A falta de unos días para su salida procesional, que servirá de traslado al Convento de la Encarnación, en la plaza Virgen de los Reyes, como traslado previo a su Coronación Canónica en la Catedral, la Divina Pastora de Santa Marina ha vuelto precisamente a dicho templo, donde estuvo su sede canónica entre 1703 y 1936, cuando la guerra civil y el incendio provocado en la iglesia la obligó a buscar otros destinos hasta recalar en su sede actual, la capilla del antiguo hospital de San Bernardo.
Fue el pasado domingo cuando la Divina Pastora abandonó la Parroquia de San Pedro, donde también estuvo durante varios días, para trasladarse a Santa Marina, donde esta semana se está celebrando un triduo en su honor. De esta forma, los muros de la que fue su casa durante más de dos siglos, a un paso de la calle llamada precisamente Divina Pastora, que cuenta con un retablo cerámico suyo, se han reencontrado 89 años después con tan importante devoción, tallada por Francisco Antonio Gijón, modelo escultórico de cuantas llegaron después.
En el lado derecho del presbiterio se ha montado el altar de este triduo de carácter extraordinario por el lugar donde se está celebrando, con la Pastora ante un dosel cedido por la Hermandad de la Resurrección, que la ha acogido en la que hoy es su casa. De hecho, el Señor Resucitado y la Virgen de la Aurora presiden el altar mayor, a muy pocos metros de tan ilustre invitada. Además, la Divina Pastora está acompañada por el Dulce Nombre de Jesús, la imagen del Niño que posee la corporación y que forma también parte del altar del triduo, situado ante un pequeño manifestador.
Hasta la tarde del domingo, la Divina Pastora de Santa Marina lo será aún más bajo el techo de un templo que le dio el "apellido" con el que todavía es conocida, pese a que hace cerca de un siglo lo tuvo que abandonar. Es ésta una de las históricas estampas que nos está dejando esta Coronación Canónica que tendrá lugar el próximo 27 de septiembre en la Catedral.
No hay comentarios:
Publicar un comentario