viernes, 30 de octubre de 2015

EL RIESGO DE LLUVIA REDUJO A DOS HORAS LA SALIDA DEL ROSARIO MACARENO


La Hermandad de la Macarena vivió el pasado domingo una salida procesional muy breve, de algo más de dos horas, de la Virgen del Rosario. La amenaza de lluvia, que en forma de gotas aisladas llegó a aparecer hacia el final de la procesión, hizo que la cofradía avanzase con una gran celeridad durante todo el recorrido, que en cualquier caso se había previsto que fuera muy corto, independientemente de cuestiones meteorológicas. De hecho, con riesgo de lluvia la salida de 2015 ha durado cerca de dos horas y media, mientras que en 2014, sin riesgo alguno, duró apenas una hora más.
Hubo tiempo, de todas formas, para disfrutar con la bella imagen de la Virgen del Rosario, con su Niño dormido en brazos. El cambio de hora hizo que la salida, que tuvo lugar a las siete de la tarde, se iniciara ya de noche. La Centuria Macarena abría paso al cortejo, encabezado por la cruz de guía, y con las insignias basilicales, el simpecado, el guión concepcionista y el guión de Santo Domingo. Asimismo, acompañaban las hermandades del Rocío de la Macarena, el Carmen y la Sacramental de San Gil, justo delante del estandarte de la Hermandad de la Macarena, la presidencia y el cuerpo de acólitos.





Pronto asomó al atrio de la Basílica de la Macarena el paso de la Virgen del Rosario, acompañado por la Sociedad Filarmónica Nuestra Señora del Carmen de Salteras, que interpretó en primer lugar en la calle, tras el Himno Nacional, la marcha "Rosario Macareno", a la que siguió después, por el inicio de la calle San Luis, "Como tú ninguna".
Para esta salida procesional, la Virgen del Rosario lució el manto celeste bordado por José Guillermo Carrasquilla en 1964 para la Coronación Canónica de la Esperanza Macarena y restaurado en 2007 por Paleteiro. En cuanto al exorno floral, el paso llevó lilium, orquídeas y nardos, dando lugar a un conjunto con mucho gusto.








Las primeras composiciones que sonaron detrás de la Virgen del Rosario conformaron toda una serie de marchas macarenas que sonaron perfectamente, pese a que la Banda del Carmen había estado hasta altas horas de la madrugada tras el paso de palio de la Hiniesta.
"Pasa la Virgen Macarena", "Coronación de la Macarena" y "Aniversario Macareno" se fueron sucediendo por la calle San Luis y la Plaza del Pumarejo. Aquí, a esa última marcha siguió, sin que el paso se detuviera, "María Santísima de la O", con la que la Virgen del Rosario se adentró durante bastantes metros por la calle Relator.
















La procesión avanzaba con rapidez, generando algunos problemas de tensión entre las personas que cangrejeaban delante del paso. Sin embargo, el paso continuó realizando largas chicotás y paradas muy cortas.
Por Relator, tras la Virgen del Rosario sonó "Madrugá Macarena", seguida posteriormente por "Macarena", de Abel Moreno, en el giro a la calle Parras, donde también se tocó la composición "Esperanza Macarena".
A continuación, por la estrechez de Sagunto, el paso salió a la Plaza de San Gil, donde la Banda del Carmen tocó la marcha "Sentencia Macarena". Después, sonó "Macarena", de Emilio Cebrián, mientras la Virgen del Rosario giraba para detenerse mirando a la puerta de la parroquia donde tantos años residió la Hermandad de la Macarena.





















Como si fuera un eco de la procesión extraordinaria del día anterior, en la esquina de la propia Basílica, ya de vuelta en este apresurado regreso, la banda interpretó "La Estrella Sublime". Posteriormente, se pudo escuchar de nuevo "Pasa la Virgen Macarena".
Luego, el paso se detuvo ante la puerta del templo, aún en la parte exterior de la reja, y cuando Antonio Santiago mandó que se levantara, comenzaron a caer algunas gotas que obligaron a acelerar en dirección a la Basílica, a los sones de "Coronación de la Macarena".










Ya bajo la zona techada anterior a la puerta de acceso al templo, el paso de la Virgen del Rosario dio un giro de ciento ochenta grados a los sones de "Como tú ninguna". Después, el paso procedió a entrar en la Basílica con una larga interpretación del Himno de España.












Una vez dentro, el paso de Nuestra Señora del Santo Rosario fue ubicado ante el altar de la Hispanidad, dando así por finalizada esta brevísima salida procesional marcada por el alto riesgo de lluvia que, sin embargo, no impidió el reencuentro de la Virgen del Rosario con la feligresía de San Gil.

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