viernes, 11 de octubre de 2024

LAS DOLOROSAS MÁS JÓVENES PIDEN PASO EN LA PREVIA DE LA MAGNA JEREZANA


Desde niño aprendí que la Virgen iba bajo palio. Por supuesto, no era la única, pero las otras, igualmente hermosas, eran la excepción. La Madre de Dios iba, por lo general, bajo un bello techo de artísticas caídas sujeto por doce varales de plata; el más sencillo y más bonito invento que alguien pudo crear, como un orgulloso cofrade le enseñaba hace años a su hijo en plena calle ante una de esas creaciones para ensalzar a María.
Ayer, tres imágenes de la Virgen salieron a las calles en Jerez bajo palio, generando una inmensa colección de estampas históricas que supusieron la víspera de la Magna Mariana del próximo día 19. Y entonces, cuando la Madre de Dios sale a las calles, uno se olvida de las estériles polémicas previas. Que si hay que cambiar de fecha, que si no hay que hacerlo, que si las sillas, que si los hoteles, que si los mapas del tiempo, que si el dinero, que si las cuadrillas, que si las bandas... Nada. Lo único que merece la pena es Ella. Porque, viendo a varias acólitas de Pasión llorando a mares al ver a su Virgen por primera vez en la calle bajo palio; viendo a varios hermanos de la Sed con el orgullo y la emoción dibujados en el rostro; viendo el abrazo de dos cofrades de la Redención en el momento de la salida de su dolorosa... ¿quién se acuerda de polémicas de usar y tirar? ¿Quién tiene ganas de explicar lo inexplicable?
Jerez estaba en las calles. El Jerez de las palmas flamencas improvisadas al paso de una Virgen; el de las oraciones cantadas a pie de paso, sin balcones ni llamadas previas, sin guiones establecidos con antelación, pero oraciones capaces de hacer que un capataz que iba a tocar el llamador decida esperar hasta el final de la plegaria; el Jerez que ni sabe ni entiende ni quiere entender de complejos. Ese Jerez, en su versión cofradiera, es el que salió ayer a las calles. Esto es Jerez, y con esto está dicho todo.

Los alrededores del Centro Parroquial de Santa Ángela de la Cruz tenían pinta de Domingo de Ramos. Faltaban los nazarenos de túnica negra y morada más rezagados corriendo al templo para ocupar su lugar en la fila. Pero no era Domingo de Ramos. Ni era el Señor de la Pasión el que, negado por San Pedro, iba a ponerse en las calles. Era un jueves de octubre y el que estaba dentro del salón de pasos de la Hermandad de Pasión era un palio venido desde Chipiona para que por primera vez en su historia la Virgen de la Angustia saliera rumbo al centro entre una docena de varales.
La Hermandad del Cautivo de Chipiona tuvo a bien ceder el palio de su Virgen de los Dolores a la cofradía jerezana para su participación en la Magna Mariana. Pero además, la sevillana Hermandad de los Servitas cedió la saya de la Virgen de la Soledad, que es la que ayer pudimos ver con la Angustia. Los Servitas fue la hermandad del imaginero Antonio Joaquín Dubé de Luque, y su hijo, Dubé Herdugo, es el autor de la dolorosa jerezana.
La Banda de Música San José Artesano, de San Fernando, llegó a la calle Playa del Rompidillo y se situó a la derecha de las puertas a la espera de la salida de la cofradía. Pasaban algunos minutos de las seis de la tarde cuando se abrieron y se pudo ver la cruz de guía de la corporación y diversas parejas de hermanos con cirios. Finalmente, antes de la presidencia, se situó el guión corporativo.
La apertura de puertas fue acogida con un aplauso. Era la primera en la calle después de que la noche antes se salvara la Magna casi 'in extremis' al aprobar pasarla a la semana siguiente. Pero sobre todo, era la primera vez que la Angustia de María salía bajo palio. El capataz Ezequiel Simancas no tardó en hacer sonar el llamador para que el paso, a pulso 'aliviao', se levantara y comenzara a salir. Fuera esperaba un incómodo y molesto enjambre de palitos con móviles (algún día habrá que hacer algo con esto...). Nadie quería perderse este instante.
En el momento de la salida, la banda tocó el Himno Nacional y posteriormente la marcha "Domine Deus Noster", quizá toda una declaración de intenciones acerca del perfil escogido para la presentación de la Virgen de la Angustia en las calles. Después seguirían marchas como "El Día del Señor", "Reina, Madre y Capitana", "Tú eres el orgullo de nuestro pueblo", "Pasa la Virgen Macarena", "Coronación" o "Virgen de Montserrat".
Además, en el aspecto musical hay que subrayar el estreno de "Angustia Madre Nuestra", una marcha de Manuel Otero Rodríguez que se tocó por primera vez poco antes de entrar en la Parroquia de San Miguel, el céntrico templo desde el que la dolorosa de la Hermandad de Pasión saldrá el sábado 19 para participar en la Magna.
Y un detalle más de este histórico día en la cofradía jerezana: la decoración de los cirios más cercanos a la Virgen, con los escudos de la hermandad, de la cofradía chipionera dueña del palio, de la Parroquia de San Miguel o de la ciudad de Jerez, labor realizada por Jesús Guerrero García.






















































Nos trasladamos a las Puertas del Sur, donde mucha gente esperaba la salida de la Virgen del Amparo, de la Hermandad de la Sed. Había una cierta confusión sobre la hora de salida. Se publicó inicialmente que las ocho de la tarde, luego que las siete y media. Al final fue un "ni pa ti ni pa mí", y las puertas de la Parroquia del Santísimo Cristo de la Sed se abrieron exactamente pasados dos minutos de las ocho menos cuarto de la tarde.
La cruz parroquial entre ciriales abría un cortejo del que formó parte la Hermandad de la Sed de Sevilla con su estandarte corporativo, justo delante del nuevo guión de la Sed jerezana, una obra de gran belleza de Ildefonso Jiménez bordada en oro y sedas sobre terciopelo azul. Al fondo, junto al Cristo de la Sed, se producía el momento inédito hasta ahora de ver cómo el crucificado se quedaba en casa y era la Virgen del Amparo la que se marchaba por primera vez en un paso procesional.
Se trataba del palio de la Virgen del Mayor Dolor de Ayamonte, gentilmente cedido para la ocasión. Una gran pieza bordada por Esperanza Elena Caro que le iba como un guante a la dolorosa del Amparo. Además, la Hermandad de la Yedra, hacia cuya ermita iba la cofradía para salir de allí el 19, prestó la saya de la Coronación Canónica, mientras que la Hermandad de la Sed de Sevilla cedió una toca de sobremanto de la Virgen de Consolación. Y por último, la Virgen del Amparo llevaba en su mano izquierda un corazón alado de la sevillana Hermandad del Amparo, que fue la madrina de la dolorosa jerezana por la coincidencia de sus advocaciones.
La Banda Municipal de Música de Arahal entró en el templo para interpretar, mientras el paso de palio se acercaba a la puerta, la marcha "Cristo de la Sed", dedicada al crucificado de la hermandad sevillana. Con ella, el palio, cuajado de flores y velas rizadas, alcanzó la puerta para salir a continuación con el Himno de España. Llegó entonces un momento sublime, como fue el estreno de la marcha "Amparo jerezana", de Juan Antonio Verdía, composición regalada este mismo año por un devoto de la dolorosa. Se trata de una marcha con letra que fue cantada por la Agrupación Coral de La Salle-Viña Jesús Monzón, lo que dio lugar a un instante realmente emocionante junto a la dolorosa del imaginero Rodríguez Picón.
Éste fue sólo el comienzo de una noche muy especial que se inició por el barrio de Puertas del Sur con marchas como "Esperanza de vida", "Al cielo con Ella" o "La Estrella Sublime", y que tuvo sus momentos álgidos en la visita a la Parroquia de San Rafael y a la Ermita de San Telmo, con encuentros cara a cara de la Virgen del Amparo con las dolorosas de las Aguas y el Valle, respectivamente. Pero sobre todo la más bella estampa estuvo en la llegada a la Ermita de la Yedra cerca de las doce de la noche, donde hubo fuegos artificiales y cantes en el encuentro con la Esperanza, con quien la dolorosa de Puertas del Sur convivirá hasta el día de la procesión magna.













































Y llegamos al tercer paso de palio que nos acercó ayer a la Magna Mariana que es sin duda, el acontecimiento cofradiero más importante del año. Hablamos de María Santísima Madre de la Iglesia, de la Hermandad de la Redención, que no salió directamente del Santuario de María Auxiliadora, sino del salón de pasos.
A las ocho de la tarde se puso en camino entre la emoción de sus cofrades. Por fin la dolorosa de Juan Ventura estaba en la calle presidiendo un paso de palio. En este caso, se trataba del paso de la Virgen de la Caridad, de la Hermandad de la Yedra de Écija. Además, la Vera-Cruz de El Puerto de Santa María cedió el manto, mientras que el Nazareno del Amor de Cádiz prestó la saya.
El resultado fue un conjunto donde la Virgen Madre de la Iglesia se lució en una jornada muy especial, en la que además la Hermandad de la Redención contó con la participación de la Archicofradía de María Auxiliadora de Sevilla, cuyo simpecado abría el cortejo.
Manuel Monge ejerció de capataz del paso de palio acompañado por Juanma Martín. Ambos sudaron la gota gorda en la calle Lealas debido a los naranjos que, aunque recientemente podados, estrechaban el hueco por el que debía pasar el palio. Incluso un miembro de la Yedra de Écija mostró su preocupación por este motivo, aunque la pericia de capataz y costaleros solventó adecuadamente la dificultad.
Fue aquí, en Lealas, donde una mujer se situó delante del palio y cantó una breve oración a la Virgen que dedicó a los presentes, ya que pidió por la salud de todos. Y poco después sonarían palmas flamencas al paso de la dolorosa.
La banda encargada de acompañar a la Madre de la Iglesia en su estreno bajo palio fue la de Agripino Lozano, que dio muestras de su buen hacer con un repertorio que incluyó composiciones como "Triana", "Como tú, ninguna", "Madrugá macarena" o "Pasa la Virgen Macarena"; esta última para marcharse por Porvera de la Iglesia de la Victoria, donde el palio se detuvo ante la representación de las hermandades de la Soledad y la Cena, cuya Virgen de la Paz y Concordia acababa instantes antes de entrar en el templo del que saldrá en la Magna debido a las obras que rodean la Iglesia de San Marcos.
Más adelante, por Gaitán, la plaza del Mamelón y la calle Sevilla, llegaría la Madre de la Iglesia al templo conventual de Capuchinos, reuniéndose así con la Virgen de las Mercedes de la Hermandad del Soberano Poder, que también saldrá de allí el 19.







































Titulaba esta crónica que las dolorosas más jóvenes piden paso. Las tres que salieron ayer y las igualmente recientes que lo harán en la Magna. Y es que ayer dijeron "aquí estoy yo", pese a que sean varios años los que nos hemos acostumbrado a que sean hermandades sólo con un paso de misterio. Aquí están, estaban ayer y estarán el día 19. Son las dolorosas más recientes, que piden paso, es decir, que piden su hueco, su lugar; pero que piden también un paso de palio. Esperemos que no discurran demasiados años para ver esto hecho realidad.
De momento, ayer las tres cofradías, Pasión, Sed y Redención, nos regalaron una noche inolvidable que no es nada para lo que viene. Y que se entretenga quien quiera con polémicas, con críticas, con comentarios carentes de interés. Fuera complejos. Como queda dicho más arriba, esto es Jerez y no hace falta añadir nada más.

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