La Hermandad de los Panaderos parece haberse inspirado en su participación el año pasado en la exposición "Escenas de la Pasión" (ver) para preparar el montaje del acto de veneración a Nuestro Padre Jesús del Soberano Poder, que ha comenzado este viernes y que se extenderá durante todo el fin de semana.
Así, como en aquella muestra, vemos el misterio del Prendimiento colocado a la altura de las personas que acudan a la Capilla de San Andrés. Y también como en aquella exposición, falta una imagen para completar todo el grupo escultórico de Antonio Castillo Lastrucci. Si entonces era el propio Cristo el que faltaba, en esta ocasión es la talla del apóstol Santiago.
El Señor del Soberano Poder se encuentra delante de todo el conjunto, vestido con la túnica de Juan Manuel Rodríguez Ojeda restaurada por José Antonio Grande de León con la que el pasado lunes presidió el Vía Crucis de las Cofradías en la Catedral (ver). Las que no son las mismas son las potencias, que no son las que lleva en la estación de penitencia el Miércoles Santo.
Detrás del Señor vemos un soldado romano a la derecha y un sayón que se acerca a Cristo con las cuerdas para atarle las manos. A continuación, están el otro soldado romano y el sayón que sujeta la antorcha para iluminar la escena. Finalmente, se ha recreado un olivo y junto a él tenemos a la izquierda a San Juan y a San Pedro, mientras que a la derecha está Judas Iscariote ya arrepentido y con la bolsa de las treinta monedas en su mano izquierda.
La tarima en la que se sitúa la parte delantera del conjunto y el suelo del presbiterio alto de la parte trasera están cubiertos de ramitas verdes para representar así el Huerto de los Olivos. El Señor, además, cuenta con una sencilla peana de madera dorada para elevar su altura.
Finalmente, hay que apuntar la presencia de un gran centro de variadas especies florales de tonalidad morada a los pies del Señor del Soberano Poder, mientras que en los laterales se sitúan dos de los candelabros del paso de misterio del Prendimiento. Y al fondo, el retablo está cubierto por un cortinaje rojo.
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