La Virgen que talló Antonio J. Dubé de Luque se encontraba en el presbiterio alto del templo, a los pies del altar de culto del Señor de la Sagrada Resurrección, que ha estado presidido por la imagen de la Inmaculada Concepción del colegio La Salle-La Purísima, donde se fundó la hermandad. Dicha imagen presidió en 2012 la vigilia de la Inmaculada en la Catedral (ver).
Nuestra Señora de la Aurora estaba elevada sobre una pequeña peana plateada y vestía un manto liso de terciopelo verde, toca de sobremanto, saya blanca bordada en oro, un tocado de encaje y un fajín rojo con borlones del mismo color y dos entorchados.
Lucía la corona de salida, sujetaba una rosa de pasión con la mano izquierda, en la que tenía un rosario, mientras que en la derecha, la que daba a besar, tenía otro. En el pecherín llevaba una cruz y dos broches, y prendidos del fajín veíamos un broche con el emblema de la orden lasaliana, la medalla de la hermandad y un alfiler con la palabra Aurora. Asimismo, en el lado izquierdo de la saya se colocó otro broche, éste con el escudo de la Hermandad de los Javieres, con la que la Resurrección está hermanada.
Finalmente, el altar presidido ante un dosel por la Inmaculada Concepción había numerosos candeleros con cera blanca, mientras que en los extremos había pequeños doseles con jarras plateadas que contenían azucenas blancas, flores que también estaban en la mesa de altar situada tras la Virgen de la Aurora, a ambos lados de un templete con un relicario.
Por otra parte, durante el besamanos se presentó una nueva saya para la Virgen de la Aurora, bordada en oro y sedas sobre terciopelo rosa, obra del taller de Artesanía Sosa Medrano.
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