viernes, 15 de septiembre de 2017

EL CORPUS DE SAN BERNARDO RECUPERA EL PASO POR LA FÁBRICA DE ARTILLERÍA


El avance en las obras de restauración y recuperación de la Fábrica de Artillería ha permitido este año a la Hermandad de San Bernardo volver a discurrir por su patio interior en el transcurso de la procesión sacramental que, como es tradicional, la corporación del arrabal celebra cada 14 de septiembre, coincidiendo con la festividad de la Exaltación de la Cruz. Hay que tener en cuenta que una de las titulares de la hermandad es Santa Bárbara, patrona del arma de artillería. De ahí la histórica vinculación entre ambas instituciones.
Así pues, la procesión del Corpus de San Bernardo supuso el reencuentro de la Custodia y el Santísimo con este edificio al que el cortejo se encaminó nada más salir de la parroquia. Ocho niños carráncanos daban inicio a la procesión, seguidos del guión sacramental, varias parejas de hermanos con cirios rojos, el estandarte sacramental, otro tramo de hermanos, el estandarte corporativo, la presidencia y el cuerpo de acólitos.






Manuel y Antonio Villanueva, capataces generales de la hermandad, comandaban el paso de la Custodia, que este año ha presentado como novedad la presencia de tres candeleros con cera roja en cada esquina, en lugar de un solo candelero con cera blanca, como en 2016 (ver).
Una variedad de flores de tonalidades rojas adornaba el paso, que cuenta con la Custodia de metal plateado y estilo neoclásico (Talleres de Isaura, 1858), el ostensorio de salida (anónimo, siglo XVIII), en plata sobredorada y estilo neoclásico; el moldurón (Ramón León, 2012), realizado en plata de ley y estilo barroco; el llamador (Orfebrería Ramos, 2001), de plata sobredorada y esmaltes en estilo neobarroco; los candeleros (Ramón León, 2008), de plata de ley y estilo neobarroco, los respiraderos (Jesús Rosado, 2012), bordados en hilos de oro a realce y sedas de colores; las jarras grandes (Moguel, 1940), de metal plateado; y las jarras pequeñas (Villarreal, último cuarto del siglo XX), de metal plateado.
Al salir del templo, la Banda de Música de la Cruz Roja interpretó el Himno de España, que enlazó con la marcha "El Corpus", partitura con la que el paso discurrió por el atrio del templo, pasando junto al retablo cerámico de la Virgen del Refugio hasta salir a la calle por la puerta situada ante el retablo del Cristo de la Salud.






















Tras una parada, el paso continuó su camino a los sones de "Virgen de los Reyes" hasta adentrarse en la Fábrica de Artillería por la puerta trasera, la que da a la calle Cofia. Después, completamente en penumbra, iluminado el camino sólo por los cirios, los faroles y la luz artificial de la propia Custodia, el paso avanzó por el patio de la fábrica con la marcha "Nuestro Padre Jesús", seguida a continuación por "La Estrella Sublime" para salir por la puerta principal después de sortear una cristalera que obligó a los costaleros a echar los cuerpos a tierra.

























Tras salir a la avenida de Eduardo Dato, el paso con el Santísimo se dirigió hacia el puente de San Bernardo a los sones de "Virgen de los Negritos" y, antes de alcanzar el puente, se desvió hacia la izquierda para continuar por la calle San Bernardo, que recuperó por una noche su ambiente populoso de antiguo arrabal gracias a la hermandad sin la que es posible entender el barrio.












No faltó en esta procesión sacramental la instalación de altares en honor a Jesús Sacramentado. En concreto, se montaron dos: uno de ellos en la calle San Bernardo, presidido por una talla del Niño Jesús de Manuel Ramos Corona; y el otro en la calle Santo Rey, con una cruz por la festividad que se celebraba ayer. Asimismo, hay que indicar que en este 2017 se han cumplido cincuenta años de la fusión de la Hermandad penitencial de San Bernardo con la sacramental de la parroquia.


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