jueves, 12 de noviembre de 2015
LA ESTRELLA SUBLIME: 450 AÑOS DE LA COFRADÍA DE LA HINIESTA
Pasada ya la salida extraordinaria, la Hermandad de la Hiniesta sigue celebrando el 450 aniversario de la aprobación de las reglas penitenciales. Desde el pasado día 6 y hasta el próximo domingo, el Círculo Mercantil e Industrial acoge la exposición "La Estrella Sublime: 450 años de la Cofradía de la Hiniesta", en la que se puede ver gran parte del patrimonio de la hermandad, así como una importante colección de documentos históricos acerca de los diferentes avatares por los que ésta ha pasado a lo largo de los años.
Repasamos el contenido de esta muestra, comenzando por el patio de la sede del Mercantil, donde recibe al visitante la delantera del paso de palio de la Virgen de la Hiniesta. Así, vemos la bambalina frontal, bordada por Rodríguez Ojeda en 1906 y ampliada años más tarde, dos de los varales (1995), el frontal del respiradero (2004), las jarritas delanteras (1998), y ocho pequeños candeleros, todo ello de los Hermanos Delgado; y el faldón delantero, de Herederos de Carrasquilla (2007-2008).
Junto a todos estos enseres del paso de palio se ha colocado el cartel conmemorativo del 450 aniversario de la cofradía penitencial, obra de Manolo Cuervo.
Ya en la primera sala de la exposición, comenzamos señalando la presencia de una fotografía del primer tercio del siglo XX de la primitiva dolorosa de la Hiniesta, atribuida tradicionalmente a Martínez Montañés. El cuadro fue un regalo de boda de la hermandad a Francisco Camero, miembro de la junta de gobierno desde 1905 y responsable del encargo de la marcha "La Estrella Sublime" a Manuel López Farfán.
En esta parte de la muestra hay una vitrina con las constituciones (hoy diríamos reglas) de la Hermandad de la Hiniesta de 1671, una fotografía coloreada de la antigua Hiniesta y otra fotografía de esta misma dolorosa en una procesión de rogativas por el fin de la epidemia de cólera de 1885.
Seguimos con el libro de reglas de 1883 y una vara de metal plateado de esa misma época.
También se muestran los dibujos en acuarela sobre papel de M. Grima (1885) en los que se ven los antiguos pasos que tenía entonces la cofradía: el paso alegórico del Triunfo de la Santa Cruz y el Calvario.
En la pared se ve también una fotografía enmarcada del crucificado que remataba el altar mayor de la Parroquia de San Julián, desaparecido en el incendio del templo en 1932.
Esta primera vitrina concluye con un paño de bocina de autor desconocido de 1885, bordado en oro, plata y sedas sobre terciopelo morado; la cartela interior original de la bambalina trasera del paso de palio de la Hiniesta, de Rodríguez Ojeda (1906); una antigua fotografía de un nazareno del cortejo de la Virgen y dos hebillas de los zapatos de los nazarenos.
Continuamos con una fotografía de Rafael Pavón Fernández, de principios del siglo XX, donde aparece la antigua Hiniesta vestida de hebrea. Fue la primera Virgen en vestirse de este modo, según creación de Rodríguez Ojeda. Esta fotografía sirvió de modelo para la imagen bordada en el simpecado de la cofradía.
Esta misma fotografía también fue el modelo para un azulejo realizado por Antonio Kiernam en Cerámica Santa Ana en la década de 1940, cuando ya esa imagen había desaparecido. El azulejo, que era propiedad de la familia Carrasquilla, pasó a la Hermandad de la Hiniesta el año pasado.
Seguimos con otra vitrina, en la que se muestran las reglas de la hermandad del año 1926.
A su lado, vemos tres objetos relacionados con el imaginero Antonio Castillo Lastrucci: el contrato para la talla de la Virgen de la Hiniesta (1933), desaparecida después en el incendio de San Marcos de 1936; el contrato de ejecución de la actual Virgen de la Hiniesta y el Cristo de la Buena Muerte (1937); y la Medalla al Mérito en el Trabajo en la categoría de plata, otorgada al escultor por el Ministerio de Trabajo en julio de 1967, meses antes de morir. Esta medalla fue ofrendada por la familia de Castillo a la hermandad y la dolorosa la lleva prendida de la saya cada Domingo de Ramos.
De las paredes cuelgan varias convocatorias de cultos, dos de ellas, anteriores al incendio de 1932. Una de ellas es de 1912 y la otra de 1928. Otra se refiere a un culto celebrado, sólo un mes después del incendio de San Julián, en la Parroquia de la Magdalena en acción de gracias por haberse salvado del fuego el Santísimo Sacramento. Y la cuarta, de 1933, es el anuncio de la bendición de la primera dolorosa de la Hiniesta de Castillo Lastrucci en la Parroquia de San Marcos.
Relacionado con el incendio, se puede ver un resguardo de una papeleta de donativo para la reconstrucción de la Parroquia de San Julián, ilustrada con la ya mencionada foto de la antigua Hiniesta vestida de hebrea, que también se utilizó en las convocatorias de cultos anteriores.
A su lado se expone el actual libro de reglas, cuya portada fue labrada en plata, marfil y esmaltes sobre terciopelo azul por Manuel Seco Velasco en 1957.
También se ven las reglas de la hermandad, aprobadas el 28 de febrero de 1967.
Las partituras de las marchas "Hiniesta" (1945) y "Nuestra Señora de la Hiniesta" (1952), de José Martínez Peralto, cierran los contenidos de esta vitrina.
A continuación, se muestra una fotografía de la Hiniesta tallada en 1933 por Castillo Lastrucci y que fue titular de la hermandad durante sólo tres años. La fotografía fue tomada por Ramírez de Arellano.
En esta exposición se puede ver el modelo en escayola de la actual dolorosa de la Hiniesta (1937). Fue donada a la hermandad por el nieto de Castillo Lastrucci y ex hermano mayor, Adolfo Arenas Castillo, en 2012.
Seguimos con dos fotografías de cuerpo entero de las actuales imágenes del Cristo de la Buena Muerte y de la Virgen de la Hiniesta.
A continuación, se exponen otras dos convocatorias de cultos, en este caso de los años 1942 y 1943.
En 1944 se bendecía la imagen de Santa María Magdalena, talla también de Castillo Lastrucci, de 1944. En una foto se ve un primer plano de su rostro.
También se expone el boceto en barro cocido de esta misma imagen. Como dato curioso, hay que apuntar que la imagen definitiva tapa más la desnudez del hombro izquierdo que el boceto, siguiendo las recomendaciones de la autoridad eclesiástica.
Otras cuatro convocatorias de cultos se exponen a continuación, correspondientes a los años 1946, 1948, 1955 y 1956.
Del cartel del 450 aniversario vemos la pintura de Manolo Cuervo que ha servido de base para la obra definitiva, pintada en acrílico sobre lienzo (2014), combinada con la fotografía.
Y de lo moderno, a lo clásico. La exposición muestra ahora dos litografías de Francisco Hohenleiter; una de los nazarenos (1928) y otra del paso de palio en la Plaza de San Julián.
José Álvarez Gámez fue el encargado de pintar el cartel de la Semana Santa de 1960, en el que representó la sombra del paso del Cristo de la Buena Muerte y varios nazarenos de la Hermandad de la Hiniesta.
A su lado, se ven dos diseños de Cayetano González para el paso del Cristo de la Buena Muerte (1970). Aunque ninguno de ellos se llevó a cabo finalmente, sí se emplearon en el diseño definitivo algunos elementos, como las jarras en las esquinas, los hachones como iluminación o los apliques de plata.
A continuación, se ve el aguafuerte pintado por José Luis Porcar en 1996 y que el Ayuntamiento de Sevilla regaló a la Hermandad de la Hiniesta. Se ve el Cristo de la Buena Muerte y fue utilizado para un cartel en la cuaresma de aquel año.
Y junto a esta obra, una de este mismo año, titulada "Madre Hiniesta" y pintada en técnica mixta sobre tabla por Antonio Díaz Arnido. Ha sido la portada de la publicación extraordinaria editada por el 450 aniversario.
Seguimos con una vitrina en la que se exponen tres juegos de potencias del Cristo de la Buena Muerte: unas de cobre plateado del siglo XVIII y autor anónimo, que provienen del crucificado que remataba el altar mayor de San Julián desaparecido en 1932; otras de plata sobredorada y piedras semipreciosas de autor desconocido de 1939; y las de oro y pedrería labradas por Hijo de Juan Fernández en 2014.
Junto a las potencias, se pueden ver dos puñales de la Virgen de la Hiniesta: uno de plata sobredorada, piedras semipreciosas y esmaltes, obra de Manuel Seco Velasco en fecha desconocida; y otro de oro, oro blanco y piedras preciosas, de Hijo de Juan Fernández (2008).
Vemos también la retama de hiniestas de plata, plata sobredorada y topacios, realizada por Fernando Marmolejo Camargo (1974). Pertenece al ajuar de la Hiniesta Gloriosa y fue un regalo del entonces alcalde de Sevilla, Juan Fernández Rodríguez y García del Busto con motivo de la Coronación Canónica de la imagen gótica. El ideólogo de este atributo fue el recordado Juan Martínez Alcalde y lo porta cada Domingo de Ramos en su mano la Hiniesta Dolorosa.
Este mismo año, el Ayuntamiento de Sevilla ha concedido a la Hermandad de la Hiniesta la Medalla de la Ciudad en reconocimiento a su 450 aniversario penitencial y su vinculación con el Consistorio a través de la Hiniesta Gloriosa. Fue entregada al hermano mayor, José Antonio Romero, por el alcalde, Juan Ignacio Zoido, el pasado 30 de mayo, día de San Fernando. La medalla es de plata sobredorada, obra de Fernando Marmolejo.
También vemos la rosa en llamas, pieza de oro, oro blanco, diamantes y rubíes, de la Joyería González Labrado (2007). Fue ofrendada por el ex hermano mayor, Adolfo Arenas, en recuerdo de la Virgen de la Hiniesta desaparecida en 1932. El diseño se inspira en un texto de Joaquín Romero Murube, que sobre el incendio de San Julián dijo que la Virgen se consumió "como una rosa caída en el cráter de un volcán".
En otra vitrina se muestran tres coronas de la Hiniesta Dolorosa: una de autor anónimo del primer cuarto del siglo XX, labrada en metal plateado y piedras semipreciosas; la segunda es la corona de salida, de plata sobredorada, piedras semipreciosas y esmaltes, de Manuel Seco Velasco (1957); y la tercera es la de Fernando Marmolejo, de plata sobredorada, oro, marfil y piedras preciosas (1962).
Seguimos con dos partituras de la marcha "La Estrella Sublime", de Manuel López Farfán, las dos firmadas y dedicadas a la hermandad por su autor el 15 de febrero de 1925. El título de la composición viene de unas coplas de la hermandad en las que se refieren a la Virgen como "luciente y la más sublime estrella".
Finaliza lo expuesto en esta primera sala con una serie de periódicos y revistas en las que se hace mención a la Hermandad de la Hiniesta, principalmente al incendio de San Julián y a los años posteriores a este suceso. Vemos recortes de periódicos como El Correo de Andalucía, La Unión, El Liberal, Arriba, ABC y otras publicaciones como La Hoja del Lunes y la revista Semana.
Pasamos a la segunda sala, donde en primer lugar vemos el Pendón de Sevilla, obra de José Guillermo Carrasquilla en el bordado en hilos de oro, plata y sedas de colores sobre seda carmesí, y de Manuel de los Ríos en la orfebrería de plata. Es una réplica del Pendón del Ayuntamiento que fue donada por éste a la hermandad en 1990 para la estación de penitencia del Domingo de Ramos y para la función votiva en honor a la Hiniesta Gloriosa de cada 8 de septiembre.
A su lado se encuentra el baldaquino de la Hiniesta Gloriosa que figura en la entrecalle del paso de palio el Domingo de Ramos, pero que durante todo el año se encuentra en el despacho del alcalde por ser la Hiniesta la Patrona del Ayuntamiento. La imagen, de marfil, es de Juan Vázquez Sánchez; la orfebrería de la Virgen es de Fernando Marmolejo (1963); y el baldaquino es de Manuel Seco (1986).
Vemos a continuación el estandarte corporativo de la hermandad, bordado por José Guillermo Carrasquilla en oro, plata y sedas de colores sobre terciopelo azul en 1967, con asta de plata de ley de Hijo de Juan Fernández, de 2013.
La cruz de guía se ve a continuación, obra de Antonio Izquierdo, de 1967. Es de caobilla con apliques de metal plateado y tiene incluido un templete con la Hiniesta Gloriosa. No sólo abre el cortejo en la estación de penitencia el Domingo de Ramos, sino también el de las procesiones de la Hiniesta Gloriosa con motivo del Corpus.
Vemos ahora uno de los faroles que acompañan a la cruz de guía, tallados en caoba por Manuel Caballero Farfán con orfebrería en plata de Manuel de los Ríos (1988).
Junto al farol se muestra el senatus, bordado por Juan Manuel Rodríguez Ojeda en oro sobre terciopelo azul (1929) con asta de metal plateado de Orfebrería Villarreal (1963).
A continuación, se muestran algunos elementos del paso del Cristo de la Buena Muerte. Así, se puede ver el frontal de los respiraderos, de madera de caoba (Antonio Martín, 1971); uno de los hachones, de madera de caoba y plata (Antonio Martín, Guillermo Domínguez y José López Camacho, 1971-1973); el llamador, de plata (Manuel Seco Velasco, 1974); una de las jarras de las esquinas y una de los costeros, de plata (Manuel Seco, 1971).
Al lado se muestra el simpecado, bordado en 1935 por Guillermo Carrasquilla en oro y sedas de colores sobre terciopelo granate, con asta de metal plateado de Manuel Seco (1970). Reproduce a la antigua Virgen de la Hiniesta.
Y junto al simpecado, se puede contemplar un estandarte bordado en oro, plata y sedas sobre damasco rojo, obra de Rodríguez Ojeda de comienzos del siglo XX. Tiene asta de metal plateado.
A continuación, se exponen tres conjuntos de enseres presididos por los diferentes respiraderos con los que ha contado el paso de palio de la Hiniesta a lo largo del último siglo. En primer lugar, vemos el frontal del respiradero de metal plateado labrado por Cristóbal Ortega en 1893. Fueron realizados para la Amargura y adquiridos después, en 1916, por la Hiniesta, que pagó por ellos la hoy curiosa cantidad de 375 pesetas. Siguen en propiedad de la hermandad, que los usa para cultos internos. Sobre los respiraderos se han situado un candelabro de siete luces de metal plateado (Hijos de Cristóbal Ortega, 1917), otro de cinco luces de mismos autores y año, otro candelabro de tres luces (1913) y un candelero de metal plateado (Manuel Seco, 1945), que formó parte del paso de palio hasta 1978.
Al lado se muestra un cirial de metal plateado de autor anónimo, datado alrededor del año 1925.
Seguimos con el respiradero frontal que sustituyó al anterior y que hoy se sigue utilizando para el paso de la Hiniesta Gloriosa en el Corpus. Conjuga el metal plateado, de Orfebrería Villarreal, con la malla de oro bordada en oro, plata y sedas de colores, de Carrasquilla (1967). También se ven aquí dos candeleros de alpaca plateada, de Manuel de los Ríos (1979); el llamador de metal plateado que pudiera ser de Manuel Seco (1955); el basamento de un candelabro de cola, de metal plateado (Manuel Seco, 1952); y dos jarras de metal plateado del mismo autor, de 1947.
Otro cirial, éste de plata y perteneciente al paso del Cristo de la Buena Muerte (Manuel Seco Velasco, 1972), se ve a continuación.
Finalmente, se expone el actual respiradero trasero (ya que el frontal está en el patio), obra en plata de los Hermanos Delgado del año 2004. Pese a ser el trasero y taparlo en la calle el manto, está labrado al completo porque en sus primeros años se utilizó también para la Hiniesta Gloriosa, aunque actualmente no sea así. Sobre este respiradero se exponen un candelero de plata, también de los Hermanos Delgado (el conjunto casi completo se realizó entre 2004 y 2008) y cuatro jarras también de plata de los mismos autores de entre los años 1998 y 2002.
Y al lado de este conjunto, uno de los ciriales del paso de palio, de metal plateado (Orfebrería Villarreal, 1963).
Encima de cada uno de los conjuntos de respiraderos y otros enseres que hemos visto, se han colocado sendas bambalinas de tres pasos de palio diferentes, que inciden en la idea ya tratada en este blog en uno de los capítulos de "Sevilla en Jerez", como se puede ver aquí. Son tres palios de Rodríguez Ojeda que presentan un mismo diseño, basado probablemente en un frontal de altar de época renacentista o barroca, consistente en una urna funeraria como elemento central, con tallos y hojas de acanto alrededor de éste. En primer lugar, vemos la caída frontal del palio de la Virgen del Mayor Dolor y Traspaso, de la Hermandad del Gran Poder, bordado en oro sobre terciopelo rojo.
A continuación, se expone la caída trasera (igual a la frontal, que se puede ver en el patio) del palio de la Hiniesta. Fueron ampliadas entre 1925 y 1927 por su propio autor, Rodríguez Ojeda, pero en su origen, en 1906, eran de cajón y estaban bordadas en plata sobre raso azul, mientras que hoy el soporte es el terciopelo.
Por último, se muestra el palio más antiguo de los tres, de 1931, estrenado cuando ya Rodríguez Ojeda había muerto. Pertenece a la Hermandad del Santo Crucifijo de la Salud, de Jerez de la Frontera, y está bordado en oro sobre terciopelo rojo. Su concepción es la más parecida al diseño original del palio de la Hiniesta, con una serie de elementos cuadrangulares en la parte inferior.
Seguimos con la saya procesional de la Virgen de la Hiniesta, bordada en oro sobre terciopelo burdeos por Rodríguez Ojeda en 1916. Ha sido restaurada este año por Manuel Solano, que ha recuperado elementos de su diseño primitivo, como las zonas de malla de oro.
La saya se expone sobre la peana del paso de palio, labrada en plata por los Hermanos Delgado López en 2003.
Completamente extendido en una de las paredes de la sala vemos el manto de salida de la Virgen de la Hiniesta, bordado en plata sobre terciopelo azul en 1906 por Juan Manuel Rodríguez Ojeda. Tiene un diseño simétrico con mayor profusión de bordados en el perímetro y en la zona inferior que en la zona central, donde se repite un mismo diseño. La toca de sobremanto, bordada en oro sobre malla, está incluida en el propio manto, mientras que la blonda de oro es de 1996.
La muestra continúa con uno de los candelabros de cola, realizados en plata por los Hermanos Delgado en 2002. Se caracterizan por la presencia de dos maceros en la base, debido a la vinculación de la hermandad con el Ayuntamiento, junto a los escudos de España y Sevilla.
También tenemos ocasión de observar con todo detalle en esta exposición el techo de palio, bordado en plata y sedas de colores sobre tercipelo azul, con la gloria de madera policromada y plata, ya que representa a la Hiniesta Gloriosa. Es obra de Guillermo Carrasquilla, salvo la talla de la Virgen gótica, que es de José Pérez Delgado de 1985. El diseño reproduce el estilo juanmanuelino, salvo la gloria y los adornos que la rodean, de entre los que destacan doce rosas de pasión.
Flanqueando al techo se muestran dos sayas de la Virgen de la Hiniesta. A la izquierda, una de tisú de plata blanco bordado en oro y sedas, obra de José Ramón Paleteiro, de 2003. La de la derecha, del taller de Santa Bárbara, es también de oro y sedas sobre tisú (2009).
Seguidamente, vemos dos bocinas de ambos pasos de la hermandad. La del paso de palio es de terciopelo azul con bordados en oro, plata y sedas, de Rodríguez Ojeda (1916), con orfebrería de metal plateado de Villarreal (1966). En cuanto a la del paso del Cristo, está bordada en oro y sedas sobre terciopelo burdeos por Carrasquilla (1941), con orfebrería también de metal plateado y de Villarreal.
A su lado, la bandera concepcionista, que forma parte del cortejo del paso de palio de la Hiniesta. Es una obra de este mismo año 2015, realizada en el bordado de oro y sedas sobre tisú celeste por Manuel Solano, la pintura al óleo de Antonio Díaz Arnido, y el asta de plata, de José Manuel Bernet Cabeza.
Para terminar, una acertada curiosidad. En el centro de esta segunda sala hay una serie de maniquíes que visten las túnicas que a lo largo de la historia de la cofradía penitencial han llevado sus nazarenos. La más antigua, con túnica y antifaz negro sin capirote, es de 1565; de 1586 son las dos siguientes, ya con capirote para los nazarenos de luz, y con túnica y antifaz blancos, de nuevo sin capirote, y escapulario verde para los nazarenos de sangre; de 1879 es la siguiente túnica negra, con capirote y cinturón amarillo de esparto; al año 1885 pertenecen las siguientes túnicas, la blanca con antifaz negro y botonadura y cíngulo rojos para el paso alegórico del Triunfo de la Santa Cruz, y túnica, antifaz y capa negros también con botonadura y cíngulo rojos para el paso del Calvario; después va la túnica blanca con antifaz azul, que fue la de toda la cofradía entre 1906 y 1913, después fue sólo del paso de Cristo entre 1914 y 1931, y desde 1963 hasta la actualidad; entre 1931 y 1962 los nazarenos del Cristo llevaron túnica y antifaz azul con cíngulo rojo; y finalmente, la túnica del cortejo de la Virgen desde 1914 hasta la actualidad, compuesta de túnica y antifaz azul con capa blanca y cíngulo de los mismos colores.
Aún queda tiempo, hasta este domingo, para disfrutar detenidamente con esta completa exposición de una hermandad con una dilatadísima historia en la vida cofradiera de Sevilla, que si en su faceta penitencial tiene 450 años, hay que recordar que la hermandad de gloria de la Hiniesta gótica cumplió en 2012 nada menos que seis siglos. En aquel momento, también hubo una exposición conmemorativa en el Círculo Mercantil, que se puede recordar en este enlace.
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