lunes, 28 de diciembre de 2015

EL BELÉN ALEGÓRICO DEL SOL


La Hermandad del Sol ha instalado este año en la Parroquia de San Diego de Alcalá un belén diferente de carácter alegórico, realizado por el carmonense Fernando de la Maza. Se trata, como se explica en un cartel situado junto al nacimiento, de un belén único, lleno de detalles y con una profunda carga teológica, dada la alegoría que en él se representa.
Es una composición a medio camino entre los pesebres napolitanos y los belenes barrocos andaluces. La obra, con una distribución semejante a la de un retablo, se divide en tres planos. El primero es el celestial, donde vemos la figura de Dios Padre con su corte celestial a modo de rompimiento de gloria.
Después se sitúa el espiritual-terrenal, donde observamos, bajo un dosel blasonado con la frase "Pulchra ut luna. Electa ut sol" ("Pura como la luna. Radiante como el sol", versículo del libro del Cantar de los Cantares), a la Virgen del Sol. Aparece María Expectante, con el Niño Jesús en sus entrañas, del que emana un resplandor propio del sol, encarnada de Dios Padre por medio del Espíritu Santo como Madre del Sol de Justicia que llega para redimir al mundo de sus pecados. A los pies de la Virgen, cuatro pequeños ángeles portan los atributos pasionistas y de realeza del Santo Cristo Varón de Dolores (corona de espinas, tenazas, lanza y paño de la Verónica). Por último, completan la escena dos arcángeles portando atributos propios de la Encarnación y Expectación de María, y flanqueando el conjunto de la Virgen y el dosel.
Finalmente, vemos el plano terrenal, en el que, como símbolo de los testigos de Jesucristo en la tierra, aparecen San José, asumiendo la paternidad terrena del Hijo de Dios, y San Diego de Alcalá, al ser el titular de la sede de la Hermandad del Sol, anacronismo muy propio de los belenes conventuales. San Diego, además, porta en su hábito varias rosas, atributo propio de este santo. Completan este plano dos doncellas y un niño, caracterizados todos a la usanza propia de la Andalucía del siglo XVIII, que acuden a realizar ofrendas al Niño Dios encarnado y nacido de María.









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