sábado, 2 de marzo de 2013

SEVILLA EN JEREZ (IX): Unos respiraderos de San Roque para la Hermandad de la Defensión

Dedicamos el noveno capítulo de "Sevilla en Jerez" a la Hermandad de la Defensión, fundada en 1957 para dar culto a un impresionante crucificado que se encontraba en el Convento de los Padres Capuchinos de Jerez. Esta imagen, obra del valenciano José Esteve Bonet, llegó a la ciudad gaditana en barco desde el puerto de Valencia y subiendo después el río Guadalete en enero de 1795.
No viajaba solo, ya que lo acompañaba la Virgen de la Defensión, realizada también por Esteve para la Cartuja de Jerez. Por este motivo, los frailes Capuchinos optaron por esta misma advocación para el crucificado que, después de unos días en la Cartuja, fue trasladado hasta su convento situado en la actual calle Sevilla, fuera de los límites de la antigua muralla.
Centrándonos en el objetivo de esta serie de artículos, hay que comentar que la primera vinculación entre la Hermandad de la Defensión y una cofradía sevillana la encontramos en los años sesenta. En sus primeras salidas procesionales, que se iniciaron el Martes Santo de 1958, el Cristo de la Defensión realizaba su estación de penitencia sobre un paso cedido por la Hermandad de la Piedad, donde hasta 1951 procesionaba el Triunfo de la Santa Cruz, paso alegórico que en Sevilla recibe el sobrenombre de La Canina, pero que en Jerez se conocía como La Chacha.
Sin embargo, este paso pronto se deterioró, por lo que la Hermandad de la Defensión decide encargar un nuevo paso de líneas rectas y realizado en madera en su color, siguiendo la estética sobria que buscaba la corporación. A este nuevo paso se le aplicaron unos respiraderos de los años veinte que habían pertenecido a la Hermandad de San Roque. Éstos fueron los primeros respiraderos con los que contó el actual canasto del paso de Nuestro Padre Jesús de las Penas, tallado por José Gil en 1929. Los actuales son de Manuel Cerquera, de 1963.

El paso de José Gil de Nuestro Padre Jesús de las Penas de San Roque (foto: Universidad de Sevilla); al lado, el paso del Santísimo Cristo de la Defensión con los mismos respiraderos, restaurados y retocados, en los años 60 (foto: Eduardo Pereiras).

Se da la curiosa circunstancia de que el antiguo paso del Cachorro, obra de Castillo Lastrucci en 1929, pudo haber sido adquirido por la Hermandad de la Defensión para su crucificado. Los cofrades Juan Cervilla y Justo Garzón se encargaron de su compra a la hermandad trianera con idea de ofrecérsela a la jerezana cofradía de Capuchinos. Sin embargo, ésta lo rechazó, dado que no se adaptaba a ese carácter sobrio que mencionábamos antes. Así es como el paso acabó en la Hermandad de la Cena, que lo sigue utilizando en su estación de penitencia cada Lunes Santo, como vimos en el capítulo VI de esta serie (podéis recordarlo pinchando aquí).
Unos años más tarde, la Hermandad de la Defensión encarga al tallista sevillano Antonio Martín un nuevo paso para su crucificado. El estilo de este paso se inspira en gran medida en el del Santísimo Cristo del Calvario de Sevilla. Antonio Martín comenzó a tallarlo en 1982, estrenándose al año siguiente. Los elementos de orfebrería corresponden a Manuel de los Ríos, Orfebrería Andaluza y Jesús Domínguez, que los fueron realizando a lo largo de varios años posteriores. Hay que indicar que desde 2011 la Centuria Macarena es la encargada de poner sus sones musicales tras este paso.

Imagen actual del paso del Santísimo Cristo de la Defensión (Foto: imagenes-semanasanta.blogspot.com).

También son sevillanos los artífices del segundo paso de la Hermandad de la Defensión. Así, la Virgen de la O es una talla de Luis Álvarez Duarte (1971) que vino a sustituir a una dolorosa anterior de menor tamaño. En cuanto al paso de palio, que se está bordando poco a poco, su diseño es de Antonio J. Dubé de Luque.

Primer plano del rostro de la Virgen de la O y su paso de palio en el interior del Convento de Capuchinos (Fotos: elartedevestiralavirgen.es).

Finalmente, es interesante comentar que desde 2001 figura delante de la cruz de guía arbórea de la Hermandad de la Defensión un muñidor, al estilo de la Mortaja sevillana, acompañado de dos servidores de librea que portan la Tau o cruz de San Francisco y la Vara de Amonestaciones utilizada por los monjes cartujos para amonestar a los hermanos que incumplían el voto de silencio.

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