Nuestra Señora de la Salud, de la Hermandad de San Gonzalo, estuvo este fin de semana expuesta en besamanos, en el que es el segundo culto de este tipo que tiene lugar cada año, después del que se celebra a finales de agosto (ver).
Para este besamanos, la Virgen de la Salud vistió el manto de terciopelo rojo bordado en oro por Antonio y Luis Miguel Garduño en 2001, la saya blanca de tisú confeccionada el año pasado por Jesús Rosado con motivo de la Coronación Canónica y un tocado de encaje. Lucía la corona procesional, un puñal, una cruz pectoral, un broche con el escudo de la hermandad y otro con la advocación de la imagen. Ofrecía la mano derecha a los devotos y sujetaba un rosario con la izquierda.
Una fina peana plateada elevaba a la dolorosa, que a su lado tenía varios candeleros con cera blanca y cuatro de las antiguas jarras de su paso de palio, dos de ellas colocadas sobre sendas columnas. Las jarras tenían rosas blancas y claveles rosas dispuestos de forma helicoidal. Además, en los laterales había grandes columnas hechas con las mismas flores.
En el lado izquierdo del conjunto estaba el estandarte corporativo mientras que detrás el altar de la hermandad contaba con más candeleros y jarras. La imagen del Señor en Su Soberano Poder fue desplazada al lado izquierdo, donde recibe culto la dolorosa, y tanto el Señor como San Juan tenían a sus pies flores de tonalidad morada. El espacio central del altar lo ocupaba un estípite de madera dorada con una ancha jarra de plata y diversas flores.
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