martes, 29 de enero de 2019
LA VIRGEN DEL REFUGIO DE SAN BERNARDO, EN DEVOTO BESAMANOS
La Hermandad de San Bernardo celebró este fin de semana el besamanos anual a María Santísima del Refugio, que se presentó a los devotos en el presbiterio alto de la parroquia, elevada sobre una ancha peana de plata y vestida con su manto procesional, de terciopelo rojo bordado en oro, saya blanca de tisú también bordada, toca de malla, cotilla con el escudo de la hermandad en sedas de colores y fajín militar rojo con tres entorchados y borlones dorados.
Lucía además la corona de salida, diversos broches y medallas, dos rosarios, uno en cada mano, siendo la derecha la que daba a besar, una medalla con el escudo de la hermandad en la mano izquierda y un alfiler con su advocación prendido del fajín.
Flanqueando a la dolorosa del Miércoles Santo había cuatro altos blandones dorados con cera blanca, y entre cada pareja una jarra del paso de palio con diversas especies florales. Además, delante de estos enseres había un friso con las mismas flores. Algo más atrás de la Virgen del Refugio había otras dos jarras del palio sobre sendas columnas doradas con decoración pictórica y base cuadrada.
Y al fondo, ante un gran cortinaje de terciopelo rojo que cubría casi en su totalidad el retablo mayor de la Parroquia de San Bernardo, se dispuso el dosel de cultos de la hermandad con un trono delante. Dos faroles de plata de ley sobre esbeltas columnas doradas con fuste estriado se encontraban junto al trono.
Finalmente, en los extremos había dos pequeñas mesas con doseles de damasco rojo y apliques de madera dorada con borlones. Sobre las mesas, que tenían antiguos adornos con motivos eucarísticos, había sendas jarras del palio y un total de diez pequeños candeleros alrededor de cada una de ellas.
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