lunes, 12 de noviembre de 2018

LA SUERTE DE LA FELIGRESÍA DE LA MAGDALENA CON SU VIRGEN DEL AMPARO


Lo dijo el párroco de la Magdalena, Francisco Román, cuando finalizó la procesión de Nuestra Señora del Amparo: "Hemos tenido la suerte de vivir los cultos a la Virgen y de poder celebrar esta procesión por las calles de la feligresía". Sin duda, los feligreses del antiguo convento dominico de la calle San Pablo pueden sentirse afortunados de contar entre sus devociones con una cofradía de gloria que supone viajar en el tiempo cada vez que se pone en la calle; una gloria entre las glorias que en pleno noviembre sale a las calles para transmitir un mensaje: no estamos solos, María nos acompaña y nos protege como Ella misma lo hace con el Niño que lleva en sus brazos.
Es el mensaje que se volvió a expresar por las calles desde que a las seis menos cuarto de la tarde, y con el sonido del órgano de la Magdalena saliendo al exterior, se puso en marcha el cortejo de la cofradía, formado por cruz de guía entre faroles, parejas de niños con cirios, el llamativo simpecado entre singulares faroles con forma de estrella, las representaciones de las hermandades del Carmen del Santo Ángel, el Calvario, Montserrat, la Quinta Angustia y la Sacramental de la parroquia, más hermanos con cirios, el libro de reglas, un pequeño tramo de cofrades con hachetas, el estandarte corporativo y la presidencia.










La Banda de Música María Santísima de la Victoria, de Las Cigarreras, esperaba en la calle Cristo del Calvario la salida del paso, interpretando el Himno de España cuando la Virgen del Amparo, que estrenaba cetro con el tradicional corazón alado, obra de plata, plata dorada y topacios de Joaquín Ossorio con diseño de Francisco Javier Sánchez de los Reyes, traspasó el dintel de la puerta del templo.
El himno se encadenó con la marcha "Amparo", de Pedro Morales, mientras el capataz Ismael Vargas mandaba la derecha 'alante', izquierda atrás. Hasta que esta composición no finalizó, el paso, que estaba adornado con rosas de color rosa, no se detuvo.














Tras esta primera parada en la calle, el paso se levantó, siempre al cielo, y continuó para girar hacia la izquierda para adentrarse en la calle Canalejas a los sones de "Pasa la Virgen Macarena". Más adelante, entre una gran cantidad de público que rodeaba a la Virgen del Amparo en este inicio de su recorrido, avanzó con la marcha "Amor y Socorro", seguida después por "Al Amparo de María" en el giro a la estrechez de la calle Gravina.
En este punto se encontraba el pregonero de las Glorias 2019, Manuel Martín Fajardo, al que Ismael Vargas quiso dedicar la siguiente levantá, tras la que el paso siguió avanzando por Gravina, ahora con la marcha "María Santísima del Dulce Nombre".






























La Virgen del Amparo continuó hacia la zona del Museo y por Monsalves salió a la calle El Silencio y a Alfonso XII, donde se detuvo ante el Convento de San Gregorio. Posteriormente, recorrió calles como Almirante Ulloa, Herrera el Viejo o San Roque, buscando después San Eloy, a la que llegó con la marcha "La Sagrada Lanzada".
Muchísima gente continuaba acompañando a la Virgen por las calles de la feligresía, adentrándose a continuación en Bailén con "Cristo en la Alcazaba". Costaba avanzar junto al paso por la estrechez de este tramo de la calle, donde se pudo escuchar también "Procesión de Semana Santa en Sevilla". A continuación, tras una parada del paso en la confluencia de Bailén con San Pablo, giró a la derecha para caminar junto a la fachada de la Parroquia de la Magdalena, donde la Banda de Las Cigarreras tocó "Quinta Angustia".
En línea recta, la Virgen del Amparo avanzó hasta la Capilla de Montserrat, cuya hermandad, que había salido del cortejo, esperaba en la puerta con el estandarte corporativo. "Virgen de Montserrat" sonó en su llegada a la capilla de la cofradía del Viernes Santo, aunque fue interrumpida poco después de comenzar al detenerse el paso ante la puerta. En ese momento, los cofrades de Montserrat cantaron la Salve Regina.



































Cumplimentada la visita a la Hermandad de Montserrat, el paso se volvió a poner en movimiento e hizo una lenta revirá con la marcha "Soleá, dame la mano" para encarar la calle Cristo del Calvario, ya de vuelta a la Magdalena.
Tras una parada, se encaminó hacia el templo a los sones de "Bajo tu Amparo", preciosa marcha de Rubén Jordán que, sin embargo, no se pudo escuchar porque alguien decidió que su interpretación por parte de la Banda de Las Cigarreras era el mejor momento para que repicaran las campanas de la parroquia. Afortunadamente, mientras el paso giraba hacia la puerta hubo una segunda interpretación, y con ella las campanas dejaron de sonar, permitiendo al menos escuchar la parte final de la composición. Finalmente, mirando hacia el interior de la iglesia, el paso entró con el Himno de España y el órgano tomó el relevo.














El paso avanzó hasta el presbiterio de la Parroquia de la Magdalena, donde el párroco, que acababa de señalar la suerte de la feligresía al haber vivido un año más la salida de la Virgen del Amparo, dio las gracias a todos los que la habían hecho posible. Por último, todos los presentes cantaron la Salve Regina y minutos antes de las diez menos cuarto de la noche se puso el punto final a la procesión.


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