













Y la séptima y última hermandad del Viernes Santo a la que nos acercamos es la de Montserrat, que buscaba su capilla por la calle Zaragoza. Casi al final de ésta el paso de misterio del Santísimo Cristo de la Conversión del Buen Ladrón recibió una saeta, como también ocurriría con la Virgen de Montserrat en ese mismo punto.
Con los Villanueva nuevamente, por segundo año, como capataces de este misterio, que estaba adornado con claveles de tonalidad morada, el crucificado de Juan de Mesa salió a la Puerta de Triana con la marcha "La Expiración" interpretada por la Banda de Cornetas y Tambores de las Tres Caídas. Después, el conjunto escultórico en el que Jesús eleva directamente a los altares al ladrón arrepentido, ante el desprecio de Gestas y con la presencia de la Magdalena, alcanzó la calle Cristo del Calvario con "Nuestro Padre Jesús el Cautivo".
Un pequeño susto se vivió poco antes de la entrada del misterio cuando se oyó un grito de un hombre y fue requerida la presencia de algunos agentes de la Policía Nacional. No pareció la cosa grave cuando minutos después regresaron a sus puestos sin más novedad.
Así que, sin nada que estropeara este momento, y ya con el Cristo bajado en altura dentro del cajillo de la cruz, el paso giró ante la puerta de la capilla mientras la banda tocaba "Conversión del Buen Ladrón" y posteriormente la Marcha Real, con la que el misterio se adentró en el templo.














Por su parte, el personalísimo palio de Nuestra Señora de Montserrat ha salido este año a las calles adornado con rosas de color rosa y plantas como clematis, senecio y anigozanthos. Para la dolorosa atribuida al mismo autor del crucificado la Banda del Maestro Tejera interpretó la marcha "Nuestra Señora de Montserrat" en el giro a la Puerta de Triana.
Más adelante, en la calle San Pablo se escuchó "Procesión de Semana Santa en Sevilla", seguida posteriormente por "Sevilla cofradiera" al tomar Cristo del Calvario, ya a pocos metros de su capilla. Y si es todo un clásico que el paso de misterio entre con "Conversión del Buen Ladrón", no lo es menos la entrada del palio con "Virgen de Montserrat", de Pedro Morales, tras la que la Banda de Tejera tocó el Himno de España cuando faltaba un minuto para las dos de la madrugada.














Aún quedaba un buen rato para que el joyero del Viernes Santo se cerrara por Triana. Sería allí, en la calle Castilla, donde acabaría esta jornada que es todo un regalo de principio a fin. Un día muy tranquilo para el rezo, la reflexión y, sí, por qué no decirlo, para el disfrute.

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