viernes, 26 de junio de 2015

SEVILLA EN JEREZ (XXVI): Ecos universitarios en el barrio de Santiago

La Hermandad de la Buena Muerte de Jerez de la Frontera es la protagonista del capítulo XXVI de la serie "Sevilla en Jerez". Se trata de una hermandad fundada en 1956, impulsada por la asociación de padres y antiguos alumnos del Colegio del Patronato Católico de Nuestra Señora de la Merced. Su sede canónica es la monumental Iglesia de Santiago, del barrio flamenco del mismo nombre, cuyo larguísimo periodo de cierre parece estar más cerca de terminar con la próxima finalización de las obras de restauración en las que está inmersa.
Hay que subrayar que entre los fundadores de la hermandad se encontraba Fernando Cano-Romero, quien fuera pregonero de la Semana Santa de Sevilla en 2012 y del que ya hablamos en esta serie de artículos al referirnos a la Hermandad del Soberano Poder (ver aquí).
En la capilla de dicho colegio ya existía la llamada Congregación del Santísimo Niño Jesús, devoción que se decide incorporar a la nueva hermandad. Desde el principio se tuvo claro que el titular de la cofradía sería una imagen de Cristo crucificado, decantándose por la advocación de la Buena Muerte.
No es casual esta advocación, dado que los cofrades jerezanos ponen sus ojos en la Hermandad de los Estudiantes de Sevilla, encargando para ello en 1957 al imaginero Antonio Castillo Lastrucci la talla de un crucificado inspirado precisamente en el Cristo universitario de Juan de Mesa; un modelo que Castillo utilizaría en diversas tallas de crucificado a lo largo de su vida.

Cristo de la Buena Muerte, de Castillo Lastrucci (1957)

Todo en este crucificado jerezano recuerda al de los Estudiantes; desde la posición del cuerpo, la caída de la cabeza y el sudario abierto en la cadera derecha, hasta el 'titulus crucis' con la inscripción de un simple 'INRI' en letras de gran tamaño.
Pero es que, además, también el paso procesional del Cristo de la Buena Muerte de Jerez está claramente inspirado en el que Francisco Olivera diseñó y talló para la cofradía hispalense, de líneas rectas y estilo renacentista. En el caso del paso de Jerez, su autor fue Francisco Barroso, quien lo talló en 1962 para su estreno en la Madrugada del Viernes Santo del año siguiente. Cuenta con los cuatro evangelistas en las esquinas y cuatro hachones con cera color tiniebla.

Los pasos de los Cristos de la Buena Muerte de Jerez y Sevilla (Foto Jerez: elhachoncofrade.blogspot.com)

Tal fue la vinculación entre ambas hermandades desde la fundación de la jerezana, que en su primera estación de penitencia formaron parte del cortejo el estandarte y las insignias de los Estudiantes, hermandad que también amadrinó la bendición del crucificado.
La Hermandad de la Buena Muerte tiene como titular mariana a la Virgen del Dulce Nombre, talla realizada también por Antonio Castillo Lastrucci y que fue bendecida en Jerez en 1964. Sobre esta imagen ha circulado siempre una historia que la emparentaría igualmente con una cofradía sevillana, aunque la cosa no está tan clara.
En 1959 un jovencísimo Adolfo Arenas Castillo, nieto de Castillo Lastrucci, ex presidente del Consejo de Cofradías de Sevilla y ex hermano mayor de la Hiniesta, donó a la Hermandad del Gran Poder una dolorosa tallada por su abuelo, quién sabe si con la intención de que sustituyera a la dolorosa actual, atribuida por muchos autores a Blas Molner.
Al no darle culto, la hermandad del Señor de Sevilla se la devolvió unos años después al donante. A partir de aquí, una teoría muy extendida defiende que cuando la Hermandad de la Buena Muerte de Jerez encargó a Castillo Lastrucci una dolorosa, éste les dio la Virgen que había pasado por el Gran Poder.
Sin embargo, la propia cofradía jerezana aclara que su Virgen del Dulce Nombre no tiene nada que ver con esa dolorosa, sino que se trata de una imagen tallada en principio para una hermandad de Córdoba y que, al verla en el taller de Castillo, acordaron inmediatamente su adquisición.
Lo cierto es que hoy en día es fácil detectar diferencias entre aquella Virgen que donó Adolfo Arenas a la Hermandad del Gran Poder y la Virgen del Dulce Nombre de Jerez.

La Virgen donada por Adolfo Arenas al Gran Poder junto a la Virgen del Dulce Nombre de Jerez (Foto Jerez: elartedevestiralavirgen.es)

Descartado que aquella Virgen que formó parte de manera fugaz del patrimonio de la Hermandad del Gran Poder acabara en Jerez, la pregunta es qué fue de dicha imagen. La explicación es muy sencilla: aquella dolorosa, tras ser retallada por Antonio Joaquín Dubé de Luque, fue bendecida en 1967 como María Santísima de la Soledad y es hoy la dolorosa que procesiona bajo palio en la Hermandad de los Servitas. Los hermanos Juan de Dios y Esteban Pechero Guinea fueron los encargados de adquirir la talla y de donarla a la cofradía servita.
En cuanto a la Virgen del Dulce Nombre de Jerez, sale a las calles en un palio sin bordar confeccionado por Ildefonso Jiménez, con orfebrería de Villarreal de estilo neogótico.

Paso de palio de la Virgen del Dulce Nombre

Es digno de destacar que, al pertenecer al barrio de Santiago, tan impregnado de la tradición del arte flamenco, son innumerables las saetas que tanto el Cristo de la Buena Muerte como la Virgen del Dulce Nombre reciben fundamentalmente en la mañana del Viernes Santo, en su regreso al barrio tras realizar su estación de penitencia. Y ello, pese a que el cierre de la Iglesia de Santiago obliga a la hermandad a salir cada Madrugada desde la Basílica de la Merced, donde reside la Patrona de la ciudad gaditana.

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