domingo, 29 de diciembre de 2024

EL DEBATE DE LAS EXTRAORDINARIAS


Es el debate de cada año. Y en uno como el que ahora termina, más. A riesgo de dejarme alguna, en este 2024 hemos tenido salidas extraordinarias del Cristo de Burgos, el Baratillo, la Salud de San Isidoro, el Inmaculado Corazón de María de la Misión, la Estrella, los Estudiantes y el Pilar, amén de la mal llamada 'magna' del 8 de diciembre y las salidas de la Virgen del Socorro y el Cristo de San Agustín por la exposición de la Catedral. Alguna se me olvida con total seguridad.
Dichas así, todas juntas, parece que el debate tiene fácil respuesta: sí, hay un exceso de salidas extraordinarias. Aunque, si le preguntamos a los hermanos de cada una de estas corporaciones (quizá no de todas), nos dirán que no hay un exceso. Los capillitas jartibles dirán lo mismo, evidentemente. Pero resulta que quien esto escribe, que no es hermano de ninguna de estas cofradías y que, será por la edad, cada vez va siendo menos jartible, considera que no. No hay un exceso de salidas extraordinarias. En absoluto. Otra cosa es que por una misma celebración una imagen salga cuatro, cinco o seis veces. Eso es otro tema. Pero la relación de extraordinarias mencionadas en el primer párrafo no parece excesiva. Unos años hay más y otros menos.
El debate debería ser otro. Quizá lo que deberíamos preguntarnos es si lo que hay es un exceso de lo ordinario, y no de lo extraordinario. Y es que, sin tener en cuenta traslados de idas y vueltas, las salidas extraordinarias de 2024 apenas suman una decena. Pero, ¿qué hay de lo ordinario?
Escribo estas líneas cuando en Sevilla hay hermandades saliendo a las calles con infinidad de desfiles de carteros reales, ensayos solidarios, operaciones carretilla... ¿Las sumamos? Y eso sólo en estos días navideños.
Añadamos, por supuesto, las salidas ordinarias de las hermandades, tanto penitenciales como letíficas y sacramentales, que evidentemente no las vamos a cuestionar. Pero sigamos sumando: vía crucis (incluido el del primer lunes de Cuaresma, que nació precisamente porque la mayoría de las hermandades no celebraban uno propio), rosarios de la aurora, matinales, vespertinos..., las salidas de ida y vuelta del Pregón de las Glorias, cruces de mayo (algunas de ellas de escasa justificación y aún menos interés, y alejadas las más de las tradicionales y emotivas procesiones infantiles de toda la vida), traslados ordinarios a templos de mayor tamaño para los cultos, pasacalles los días previos a algunas salidas procesionales (porque hay hermandades que no sólo salen cuando les toca, sino que el día antes mandan a alguna banda a cubrir el mismo recorrido "anunciando" la procesión)...
Todo lo anterior no es algo extraordinario, sino que se produce todos y cada uno de los años extendiéndose entre enero y diciembre. ¿Hemos sumado cuántos cortes de calles son? ¿Cuántos agentes de policía controlando y cortando el tráfico? ¿Cuántas horas extra hay que pagarles? 
¿De verdad el problema de la saturación que vivimos lo crean las salidas extraordinarias? ¿En serio?

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