sábado, 6 de abril de 2019
EL VÍA CRUCIS DEL BUEN FIN SE CELEBRÓ DENTRO DEL TEMPLO POR LA LLUVIA
La lluvia privó ayer a la Hermandad del Buen Fin de celebrar el vía crucis anual con su crucificado titular llevado en andas por sus hermanos por las calles de la feligresía. Un aguacero muy intenso prácticamente a la misma hora en que estaba prevista la salida, las siete y media de la tarde, descartó otra opción y llevó a la hermandad a dejar al Cristo del Buen Fin en el presbiterio del Convento de San Antonio de Padua, entre cuatro altos blandones dorados con cera blanca y junto a los pasos de la cofradía, ubicados en el lado derecho del crucero.
Tres acólitos portando una cruz alzada de madera dorada y espejos, y dos ciriales se desplazaron por el templo marcando cada estación del vía crucis, que era recitada por un hermano desde el altar, mientras que un fraile franciscano se encargaba de la meditación y la oración. Entre las distintas estaciones, un coro acompañado de música de capilla interpretaba diversos cánticos.
Finalizado el rezo del vía crucis, los miembros de la familia Ariza, que desde 2015 son los capataces de la hermandad, procedieron a colocar a varios hermanos junto a las andas, entre ellos la hermana mayor de la Divina Pastora de San Antonio, María Dolores Benot, para a continuación trasladar al Cristo del Buen Fin hasta los pies de la nave central, donde estaba ya situada Nuestra Señora de la Palma.
En este punto del templo comenzarán esta tarde y se prolongarán hasta mañana, domingo, el besapié al Cristo del Buen Fin y el besamanos a la Virgen de la Palma, culto que culminará con el traslado del crucificado a su paso procesional de cara a un nuevo Miércoles Santo.
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