domingo, 7 de octubre de 2018

BESAMANOS A LA VIRGEN DEL ROSARIO DE SANTA CATALINA CON LA CENA TRAS ELLA


La Iglesia de San Román acoge este fin de semana el último besamanos a María Santísima del Rosario, de la Hermandad del Carmen, antes de su regreso a Santa Catalina previsto para el próximo mes de noviembre. Es, además, el primero y único en que tiene tras Ella el misterio completo de la Cena, que se encuentra desde hace más de un año también en San Román por obras en Los Terceros. En el besamanos del año pasado no estaba el conjunto escultórico completo, sino sólo el Señor (ver).
La Virgen del Rosario, imagen atribuida a Francisco Antonio Gijón, está ubicada en el presbiterio del templo, sobre la peana procesional de la Virgen del Carmen. Viste su manto de salida de terciopelo rojo bordado en oro, saya color hueso y mantilla a modo de toca decorada con lentejuelas. Además, lleva la corona, ráfaga y cetro de orfebrería dorada con los que sale cada 1 de noviembre a las calles, y una media luna plateada a sus pies.
Entre los numerosos broches y joyas que lleva prendidas, hay que destacar la Gran Cruz del Mérito Marítimo que la Real Liga Naval Española concedió a la imagen en 2014, como anteriormente había hecho con la Virgen del Carmen de la misma hermandad. Esta distinción la tiene la imagen colocada en el fajín hebraico de la cintura.
La mano que ofrece a los devotos es la derecha, mientras que en la izquierda, además del cetro y un rosario, tiene un ramillete de flores de talco, como también lo tiene la talla del Niño Jesús, que se encuentra sentado en un trono de madera situado a la derecha de la Virgen y que viste un trajecito blanco.
Ante la Virgen del Rosario, marcando un imaginario espacio para el acceso de los devotos al besamanos, vemos cuatro jarras con variadas especies florales, mientras que detrás, sobre sendos pies de base cuadrada forrados en damasco rojo con galones dorados, hay dos jarras plateadas del paso de palio de la Virgen del Carmen con las mismas flores.
El estandarte corporativo completa en el lado derecho del presbiterio, donde arranca una de las columnas que culminan en el arco toral del templo, el altar de este último besamanos a la Patrona de la feligresía de Santa Catalina en la que desde hace catorce años es su hogar provisional.




































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