lunes, 9 de septiembre de 2019

LAS MUJERES DEL CERRO LLEVARON A SU DOLOROSA EN ROSARIO DE LA AURORA


La Hermandad del Cerro del Águila inició ayer los cultos anuales en honor a Nuestra Señora de los Dolores con la celebración del rosario de la aurora, con el que la imagen recorrió algunas de las calles del barrio, portada en todo momento por hermanas de la cofradía y devotas.
Aún era noche cerrada cuando dio comienzo este rosario, a las siete de la mañana, media hora antes que el año pasado. Un cortejo conformado por la cruz parroquial entre ciriales, hermanos con cirios, la representación de la Hermandad del Rocío del Cerro, el propio estandarte corporativo de la Hermandad de los Dolores y el cuerpo de acólitos daba paso a las andas sobre las que iba la Virgen y que estaban adornadas con rosas blancas en el frontal y nardos en las esquinas delanteras. Además, estaban iluminadas por los ángeles de orfebrería con faroles que van entre los varales del paso de palio.
La dolorosa que tallara Sebastián Santos Rojas en 1955 vestía manto de terciopelo burdeos con bordados en oro y saya del mismo color y bordados, obra de Francisco Carrera Iglesias. Asimismo, contaba con una toca de malla bordada en oro y pedrería, y con la antigua corona de plata de ley sobredorada realizada por Villarreal en 1969.
El coro de campanilleros Santo Domingo, de Bormujos, acompañó con sus cánticos este rosario de la aurora, cuyos misterios iban siendo rezados a lo largo del recorrido por grupos de mujeres ubicadas detrás de las andas.
Tras salir de la parroquia, la Virgen de los Dolores tomó la calle Afán de Ribera para girar a la derecha en Francisco Carrera Iglesias y tomar después Lisboa, donde poco a poco el cielo iba iluminándose con el amanecer.
















Por la calle Galicia, el recorrido salió de nuevo a Afán de Ribera, de la que ahora recorrió un tramo que llevó a la Virgen de los Dolores hasta la calle Huesca, que tenía algunas colgaduras que también se vieron en otros puntos del itinerario.
En esta misma calle se llegaron a lanzar algunos pétalos sobre la Virgen, además de producirse dos momentos que se pueden considerar completamente fuera de lugar en un rosario de la aurora. Por un lado, desde el mismo edificio del que se arrojaron los pétalos se lanzaron también algunos cohetes, lo que produjo algunos comentarios negativos de varios de los hermanos que acompañaban a la dolorosa en este culto. Pero es que igualmente fueron inapropiados los aplausos que algunos dieron en este momento y que se intentaron acallar rápidamente.
No acabaron aquí los despropósitos, dado que llamó la atención una pancarta colocada a la misma altura de la vivienda donde se produjo todo lo anterior. Decía "Octava maravilla", una alusión a la Virgen María ciertamente desafortunada, dado que eso supone situar a la Madre de Dios al mismo nivel que siete obras salidas de la mano del hombre, entre las que, además, la Virgen no ocupa el primer lugar, sino el octavo. Alguien debería controlar los mensajitos que algunas personas ponen en las calles por las que va a pasar una imagen devota, costumbre cada vez más extendida, ahora también en los rosarios de la aurora.


















Tras dejar atrás la calle Huesca, y entre una multitud cada vez más numerosa, la Virgen de los Dolores continuó su transitar por el barrio tomando la calle Párroco Antonio Gómez Villalobos, tras la que giró a Diamantino García Acosta para salir a la Avenida de Hytasa, de la que recorrió un breve tramo antes de encaminarse hacia la parroquia por la calle que lleva el nombre de la dolorosa, Nuestra Señora de los Dolores.

































En el tramo final del recorrido de este rosario de la aurora, cuyas letanías se rezaron cuando la Virgen entraba en su calle, la imagen se encontró con otras pancartas, éstas más afortunadas. Finalmente, alcanzó la parroquia y se introdujo en el atrio, donde las hermanas que la portaban fueron dando la vuelta a las andas para que la dolorosa entrara mirando hacia su barrio.
Del breve trayecto por la nave central del templo hasta el presbiterio se encargaron los miembros de la junta de gobierno de la hermandad, que dejaron a la Virgen de los Dolores en el lado derecho, desde el que a continuación presidió la santa misa de las nueve y media de la mañana.

























Los cultos en honor a Nuestra Señora de los Dolores continuarán el día de su festividad litúrgica, el próximo domingo, con la solemne función conmemorativa del XVII aniversario de su Coronación Canónica. Posteriormente, del 19 al 21 será el triduo, mientras que el domingo 22 tendrá lugar la función principal de instituto. Por último, entre los días 28 y 30 la Virgen de los Dolores permanecerá expuesta en besamanos.

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