domingo, 23 de junio de 2019

CORPUS 2019: TRASLADO DEL SEÑOR DE LA CENA A LA CALLE CARDENAL CARLOS AMIGO


Después de que el año pasado el traslado del Señor de la Sagrada Cena al Palacio Arzobispal se tuviera que hacer desde la Parroquia de San Román, donde la hermandad residía provisionalmente por las obras en Los Terceros, esta mañana de Corpus de nuevo el Señor que tallara Sebastián Santos partió de su casa para conformar el último altar del recorrido de la procesión eucarística de la Catedral.
A las seis y media de la mañana, cuando aún no había amanecido, se abrían las puertas del templo de la calle Sol y la blancura de sus muros restaurados permitió ver al Señor sobre el paso del Santísimo Cristo de la Humildad y Paciencia ubicado ante el retablo mayor, donde quedaron los doce apóstoles sin su Maestro.
Antes de su salida, comenzó a abandonar la Iglesia de los Terceros el breve cortejo del traslado, conformado por la cruz alzada entre ciriales, el guión sacramental y el estandarte corporativo, además de varias parejas de hermanos con cirios rojos.




Delante del cuerpo de acólitos iba el sobrio acompañamiento musical de este traslado, formado por el quinteto de metales Air Brass y la Escolanía María Auxiliadora. En el momento de la salida del paso, comandado por el capataz Alfonso Morillo, sonó "Cantemos al amor de los amores". Con esta composición, el paso con el Señor de la Cena giró a su izquierda para dirigirse en primer lugar a la Plaza de los Terceros, donde se paró.














Diversas especies florales de color blanco adornaban el paso, así como espigas de trigo y racimos de uvas. Por su parte, el Señor vestía este año una túnica blanca y un mantolín rojo.
Después de que el año pasado unas obras impidieran recorrer la calle Francisco Carrión Mejías, siendo sustituida por Alhóndiga, la Hermandad de la Cena ha optado este año, ya sin las limitaciones de las obras, por repetir el itinerario de 2018. Así, pasó por la puerta ojival de Santa Catalina y continuó por Alhóndiga hasta la Plaza de San Leandro.
A partir de ahí, siguió el recorrido acostumbrado por la estrechez de Zamudio, Plaza de San Ildefonso y Boteros, en todo momento a un ritmo rápido para llegar a tiempo al Palacio Arzobispal.






























Por Odreros, el Señor de la Cena salió a la Plaza de la Alfalfa y a partir de ahí realizó en sentido inverso parte de su recorrido de cada Domingo de Ramos, pasando por Jesús de las Tres Caídas para después bajar la Cuesta del Rosario y tomar Francos, donde había ya romero esparcido para la procesión eucarística.
Por esta calle, el Señor pasó y se detuvo ante los altares montados por las hermandades de los Negritos y San Benito, que han participado de esta forma en la festividad del Corpus con motivo de la Coronación Canónica de Nuestra Señora de los Ángeles y del XXV aniversario de la Coronación de Nuestra Señora de la Encarnación, respectivamente.






















Tras discurrir por Placentines, Argote de Molina y un pequeño tramo de Álvarez Quintero, el Señor de la Cena alcanzó ya Alemanes, donde el final de este traslado coincidió con la llegada de las últimas hermandades que iban a participar en la procesión de la Catedral, entrando con sus estandartes por el Patio de los Naranjos.
Así, a los pies de una Giralda cubierta con andamios en la cara que da a la Plaza Virgen de los Reyes, el paso se convirtió en altar inmóvil en la puerta lateral del Palacio Arzobispal, la que da a la calle rotulada desde marzo como Cardenal Carlos Amigo.





























Pasaban algunos minutos de las ocho de la mañana y todo estaba previsto para el inicio de la procesión principal del Corpus Christi 2019. Los diferentes altares instalados este año, doce en total, esperaban ver pasar ante sí a Jesús Sacramentado.

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