La primera fue el sábado la Hermandad de la Virgen de Montemayor, que se unía este año al calendario de procesiones letíficas después de cerca de sesenta años desde la fundación de esta hermandad filial de la Patrona de Moguer. Los cofrades se tuvieron que conformar con los movimientos del paso por el interior de San Juan de la Palma a los sones de "Amarguras", a cargo de la Banda de Nuestra Señora del Sol.
Por otro lado, el domingo tenían prevista su salida tres hermandades. Por la mañana debería haberse puesto en la calle la Hermandad de la Virgen de la Sierra, pero pronto, vista la situación, decidió suspenderla. Y por la tarde, la primera que anunció que no saldría fue la Hermandad de las Nieves, que iba a salir desde la Parroquia de San Nicolás, al estar cerrada su sede, Santa María la Blanca, que afronta la tercera y última fase de su restauración integral. La Virgen de las Nieves cambió su recorrido por las calles de la feligresía por una breve procesión claustral en las naves de San Nicolás con la participación de la Banda del Maestro Tejera.
Poco después, en San Julián se anunciaba la suspensión de la salida de la Hermandad del Rosario, que al menos se acercó a la puerta del templo para que la pudieran contemplar los cofrades que esperaban en la calle a conocer la decisión de la junta de gobierno. Así, la Virgen del Rosario se quedó dentro de San Julián, junto al paso de palio de la Virgen de la Hiniesta, que saldrá en procesión extraordinaria, si el tiempo no lo impide en este octubre lluvioso, el próximo sábado.
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