La Hermandad de la Carretería celebró el pasado sábado su tradicional vía crucis con el Santísimo Cristo de la Salud, durante su traslado a la Parroquia del Sagrario de la Catedral para la celebración al día siguiente de la función principal.
Tras los días de quinario de las jornadas anteriores, el inicio del rezo del vía crucis comenzó tras la misa de las siete de la tarde, con un cortejo encabezado por una cruz alzada con manguilla entre ciriales, seguida por dos tramos de hermanos con cirios color tiniebla separados por el estandarte corporativo.
Antes de los cuatro ciriales que antecedían a las andas en las que iba el crucificado de Francisco de Ocampo, figuraba un trío de música de capilla, que acompañaba con algunas piezas el trayecto entre las diferentes lecturas de las estaciones del vía crucis.
El Cristo de la Salud llevaba las potencias con las que sale a las calles cada Viernes Santo y no estaba adornado con ningún tipo de exorno floral, sino que la base de la cruz estaba cubierta por un forro de terciopelo morado.
Tras salir de la Capilla de las Tres Necesidades a la calle Real de la Carretería, el Cristo de la Salud continuó por Rodo, Dos de Mayo, Arco del Postigo y Almirantazgo, para a continuación rodear la Catedral por Fray Ceferino González, Plaza del Triunfo, Plaza de la Virgen de los Reyes, Placentines y Alemanes, saliendo después a la Avenida de la Constitución para entrar en la Parroquia del Sagrario por su puerta principal.
En estas tres últimas calles (Placentines, Alemanes y Avenida), el cortejo del vía crucis discurrió por la parte alta de las gradas de la Catedral en lugar de por la calzada, como ha ocurrido en algunos años anteriores. La entrada en el Sagrario se produjo alrededor de las nueve de la noche y el regreso a la calle Real de la Carretería, tras la función principal celebrada en la mañana de este domingo.
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