Este viernes ha comenzado en San Lorenzo el besamanos a la imagen de Nuestro Padre Jesús ante Anás, de la Hermandad de la Bofetá; un culto que se extenderá a lo largo de todo el fin de semana. Para ello, el Señor se ha situado en la capilla de la hermandad, sobre una fina peana dorada y ante un cortinaje de damasco rojo que cubre el camarín donde recibe culto habitualmente la Virgen del Dulce Nombre.
Viste la túnica de tisú blanca con bordados en oro y unas sencillas potencias doradas. Está flanqueado por dos jarras del paso de palio con lirios y otras flores de tonos morados elevadas sobre columnas doradas. Detrás, hay cuatro blandones con cera color tiniebla.
Completan el montaje de este besamanos dos de los ángeles que forman parte del paso de misterio de la Bofetá con filacterias moradas en las que, en letras doradas, puede leerse "Christus factus est" y "Pro nobis obediens".
Por su parte, la Virgen del Dulce Nombre y San Juan Evangelista, recientemente restaurados por Carmen Bahima, están ya en su paso de palio esperando la estación de penitencia del próximo Martes Santo y mostrando su recuperada policromía, sin la suciedad que a lo largo de los años habían ido acumulando.
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