La Iglesia de Santa María La Blanca acoge desde hoy, viernes, y hasta el próximo domingo el besamanos a Nuestra Señora de las Nieves, que se presenta a los devotos en el presbiterio del templo, a los pies del retablo principal, que está presidido estos días desde el camarín por el simpecado de la hermandad.
Elevada sobre una sencilla peana de madera dorada, la Virgen de las Nieves viste prácticamente como lo hace en su salida procesional del mes de octubre, con manto blanco liso de tisú, saya del mismo material con bordados de oro y toca de sobremanto de malla, mientras que el Niño Jesús tiene también un pequeño traje de tisú. Asimismo, podemos ver las coronas de salida, así como la ráfaga, el cetro y la media luna que también lleva en sus salidas.
Entre la Virgen y el Niño sujetan un rosario, y ambos sostienen también diversas medallas, llevando el Niño además en su mano izquierda una bola del mundo con la cruz. La Virgen en el pecherín tiene prendidos varios broches y en las orejas tiene dos grandes pendientes.
La Virgen de las Nieves está sobre una alfombra cuadrada, mientras que a sus lados hay dos candelabros plateados con siete velas blancas cada uno colocados sobre sendas columnas de madera dorada. En el suelo hay dos centros florales con claveles y anthurium de color blanco; las mismas flores que vemos sobre altos pies de madera con partes doradas y otras pintadas de color blanco. Detrás, un total de veintidós candeleros plateados se sitúan ante el retablo y hay también en el centro una pequeña talla de San Juan Bautista Niño.
Finalmente, en la parte delantera y a un lado y otro del altar se han dispuesto un total de cuatro blandones dorados con cera blanca, colocados dos a mayor altura que los otros dos. Se remata el conjunto con la presencia del estandarte corporativo en el lado derecho del presbiterio.
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