Desde la tarde del pasado sábado y hasta hoy, lunes, permanece expuesto en solemne veneración el Santísimo Cristo del Desamparo y Abandono, de la Hermandad del Cerro, cerrando así los cultos en su honor tras el quinario y el vía crucis.
El crucificado atribuido a Francisco de Ocampo, que lleva sus potencias de salida, se sitúa en posición vertical delante del retablo donde recibe culto todo el año, en la cabecera de la nave de la Epístola de la Parroquia de los Dolores. Está flanqueado por dos jarras del paso de palio con diversas especies florales rojas elevadas sobre columnas de madera dorada. Más hacia los extremos hay otras dos jarras, éstas sobre pies de base cuadrada de madera policromada con decoración de apariencia marmórea.
Detrás del Cristo del Desamparo y Abandono hay dos mesas de madera dorada con cinco candeleros con cera roja encima de cada una de ellas. Y sobre el banco del retablo en el que está el sagrario hay más candeleros, dos jarras con flores de talco y los cuatro antiguos faroles que iban sobre el canasto del paso de misterio. Finalmente, hay que mencionar que el estandarte corporativo se encuentra colocado en el lado izquierdo, junto a una de las columnas que separan la nave de la Epístola de la central.
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