jueves, 25 de septiembre de 2025

LOS ESTUDIANTES EXPONE EL PASO QUE NUNCA DEBIÓ HACERSE


La junta de gobierno saliente de la Hermandad de los Estudiantes ha expuesto durante estos días en la sala capitular de sus dependencias del Rectorado de la Universidad el nuevo paso realizado para el Santísimo Cristo de la Buena Muerte. El motivo de esta exposición lo expresaba claramente la hermandad: "A los efectos de recepción y comprobación del estado final en que se encuentra la obra por la nueva junta de gobierno", que tomó posesión anoche y que, por cierto, lo primero que ha hecho es cancelar la exposición "por motivos técnicos y de organización de los espacios hasta nuevo aviso".
No es una cuestión menor la motivación expresada de esta exposición, teniendo en cuenta que el nuevo hermano mayor, José Ignacio del Rey Tirado, dijo tener la intención de convocar un cabildo extraordinario para que los hermanos voten si finalmente aceptan el uso del paso que se ha hecho o no. 
La cosa no deja de tener su miga, dado que se trataría, si finalmente ese cabildo se convoca, de darle a los hermanos la oportunidad de corregir la decisión que ya tomaron en su momento. Y es que hace ahora tres años los hermanos fueron convocados a un cabildo en el que se les propuso el proyecto de este nuevo paso, diseñado por Antonio Gutiérrez de la Peña (ver). Y sí, los hermanos lo aprobaron, pero analicemos la letra pequeña.
Participaron en aquella votación 316 hermanos, una cifra ciertamente irrisoria si tenemos en cuenta la cantidad de miembros que tiene la corporación y la importancia del tema a tratar. Para que nos hagamos una idea de lo raquítica que fue la participación en aquel cabildo, basta mencionar que en las ultimas elecciones de la hermandad votaron 1.659 hermanos. Insisto: el cabildo del nuevo paso sólo le interesó a 316.
Pero es que de esos poquísimos 316 hermanos, únicamente 189 votaron a favor del proyecto. ¿Fueron mayoría? Sí, claro. Lo fueron frente a los 123 que votaron en contra y los cuatro que se molestaron en acudir para acabar votando en blanco. Con estos datos, ¿fue legítima la materialización del proyecto? Evidentemente. Aunque lo lógico en temas tan importantes sería establecer un número mínimo de participantes en el cabildo para que lo acordado tenga validez. Vamos, un quorum. Como sorprendentemente no se estableció ninguno, el proyecto se dio por aprobado y se hizo.
Y aquí es donde la lógica más elemental nos dice que, precisamente con los datos anteriores, el nuevo paso nunca debió haberse ejecutado. La bajísima participación en el cabildo ya debería haberle indicado a la hermandad que el proyecto no levantó precisamente pasiones entre los hermanos. Y que fuera aprobado con la negativa de más de un 40 por ciento de los asistentes (los apoyos se quedaron en el 59,8 por ciento), era una señal de advertencia muy, pero que muy explícita para que alguien con cabeza hubiera decidido que no se puede afrontar una inversión de 400.000 euros con el respaldo de únicamente 189 hermanos. 
A mí me hubiera bastado la negativa de una persona, mi madre fundamentalmente, para descartar pedirle a mi banco una hipoteca. Aquí tenemos a 189 personas decidiendo por un conjunto de unas 6.000 invertir 400.000 euros en un paso que... ¿a cuántos ha convencido una vez visto el resultado final?
Pero es que no olvidemos un detalle que no debe pasar desapercibido. Aunque en los mentideros ya se daba por hecho que el nuevo hermano mayor podía ganar las elecciones, prácticamente nadie pensaba que lo haría con tanta diferencia de votos como la que obtuvo: 990 frente a los 650 del otro candidato, que provenía de la junta responsable de la ejecución del nuevo paso. No es difícil pensar que en algunos, pocos o muchos, de los casi mil hermanos que respaldaron su candidatura, influyera su intención de volver a votar sobre lo votado; es decir, como queda dicho, la oportunidad de corregir la decisión primera.
Estaremos atentos al próximo capítulo de este culebrón iniciado por quienes durante años se han empeñado en repetir hasta la saciedad que el Cristo de la Buena Muerte no tenía un paso digno para una imagen de su importancia artística. Así empezaron en su momento en el Cachorro y vaya si llevan décadas y décadas dando tumbos... Lo que está claro es que, si ponemos la cabeza en este tema, el nuevo paso de los Estudiantes jamás debió ser una realidad. No ha sido un proyecto de hermandad, no generó ni interés ni entusiasmo alguno, no fue proyectado por un profesional del diseño (y mira que los hay) y, una vez realizado, sólo le ha gustado a una innegable minoría, tanto dentro como fuera de la hermandad. 
Ahora bien, lo que sí que sería maravilloso, independientemente del futuro que le espere a este nuevo paso, al antiguo o a ambos, es que cada vez sean mayoría aquéllos a los que les dé por mirar un poco más del canasto hacia arriba. Por pedir...






















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