sábado, 27 de octubre de 2012

INCOMPRENSIBLE, COMO POCO...


A estas alturas todo el mundo lo sabe ya: la junta de gobierno de la Hermandad de las Aguas ha decidido rescindir el contrato con la Banda del Sol y con la Municipal de La Puebla del Río, que ya no serán las encargadas de acompañar musicalmente a los pasos de la cofradía el próximo Lunes Santo. Sus sustitutas serán la Banda de las Tres Caídas tras el misterio y, a falta de confirmación oficial, Mairena del Alcor tras el palio de la Virgen de Guadalupe.
Nada hay que objetar a un cambio de banda (o de bandas). Es algo perfectamente normal y en principio no tendría mayor importancia. Pero ocurre que esta decisión ha generado multitud de preguntas que deberían plantear los hermanos de las Aguas a su hermano mayor. Porque, ¿qué quieren que les diga? Como poco, todo esto es bastante incomprensible.
Hagamos memoria: en noviembre de 2010 Antonio Arrondo es elegido nuevo hermano mayor de las Aguas y en marzo de 2011 decide renovar por cuatro años a ambas bandas. Sin embargo, hace unos días la junta de gobierno rompe de forma unilateral los contratos con las dos formaciones musicales. Cualquiera se preguntará qué ha podido ocurrir en el último año y medio para que Arrondo cambie de opinión. ¿Por qué se cuestiona la continuidad de las bandas con un contrato de larga duración firmado hace tan poco tiempo? No hay respuesta.
Es obvio, además, que Arrondo no llevaba en su programa electoral cambiar de bandas. Digo esto del programa electoral porque tenemos un ejemplo muy cercano en el tiempo completamente diferente. Cuando el actual hermano mayor de los Gitanos resultó elegido, todos sabíamos que quitaría a la Agrupación Musical Virgen de los Reyes para recuperar a la agrupación propia. No hubo sorpresas, por tanto, cuando esto ocurrió. La diferencia, la gran diferencia, es que, aunque ya era hermano mayor, José Moreno respetó el contrato de la anterior junta de gobierno con Virgen de los Reyes, que aún tocó tras el Señor de la Salud en la Madrugá de 2010.
Pero, ¿cómo se puede entender que el mismo hermano mayor de las Aguas que un día decide renovar por cuatro años el contrato con dos bandas prescinda de ellas en sólo año y medio? ¿Han hecho algo grave esas bandas, las dos a la vez, para que la hermandad las castigue echándolas?
Y más cuestiones: ¿ha sido simple casualidad que la decisión se haya conocido sólo unos días después de la procesión de la Virgen del Rosario, en la que participaron las bandas Varón de Dolores (del Sol) y La Puebla del Río? ¿No estaría ya tomada oficiosamente desde antes, pero se ocultó hasta que pasara el que ninguna de estas bandas imaginaba que sería su último compromiso con la hermandad de la calle Dos de Mayo?
¿En qué papel deja Antonio Arrondo a su hermandad? Un señor que demuestra tener muy poca palabra y muy poca sensibilidad al romper dos contratos sólo cinco meses antes del Lunes Santo... Tanto la Banda del Sol como la de La Puebla creían hasta hace unos días tener cubierta esa jornada de la Semana Santa de 2013 y de 2014. Pero de repente se ven expulsadas y con un contrato convertido en papel mojado. Una actitud impresentable, la del señor Arrondo y toda su junta, que quizá se han visto afectados por el tradicional virus tan propio de hermanos mayores sin luces: “voy a cambiarlo todo para que cuando me vaya se note que he estado…”. Algunos se preocupan más por dejar su impronta personal que por el bien de su cofradía y la imagen que ésta pueda causar en la Sevilla cofradiera. Una imagen que, en el caso de las Aguas, ahora mismo está por los suelos por su falta de compromiso y por el trato dispensado a dos formaciones musicales cuya única culpa es haber confiado en la palabra de quien ha demostrado no tenerla. Salvo que haya una explicación convincente a estas decisiones. Seguimos esperando…
Pero no acaba todo ahí porque el tema, de rebote, ha salpicado también a la Hermandad del Polígono de San Pablo. Desde los inicios como agrupación parroquial y luego como hermandad de vísperas, el paso del Cautivo y Rescatado ha contado con el acompañamiento musical de la Banda de las Tres Caídas. Sin embargo, cuando la cofradía entra en la nómina de la Semana Santa, se opta por dividir musicalmente el itinerario, de forma que la ida hasta la Catedral la haría la Banda de las Tres Caídas y la vuelta la de San Juan Evangelista (al fin y al cabo, todo queda en casa). Dudo mucho que esto se prolongue durante varios años…
Dicho de otra forma: la Banda de las Tres Caídas acompañará a dos pasos distintos del mismo día, mientras que la de San Juan Evangelista acompañará a la del Polígono hasta su casa. Dos misterios sonando al mismo tiempo exactamente igual, como ocurre el Miércoles Santo con la Sed y la Lanzada. ¡Viva la diversidad!
Estaremos atentos al desarrollo de los acontecimientos, pero sobre todo a la explicación que sin duda Antonio Arrondo le debe a sus hermanos; entre otras cosas para saber si su caprichito musical le va a costar dinero a la Hermandad de las Aguas por la ruptura de dos contratos antes de tiempo y sin ningún motivo aparente que lo justifique.

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