viernes, 30 de octubre de 2015

LA ALEGRÍA CELEBRÓ LOS 325 AÑOS DEL PRIMER ROSARIO PÚBLICO


La Hermandad de la Virgen de la Alegría celebró el pasado viernes por las calles de la feligresía de San Bartolomé un rosario público en conmemoración de los 325 años transcurridos desde la celebración del primer culto de este tipo en Sevilla y en España, organizado precisamente por esta corporación de gloria.
Fue el 17 de junio de 1690, sólo once días después del fallecimiento del dominico Fray Pedro de Santa María Ulloa, gran propagador de la devoción al Santo Rosario, cuando la Hermandad de la Alegría decidió salir a las calles para cantar el Rosario, llevando para ello el Simpecado de la cofradía, cruz de guía y faroles encendidos, dando así inicio a una costumbre que pronto arraigó con fuerza en Sevilla, ya que a partir de esa fecha los rosarios, tanto de la aurora como vespertinos, fueron organizados con frecuencia por todo tipo de hermandades.
Para conmemorar esta efeméride, el pasado viernes la Hermandad de la Alegría llevó a cabo un rosario público como el de hace 325 años, saliendo de la Parroquia de San Bartolomé a las ocho y media de la tarde, con un breve cortejo encabezado por la característica cruz de guía y los faroles, seguidos de hermanos con hachetas y cirios, y por fin el Simpecado entre otros dos faroles, antecedido por el párroco, Juan José Sauco.
Detrás, el Coro de Campanilleros de Nuestra Señora de la Soledad, de Castilleja de la Cuesta, fue el encargado de acompañar musicalmente al Simpecado en este rosario público.








A lo largo del recorrido marcado, el cortejo fue entrando en diversos templos ubicados en la feligresía, comenzando por el Monasterio de las Salesas, en la cercana Plaza de las Mercedarias. El Simpecado entró hasta el mismo presbiterio del templo, donde se rezó uno de los misterios del rosario y el coro de campanilleros cantó a la histórica insignia de la hermandad.








Y enfrente de las Salesas, el Convento de las Mercedarias, segunda parada del rosario público. Dentro, además de las hermanas, esperaba la Virgen de la Merced, antigua titular de la Hermandad de Pasión.








A continuación, el cortejo tomó la calle Conde de Ibarra, donde el Simpecado se detuvo para el rezo de un nuevo misterio del rosario.




Seguidamente, el rosario público de la Hermandad de la Alegría llegó hasta la Parroquia de San Nicolás, donde entró para buscar, en primer lugar, a la Hermandad de las Nieves, cuyo paso continuaba montado para la salida procesional, suspendida por la lluvia, del domingo anterior. El Simpecado se ubicó junto al paso antes de dirigirse hasta la Capilla Sacramental del templo, donde reciben culto los titulares de la Hermandad de la Candelaria. El Simpecado se colocó mirando hacia el altar de dicha capilla y se rezó un misterio del rosario.








De nuevo salió el cortejo a la Plaza de Nuestro Padre Jesús de la Salud y continuó su camino por la calle San José hacia el templo del mismo nombre, para posteriormente, por Levíes, buscar de nuevo su Parroquia de San Bartolomé.






Y así, con un acto sencillo y relativamente breve, la Hermandad de la Alegría celebró el 325 aniversario de un culto que marcó un antes y un después en una de las formas que tienen las cofradías sevillanas de manifestar su fe por las calles de la ciudad.

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