miércoles, 16 de octubre de 2024

BARATILLO. UNA CORONA DE PIEDAD Y CARIDAD


La Fundación Cajasol acoge desde el pasado día 7 de octubre la exposición "Baratillo. Una corona de Piedad y Caridad", dedicada a la Coronación Canónica de las dos dolorosas de la hermandad del Arenal. Y es que en 2009 el Cardenal Amigo aprobó la consideración de canónica a una coronación litúrgica anterior de la Virgen de la Caridad, mientras que la Piedad fue coronada el pasado 14 de septiembre en la Catedral por el arzobispo José Ángel Saiz Meneses.
La muestra se reparte entre las tres salas habituales de las muestras que tienen como escenario la Fundación Cajasol: Velázquez, Murillo y Vanguardia. Comenzando por la primera, encontramos un primer apartado denominado "Las fatigas de la muerte", donde se nos cuenta lo siguiente:

"En 1649 la peste asolaba Europa, llegando a una Sevilla que ocupaba una privilegiada situación económica a nivel mundial. Sus consecuencias fueron nefastas. Se estima en torno a 60.000 el número de víctimas, lo cual supuso la pérdida del 46 por ciento de la población. Los cementerios parroquiales no daban abasto, por lo que fue necesario habilitar carneros, o fosas comunes, fuera de las murallas.
La ciudad nunca volvió a ser la misma ni a nivel económico ni demográfico. Su religiosidad cambió produciéndose muchas conversiones y prácticas devocionales y de misericordia, instalándose una visión pesimista de la existencia. Esqueletos, calaveras, tumbas con cadáveres en descomposición... aparecerán en pinturas y esculturas que se colocarán en los retablos con fines moralizantes.
Cerca del monte del Malbaratillo había un carnero, sobre el que se dispuso una cruz alrededor de la cual se fundó, en 1693, una hermandad para darle culto y recordar a los difuntos que allí reposaban por la epidemia de peste. Era como un perenne paso de la canina, un jeroglífico barroco que recordaba que, al igual que Cristo había resucitado, todos los que yacían bajo el símbolo de la fe también lo harían.
Así surge la necesidad de construir un templo para la cruz que, en 1699, es trasladada al interior del mismo comprando al año siguiente un bello lienzo, representando la Piedad para presidir el altar mayor".

El primero de los enseres expuestos es el guión de la Santa Cruz, que reproduce la primitiva cruz del Baratillo; está bordado en oro sobre terciopelo burdeos por Sobrinos de Esperanza Elena Caro, con asta de plata de ley de Manuel de los Ríos (1990).


A su lado hay un lienzo pintado al óleo del siglo XVII por un pintor desconocido titulado "La epidemia de peste en la Sevilla de 1649", perteneciente al Hospital del Pozo Santo.


También vemos dos pequeñas pinturas al óleo sobre tabla de los siglos XVII y XVIII de las Ánimas Benditas del Purgatorio.


En una pared se encuentra un amplio plano de la ciudad de Sevilla; en concreto, el tantas veces reproducido plano de Olavide, donde se marca perfectamente la situación de la capilla de la hermandad junto a la plaza de toros.


Siguiendo con el patrimonio de la Hermandad del Baratillo, se expone una talla de la Virgen de Belén, de madera tallada y policromada al óleo. Está atribuida a Hita del Castillo y es del siglo XVIII.


También vemos un crucifijo anónimo del siglo XVII, de madera tallada y policromada al óleo.


Y a su lado está el óleo sobre lienzo que presidía la capilla, una escena de la Piedad atribuida a Sebastián Millán de 1700.


Muy curioso lo que vemos a continuación: una serie de sillas de enea colocadas en fila, como es característico de la capilla de la hermandad, que no cuenta con bancos clásicos de iglesia, sino con este tipo de silla.


Seguimos con un lienzo de la Virgen del Carmen de autor desconocido (1700).


Se muestran también unas indulgencias de Vicente Román, obispo auxiliar de Sevilla, de 1898; una bandeja de plata de ley de Manuel Román Seco de mediados del siglo pasado; y unas navetas de 1999 labradas en plata por Manuel de los Ríos.


En otra vitrina hay unas demandas de plata de ley cincelada y repujada de Orfebrería Ramos (2012) y un portapaz de plata de Manuel Román Seco de mediados del siglo XX.


Observamos ahora una guitarra con apliques de plata de ley repujada y cincelada por Orfebrería Triana que el Ayuntamiento de Sevilla le regaló a Francisco Palacios 'El Pali', ilustre vecino del barrio del Arenal, en 1979.



A la hermandad pertenece otro lienzo pintado al óleo entre los siglos XVII y XVIII. Se trata del Cristo de la Púrpura, piadosa iconografía de Cristo tras ser flagelado.


Pasamos a un espacio separado del resto de esta Sala Velázquez, donde se encuentra la diadema de la Coronación de la Piedad, labrada en oro y brillantes por los Hermanos Delgado (2024).



Con motivo de la Coronación, la Virgen de la Piedad ha estrenado un nuevo manto procesional, bordado en oro sobre terciopelo azul por Jesús Rosado Borja, según el diseño de Francisco Javier Sánchez de los Reyes (2024).








De ambas obras, la diadema y el manto, se pueden ver también sus diseños, dibujados en 2023.



Este año se ha realizado también el guión de las Coronaciones, diseñado por Gonzalo Navarro, bordado en oro sobre tisú de plata y malla por el taller de Santa Clara, y con asta de plata de ley de Ramón León.



A su lado se encuentra el cartel de la Coronación de la Piedad, realizado en técnica mixta sobre lienzo por Isabel Sola (2024).


Antes de abandonar esta primera sala, nos encontramos en una vitrina con la corona de espinas usada en la Coronación y dispuesta junto al Cristo de la Misericordia (Daniel Oller García, 2024), el puñal de la Coronación, de plata de ley sobredorada (Joyería Carreño con diseño de M. Ezequiel Chacón-Manrique de Lara Barrau y Amparo Castilla Cordón, 2024) y un conjunto de regalos recibidos por la hermandad con motivo de la reciente Coronación Canónica.








Bajamos a la Sala Murillo, que se inicia con un nuevo apartado de la exposición, titulado "De Angustias a Piedad". Nos recibe un texto que dice lo siguiente:

"La iconografía de la Piedad irrumpe a comienzos del siglo XIV en el arte gótico germano-flamenco, desde donde se extenderá por Europa Occidental a través de las órdenes religiosas femeninas. Tras el Concilio de Trento (1545-1563), la representación de la Piedad tomaría bríos, apareciendo las primeras representaciones de carácter procesional que luego proliferaran en el siglo XVII. Es una representación apócrifa, no descrita en los Evangelios Canónicos. 
La Piedad popular la toma de una de las profecías que Simeón anunció a María, es el sexto de los Siete Dolores o la sexta de las Siete Angustias de la Virgen, representando la deposición del Cristo muerto en los brazos de su Madre, hecho recogido en la decimotercera estación del Vía Crucis".

Comienza esta sala con un óleo sobre tabla del siglo XVI de "La Piedad con San Agustín y San Nicolás de Tolentino", perteneciente al Museo del Santo Ángel.


A su lado se sitúan un cuadro de indulgencias concedidas por el Cardenal Borja a Luis Salcedo, arzobispo de Sevilla, en 1743, con un grabado que reproduce el lienzo fundacional y el retablo mayor de la capilla del Baratillo; y una convocatoria de novena itinerante de 1736.


Otro óleo sobre lienzo vemos ahora; en este caso una Piedad de 1736 que posiblemente presidía el antiguo simpecado de la hermandad.


Muy interesante es el conjunto escultórico que podemos contemplar, que reproduce el misterio que llegó a sacar a la calle la hermandad en sus primeros tiempos. Vemos la antigua Virgen de la Piedad, de autor anónimo y restaurada por Emilio Pizarro en 1904, vestida aquí con saya y manto de terciopelo negro bordado en oro por Mariano Martín Santonja con unos bordados del siglo XIX y una diadema de metal sobredorado de autor anónimo, que es la que llevaba la actual Virgen de la Piedad en su bendición. También se muestra una talla de San Juan (1914) y los Santos Varones (1923), obras todas de Emilio Pizarro pertenecientes hoy a la Hermandad del Santo Entierro de Isla Cristina.








Así lo explica el siguiente texto:

"Esta meditación sobre los dolores y las angustias de la Virgen aparece representada en la Semana Santa de Sevilla en los pasos de misterio de las hermandades de la Sagrada Mortaja y los Servitas, incorporándose en último lugar, en 1904, el misterio del Baratillo. En el primer tercio del siglo XX la hermandad del Arenal fue incorporando figuras hasta conformar un conjunto escultórico conformado por seis imágenes, cuatro de las cuales hemos podido reunir en esta muestra. Este misterio, realizado por el escultor Emilio Pizarro de la Cruz, estaba compuesto por los Santos Varones, representados de pie escoltando al grupo de la Piedad, situándose arrodillados a sus pies San Juan y la Magdalena".

A la Vera-Cruz de Jaén pertenece actualmente el antiguo paso de la Piedad del Baratillo, tallado por Enrique Díaz Estrada en 1935. Aquí vemos un respiradero de ese paso de madera tallada y dorada.



Siguiendo con la iconografía de la Piedad, vemos ahora un lienzo pintado al óleo por un seguidor de Murillo, obra del siglo XVIII perteneciente al Ayuntamiento de Sevilla.


Al Convento de Santa María de Jesús pertenece un pequeño grupo de la Piedad de alabastro policromado de la segunda mitad del siglo XV, de autor anónimo y procedencia germánica.


Y al lado está el grupo escultórico fundacional de la Hermandad de los Servitas, de autor desconocido, realizado en torno a 1680-1690.


Nos encontramos ahora con un óleo sobre lienzo de la Piedad perteneciente a la Hermandad de la Esperanza de Triana. Es del siglo XVIII, de un autor desconocido seguidor de Murillo.


Y la Hermandad del Cachorro tiene otro óleo sobre lienzo de la misma temática, también anónimo e igualmente del siglo XVIII.


Otras dos insignias de la Hermandad del Baratillo se ven a continuación, que son la bandera fundacional, bordada en sedas de colores sobre terciopelo negro por Jesús Rosado y asta de plata de Hijos de Juan Fernández (2008); y el guión de la Misericordia, bordado en oro y sedas sobre terciopelo burdeos por Luis Miguel Garduño, con asta de Ramón León (2018).



A continuación, se muestra el simpecado de la Hermandad de la Mortaja, con bordados en oro sobre terciopelo negro por el taller de Sobrinos de Caro, pintura de Francisco Maireles, y asta y atributos de orfebrería de plata de Juan Fernández (1962).


Igualmente vemos el simpecado de la Hermandad de los Servitas, de autor desconocido del siglo XVIII, con bordados en oro sobre terciopelo negro y orfebrería de plata de ley.


También se puede ver una cornucopia de la Quinta Angustia de Osuna, del siglo XIX, de madera tallada y dorada con un óleo sobre lienzo, y la vara de hermano mayor de la misma hermandad, de plata de ley y óleo sobre metal de entre los siglos XVIII y XIX.


Subimos a la parte superior de la sala, donde en primer lugar podemos ver una Piedad de terracota policromada al óleo y una cruz de madera, obra de Daroal de 2016.


Seguimos con el boceto en terracota del misterio de la Piedad que en 1941 presentó a la Hermandad del Baratillo el imaginero Sebastián Santos Rojas; proyecto que finalmente no fue hecho realidad.


Volvemos al Museo del Santo Ángel, que conserva un óleo sobre lienzo de la Virgen de las Angustias de Granada, una pintura anónima del primer tercio del siglo XVIII.


De la Hermandad de la Estrella es un lienzo pintado al óleo del siglo XX de Francisco Maireles Vela.


A una colección particular pertenece una talla de José Manuel Cosano Cejas de la Virgen de África (2023).


Y termina este apartado de la exposición con el cartel anunciador de la Semana Santa de 2004, pintado al óleo sobre lienzo por Juan Antonio Rodríguez Hernández, quien lo dedicó al paso de la Piedad del Baratillo.


Sin abandonar la Sala Murillo, pasamos a otro apartado de la exposición, denominado "Pietas, Regina Coeli", que cuenta también con un pequeño texto:

"A mediados de los años cincuenta del pasado siglo, la hermandad toma el carácter y la impronta que, a día de hoy, la identifica. En 1945 se realizan las actuales imágenes de Nuestra Señora de la Piedad, obra de José Rodríguez Fernández-Andes, y la del Santísimo Cristo de la Misericordia, realizada en 1951 por Luis Ortega Bru. Es éste uno de los misterios más logrados de la Semana Santa sevillana, cuyo resultado final es fruto de los influjos estilísticos que cada uno de ellos, separadamente, aplicaron a sus tallas. A pesar de ello, la fuerza de Bru y la belleza idealizada de Andes, dan un perfecto equilibrio que se superpone al sufrimiento del momento representado".

Vemos en este punto la diadema procesional hasta la reciente Coronación, y un puñal, obras ambas de Manuel Román Seco, de plata de ley sobredorada, marfil, esmaltes y rosas de Francia. La diadema le fue impuesta a la Piedad el 7 de febrero de 1956 por el arzobispo José María Bueno Monreal.


También se muestra uno de los mantos procesionales de la Piedad, bordado en oro sobre terciopelo azul por Juan Manuel Rodríguez Ojeda en 1905, enriquecido por Sobrinos de José Caro en 1956.





A continuación, encontramos el llamador de su paso, regalado en 1993 por el resto de las hermandades del Miércoles Santo, realizado en plata de ley sobredorada por Manuel de los Ríos, siguiendo el modelado de Manuel Ramos Corona; y los casquetes y el INRI de la cruz, de plata de ley sobredorada de Manuel Román Seco (1956).



Al lado está el nombramiento de hermano mayor honorario de Juan Carlos de Borbón, pintado en técnica mixta sobre pergamino por Guillermo Bonilla en 1969.


Seguimos con el respiradero frontal del paso de la Piedad, con diseño de Juan Pérez Calvo y talla de Rafael Fernández del Toro (1945); dos ángeles del paso, de Luis Álvarez Duarte (1985); y una cartela con un relieve de José Rodríguez Fernández-Andes (1945).






Se muestra otro manto procesional, bordado en oro sobre terciopelo azul por Fernández y Enríquez en 1998.





Y llegamos al final de la sala con los pergaminos de hermanamiento de la Hermandad del Baratillo con las hermandades de la Esperanza de Triana, el Cristo de la Buena Muerte de Salamanca y la Carretería, y con la Real Maestranza de Caballería de Sevilla; y el del nombramiento del título de hermano de honor a Otto Moeckel Friess.






Y nos dirigimos ahora a la última sala, la llamada Vanguardia, que está dedicada fundamentalmente a la Virgen de la Caridad. Antes incluso de entrar nos encontramos con su techo de palio, bordado en oro y sedas sobre terciopelo morado por Sobrinos de José Caro en 1954, siguiendo el diseño de Manuel Elena Caro; y uno de los varales, de plata de ley, labrados entre 1970 y 1982 por el taller de Viuda de Villarreal.






Entramos en la sala y vemos otro apartado de la exposición, llamado "Una corona de Caridad":

"SER Cardenal Arzobispo de Sevilla D. Carlos Amigo Vallejo, por decreto de 1 de enero de 2009, elevó a rango canónico la coronación litúrgica de la Virgen de la Caridad en su Soledad celebrada el 20 de marzo de 1960, en la que se le impuso esta rica corona por SER Cardenal Arzobispo D. José María Bueno Monreal. Con este caso, sumado al celebrado el pasado 14 de septiembre de 2024, en el que se coronó a la Virgen de la Piedad, el Baratillo se convierte en la primera hermandad de la Archidiócesis hispalense en tener coronadas a sus dos titulares marianas".

Este apartado de la muestra tiene, de hecho, una sola pieza expuesta: la mencionada corona de la Virgen de la Caridad, labrada en plata sobredorada, oro, pedrería y esmaltes por Manuel Román Seco (1960).



Pasamos al apartado titulado "Charitas, Regina Coeli":

"En 1926, con la incorporación al cortejo de un paso de palio y la llegada en 1931 de la actual imagen de la Virgen de la Caridad en su Soledad, se completa el ideal de cofradía sevillana compuesta por dos titulares. Tras la provisionalidad de los primeros años, la llegada de la figura del artista Juan Pérez Calvo será crucial en la excelencia que impuso al rumbo estético de la hermandad, así como en la configuración del paso de palio de la Virgen de la Caridad. Al conjunto, de estilo claramente juanmanuelino, Esperanza Elena Caro le añadió una perfección técnica inusitada, dando como resultado estos bellísimos bordados, de los más ricos de las cofradías sevillanas".

Vemos expuestos en esta parte de la muestra un candelabro de tres luces del siglo XX, un farol de capilla de entre los siglos XIX y XX, un antiguo llamador del XX y una jarrita de San José del XIX-XX, todo ello de metal plateado y autoría desconocida.


A continuación, observamos la caída frontal y una lateral del antiguo palio de la Virgen de la Caridad, bordado en 1939 por el taller de José Caro en recortes de tisú de oro sobre terciopelo azul, según el diseño de Juan Pérez Calvo. Hoy pertenece a la Hermandad del Abuelo de Jaén.





Y también está un antiguo respiradero del paso de palio del Baratillo, hoy en poder de la Hermandad del Nazareno de La Puebla de Cazalla. Es de metal plateado y fue realizado por Manuel Seco Velasco en 1938.



La Hermandad del Abuelo de Jaén posee no sólo el palio, sino también el manto, bordado en oro sobre terciopelo azul en 1950 por el Convento de San Martín de Cádiz, con diseño igualmente de Juan Pérez Calvo.




Seguimos con varios elementos del actual paso de palio de la Virgen de la Caridad, tales como un candelabro de entre varales y las jarras de plata de ley (Emilio García Armenta, 1958); los candeleros de metal plateado (Villarreal, 1973-1982); la Virgen de Guadalupe de la entrecalle, de plata de ley (Empresa Plata Villa de México D.F., 1956); y el llamador de plata de ley (Fernando Marmolejo, 2002).



A su lado está la caída frontal y una lateral del actual palio de la Caridad, bordado en oro sobre malla de bolillo y terciopelo morado por Sobrinos de José Caro, con diseño de Manuel Elena Caro (1954).





Y está también el respiradero frontal del paso de palio actual, realizado en plata de ley por el taller de Viuda de Villarreal en 1967.




Seguidamente, nos encontramos con dos sayas procesionales de la Virgen de la Caridad. La primera está bordada en oro y sedas sobre tisú de plata por Sobrinos de José Caro con diseño de Manuel Elena Caro (1963-1964); y la segunda está bordada en oro sobre tisú de plata por Francisco Carrera Iglesias (2008).



En cuanto a los candelabros de cola, son de plata de ley, labrados en 1957 por Manuel Román Seco.



Y terminamos esta parte con el manto de salida de la Caridad, diseñado por Manuel Elena Caro y bordado en oro y sedas sobre terciopelo morado por Sobrinos de Caro en 1963.




Pasamos al penúltimo apartado de la exposición, que tiene como título "De la cruz al palio":

"La característica túnica azul Baratillo, que singulariza su cortejo nazareno, se estrena en 1939. Su incorporación se produce en una época de grandes carestías, más aún de productos que no eran de primera necesidad, como los tejidos, aun estando en activo en la Sevilla de aquel tiempo una incipiente industria textil liderada por Hytasa, desmantelada pocos años después.
En aquel entonces, la hermandad adquiere seiscientos metros de un tejido muy similar al que se usaba en las ropas de trabajo para confeccionar cincuenta túnicas de cola. Desde entonces conforman el numeroso cortejo azul, que abre su cruz de guía y que cierran los últimos nazarenos que escoltan su paso de palio".

Sobre una silla se muestra una túnica de nazareno de la hermandad; en concreto, del cortejo de la Virgen de la Piedad, junto a un antiguo anuncio de Hytasa, la empresa de la que salió la tela de las primeras túnicas de la corporación.



A continuación, se exponen la cruz de guía, realizada en madera de caoba con cantoneras y remates de plata de ley de Manuel Román Seco (1956); uno de los faroles que la acompañan, con asta de madera y plata de ley, obra del mismo orfebre y del mismo año; el libro de Reglas, con apliques de plata de ley de Jesús Domínguez (1947); y una de las bocinas que preceden al paso de la Piedad, de metal repujado de Manuel Román Seco y paño bordado en oro sobre terciopelo burdeos por José Caro (1956).






Y al lado podemos ver el simpecado, con bordados en oro y sedas sobre terciopelo azul del siglo XVIII y de Sobrinos de Caro de 1949, querubines de Guillermo Bonilla e Inmaculada de Ortega Bru (1949); el senatus, bordado en oro sobre terciopelo burdeos de Sobrinos de Caro y asta de metal plateado de Manuel Román Seco (1969); el banderín de la Caridad, bordado en oro sobre terciopelo azul por Mariano Martín Santonja (2011) y asta de Emilio García Armenta; el banderín de San José, bordado en oro sobre terciopelo burdeos por Sobrinos de Caro y asta también de García Armenta (1969); y el guión de la Real Maestranza, bordado en oro y sedas sobre terciopelo burdeos por Sobrinos de Esperanza Elena Caro (1991).





Y la última parte de la exposición, titulada "A las cinco de la tarde", se refiere a la relación de la Hermandad del Baratillo con el mundo del toro:

"La historia de la Hermandad del Baratillo está íntimamente ligada a la tauromaquia por su vecindad con la plaza de toros. Se conoce, desde 1707, la existencia de una plaza en el Arenal, ubicada allí por el abandono de su uso portuario por el traslado a Cádiz en 1680 de la Flota de Indias.
En 1733 los maestrantes allanaron el monte del Baratillo para levantar en él un nuevo coso circular todavía de madera, sustituido por el actual de fábrica a partir de 1754. Cuando la plaza aún no tenía capilla, la costumbre era que los diestros orasen en la del Baratillo, dando lugar a que empezaran a vincularse con la hermandad.
Desde el célebre Pepe Hillo, donante de una imagen de San José en 1774, hasta los más afamados diestros actuales, muchos han formado parte de la cofradía, de la que podría afirmarse que es la más  torera de cuantas se pasean por la ciudad de la Giralda".

Comienza así una pequeña relación de enseres donados a la hermandad por diferentes toreros. El primero que vemos es un lienzo pintado al óleo en el siglo XVIII que por tradición se considera que lo costeó Pepe Hillo. La pintura representa al Cristo de las Tres Caídas o del Baratillo.


Seguimos con un manto realizado por Sobrinos de Caro en 1972 con trajes de luces donados por Joselito Huertas, Antonio Ordóñez y José Luis Bernal 'El Capillé'; y una saya del mismo taller realizada en 1946 con un traje de luces de El Andaluz.


A su lado, una corona de la Virgen de la Caridad donada por la Asociación de Socorros de la Vejez del Toreo y labrada en plata dorada por Manuel Román Seco. Le fue impuesta a la dolorosa por el Cardenal Pedro Segura el 3 de marzo de 1940.


Con la corona, dos sayas: una verde hecha con un traje de luces de Morante de la Puebla con diseño de Gonzalo Navarro y confección de Sucesores de Caro (2019); y otra azul de Sobrinos de Caro realizada en 1940 a partir de un traje de luces de Alvaradito.



Y terminamos con la imagen de San José ya mencionada; una talla estofada y policromada de autor anónimo de la segunda mitad del siglo XVIII, donada a la hermandad por el torero Pepe Hillo en 1776.



Hasta el próximo domingo se puede visitar esta exposición que, con la excusa de la reciente Coronación Canónica de la Virgen de la Piedad, permite acercarse al patrimonio y la historia de la Hermandad del Baratillo, la que surgió de una desgracia, como fue la epidemia de peste de 1649, y es hoy una corporación con una gran pujanza.

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