La Hermandad de la Candelaria de Jerez cerró ayer, domingo, los cultos en honor a su dolorosa titular vinculados a su festividad con la celebración del solemne besamanos.
Por este motivo, la Virgen que tallara Manuel Prieto Fernández fue ubicada en el presbiterio bajo de la Parroquia de Santa Ana sobre una peana de plata. Vestía manto rojo bordado en oro y la saya de tisú de plata también bordada en oro por Ildefonso Jiménez en 2019; la misma que lució en la Magna Mariana del pasado 19 de octubre (ver). Asimismo, contaba con la toca de sobremanto de malla bordada en oro y sedas que igualmente tenía en la Magna y en sus salidas procesionales de cada Lunes Santo.
Sobre la cabeza portaba la corona de salida, mientras que en el pecherín veíamos un puñal, una cruz pectoral, un alfiler con su advocación, el escudo de la hermandad en oro y un pequeño broche. Con la mano izquierda sujetaba un rosario y era la derecha la que ofrecía a los devotos para que la besaran.
A un lado y a otro de la Candelaria se desplegaban un total de doce candeleros con cera blanca y variadas flores de distintas tonalidades, principalmente claveles, orquídeas y rosas, repartidas en cuatro pequeños centros y en dos jarras del paso de palio.
Detrás, en el presbiterio alto, había otras cuatro jarras del palio con las mismas flores sobre sendos pies de base cuadrada, mientras que al fondo, ante un enorme dosel rojo, estaba el altar del triduo de la dolorosa, presidido ahora por un trono sobre la peana procesional, entre numerosos candeleros, dos jarritas, cuatro guardabrisas y dos ángeles de las esquinas del paso del Señor de las Misericordias portando faroles.
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