domingo, 14 de febrero de 2016

LA LLUVIA AGILIZÓ EL TRASLADO DE LA ESTRELLA A SANTA ANA


La amenaza constante de lluvia y su ligera aparición en algunos momentos marcaron una de las jornadas más intensas de la Cuaresma sevillana, en la que la Hermandad de la Estrella celebró su tradicional traslado hasta Santa Ana, mucho más rápido de lo habitual debido a las circunstancias meteorológicas.
En torno a las ocho de la tarde finalizaba la Eucaristía en la Capilla de la calle San Jacinto y fue entonces cuando la Junta de Gobierno, tras caer una ligera llovizna, decidía realizar el recorrido habitual pero sin leer las estaciones de vía crucis, que finalmente se pronunciaron ya en el interior de la “catedral” de Triana.
Pasadas las ocho y media se abrían las puertas de la Capilla de la Estrella y el cortejo, encabezado por la cruz alzada de plata y los dos ciriales elaborados por Juan Borrero, se ponía en la calle. Tras un buen número de hermanos portando cirios, hacía su salida el Señor de las Penas que, con potencias de oro, recorría las calles de Triana sobre unas pequeñas andas cubiertas por un monte de claveles color burdeos e iluminadas por cuatro candeleros con cera roja.
El acompañamiento musical corrió a cargo, por tercer año consecutivo, de la Escolanía “Nuestro Padre Jesús de las Penas”, creada y dirigida por Francisco Perejón Ortega.
El estandarte de la Hermandad y cuatro ciriales de plata anunciaban la salida de María Santísima de la Estrella, que en esta ocasión lucía la saya de Luis Miguel Garduño estrenada en 2012, de tisú de plata bordado en oro y sedas de colores; el manto de terciopelo azul con las vistas bordadas en oro, que “La Valiente” usó por primera vez el pasado mes de octubre; toca de sobremanto; y la antigua corona de salida. Seis candeleros con cera blanca y claveles blancos, dispuestos en dos jarras y un friso, adornaban las andas que, a su vez, estaban iluminadas en la parte trasera por candelabros.
Poco después de las nueve y media de la noche, y tras volver a aparecer la lluvia en los últimos metros, la hermandad hacía su entrada en Santa Ana, donde se realizará el quinario. El regreso hasta la Capilla de San Jacinto está previsto para la mañana del próximo domingo 21 de febrero. 















Texto y fotos: Cristina Abengózar Delgado

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