miércoles, 25 de septiembre de 2019

LA LLUVIA ACELERÓ EL REGRESO A CASA DE MADRE DE DIOS DEL DULCE NOMBRE


El pasado sábado tuvo lugar la salida procesional de Madre de Dios del Dulce Nombre, del Colegio La Salle Felipe Benito, una salida que estuvo marcada por la lluvia que en distintos momentos cayó, aunque de forma leve, hasta que al final arreció y obligó a realizar una entrada precipitada en el colegio lasaliano.
Todo comenzó a las ocho de la tarde, cuando la asociación de devotos anunció que saldría a las calles. El cortejo era breve, formado por varios niños que portaban cirios blancos colocados detrás de la cruz alzada entre faroles. Y antes del cuerpo de acólitos y el paso iba la bandera del colegio.



Durante la procesión, la Virgen del Dulce Nombre, vestida con manto celeste, saya blanca y toca de sobremanto, visitó la Parroquia de Santa María de las Flores, soportando pequeñas lloviznas por el camino. Ya de vuelta, recorrió algunas de las callejuelas más cercanas a la Avenida de San Juan de la Salle, siempre con el acompañamiento de la Banda de Música María Santísima de la Victoria, de Las Cigarreras.
Así, desde la Avenida de Pino Montano, y a los sones de "Esperanza de Triana Coronada", el paso, adornado con lisiantum, nardos, gerberas rosas, lilium y margaritas, dejó atrás las grandes avenidas y tomó la calle Faura.












Desde Faura, calle a la que volvería más tarde, giró con la marcha "La Virgen de los Desamparados" a Quiroga. Esta calle, con sus naranjos colocados a cada lado, dificultó en cierta forma el discurrir del paso, que tuvo que sortear con cuidado la estrechez provocada por las ramas.
Además, en una levantá se cayó una de las potencias del Niño Jesús, que en la siguiente parada fue vuelta a colocar en su lugar y también se aprovechó para fijar mejor la corona de la Virgen, que se movía en exceso. Fue un mínimo contratiempo rápidamente subsanado en esta salida procesional que en lo musical contó en esta calle con la marcha "La Macarena", seguida después por "Sevilla cofradiera" en el giro a Romero, donde nuevamente lloviznó levemente.



























"Alma de la Trinidad" fue la siguiente marcha que interpretó la Banda de Las Cigarreras tras el paso, ahora para tomar la calle Camelia, donde igualmente sonó "Jerusalén", composición que fue interrumpida cuando la Virgen del Dulce Nombre se detuvo antes de adentrarse por la calle Riscos, donde iba a vivirse un momento muy esperado de cada año, con una petalada lanzada desde el inmueble en el que la asociación de fieles tiene sus dependencias.
Pero antes, la Virgen avanzó por Riscos a los sones de "Pureza Marinera" y se detuvo sin que se completara la partitura. Afortunadamente, ahora la banda sí que la tocó hasta el final. A continuación, con "Madrugá Macarena", el paso discurrió bajo las ventanas desde las que se lanzó la petalada, mezclándose así la caída de los pétalos con la de las gotas que volvían a aparecer, aún de forma muy leve.























La Virgen del Dulce Nombre dejó atrás Riscos para salir a un tramo más de Faura, lo que hizo mientras sonaba "Esperanza Macarena", con la que llegó a realizar un segundo giro, ahora a la Avenida de San Juan de la Salle. Aquí, uno de los responsables de la asociación indicó a los capataces, Juan Antonio Álvarez y Antonio Jesús Castaño, que aguantaran un poco el paso, que no corrieran porque iban bien de tiempo. A continuación, sonó "Coronación" tras la Virgen a pocos metros del colegio.












Pero lamentablemente la calma que pedían los cofrades a los capataces en el tramo final de la salida procesional se tradujo en una carrera para llegar lo antes posible, dado que la llovizna que había marcado el recorrido en diversos momentos acabó convirtiéndose en todo un aguacero de importancia que obligó a entrar con rapidez en el recinto del colegio.
La Banda de Las Cigarreras había comenzado a tocar "Aurora, Reina de la mañana", aunque la tuvo que interrumpir cuando, tras atravesar la verja que comunica la entrada principal del colegio con el pequeño patio donde se instala la carpa en la que se monta el paso, la sustituyó por el Himno de España, saltándose así "Mi Amargura", que estaba previsto que se interpretara antes de la entrada.
En silencio recorrió la Virgen del Dulce Nombre el pasillo lateral hasta la carpa, ya cuando la lluvia había vuelto a ser mucho más liviana de lo que había llegado a ser minutos antes.









Eran cerca de las once y media de la noche cuando Madre de Dios del Dulce Nombre, de manera precipitada, volvía a la carpa y se cerraba su salida procesional con el canto de la Salve, que era también el cierre de los cultos que cada año dedica a esta advocación la comunidad educativa del Colegio La Salle Felipe Benito.

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