martes, 14 de enero de 2020

SAN ISIDORO ACOGIÓ EL BESAMANOS A NUESTRA SEÑORA DE LA SALUD


Vestida con su característico manto celeste conocido como el de cintas, Nuestra Señora de la Salud estuvo expuesta en besamanos este fin de semana en la Parroquia de San Isidoro, en el interior de su capilla, situada en la nave de la Epístola del templo, aunque algo más adelantada que en años anteriores para dejar espacio precisamente a dicho manto.
Una tarima forrada en color rojo y con una alfombra sobre ella elevaba todo el montaje de este besamanos, donde la Virgen de la Salud estaba subida a una fina peana de madera dorada. Por encima del manto la imagen llevaba una toca blanca de encaje. Además, lucía sus habituales atributos procesionales, tales como la corona, la ráfaga, el cetro y la media luna. En la mano derecha sujetaba un rosario y en distintos puntos de su vestimenta lucía diferentes medallas.
Por su parte, el Dulce Nombre de Jesús estaba vestido con una pequeña túnica de color crudo bordada en oro y en la cabeza tenía la pequeña corona que igualmente suele lucir en las salidas procesionales del mes de mayo. También sostenía en la mano izquierda una bola del mundo rematada por una cruz.
Flanqueando a la Virgen de la Salud había dos columnas de madera dorada de base cuadrada y fuste acanalado con sendos candelabros sobre ellas. Y delante de estas columnas se ubicaron unas jarras plateadas con rosas de color rosa y rosas blancas de pitiminí; estas mismas flores estaban en un gran centro a los pies de la Virgen, así como en otras dos jarras, éstas bastante estilizadas, situadas detrás, encima de otras dos columnas doradas con una decoración más profusa que las anteriores.
Al fondo, además de cuatro blandones dorados con cirios blancos, estaba en el lugar de culto de la Virgen de la Salud el simpecado de la hermandad sobre una alta peana plateada y entre los arcángeles de su paso.




































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