domingo, 31 de mayo de 2020

LOS DEVOTOS DE LA ANUNCIACIÓN DE JUAN XXIII CAMBIAN LOS BESOS POR FLORES


"Una flor por un beso". Éste ha sido el acto especial que este fin de semana ha sustituido en la barriada de Juan XXIII al tradicional besamanos a Nuestra Señora de la Anunciación. Las medidas de seguridad a que obliga la situación de pandemia del coronavirus han llevado a la hermandad de gloria, que la semana pasada tendría que haber celebrado su salida procesional, a cambiar el besamanos por una ofrenda en la que se invitaba a los devotos a depositar flores a los pies de la imagen.
La Virgen de la Anunciación se encontraba en su propia capilla de la parroquia, pero colocada en el suelo, ante un dosel de damasco rojo con crestería de madera dorada en la parte superior y en los laterales. Estaba vestida con manto verde de brocado y saya blanca de tisú. Además, lucía la corona y la ráfaga de salida, y llevaba algunos broches y medallas en el pecherín. Entre las manos sujetaba su libro de orfebrería, mientras que en la izquierda sujetaba un rosario y en la derecha un colgante.
La talla de San Gabriel estaba en el lado derecho de la capilla, mirando a la Virgen de la Anunciación, que contaba con tres candeleros con cera blanca y un ramo de flores de talco a cada lado. Y a sus pies, infinidad de ramos o flores sueltas donadas por los devotos que han pasado a visitarla durante el fin de semana, en la tarde del sábado y en la mañana de este domingo.
Finalmente, Nuestro Padre Jesús del Poder y el Niño Jesús permanecieron en sus lugares de culto habitual durante esta iniciativa devocional en honor a la imagen mariana que centra la devoción de la parroquia y de la barriada, que espera ya la llegada del mes mayo de 2021.
























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