lunes, 25 de julio de 2022

LA VIRGEN DEL CARMEN DE CALATRAVA VOLVIÓ A LAS CALLES DOS MESES DESPUÉS


La Hermandad del Carmen de Calatrava está viviendo un año muy especial. Hace poco más de dos meses acudía surcando el Guadalquivir a la Catedral para presidir el Pregón de las Glorias (ver) y al día siguiente regresó triunfal a su capilla (ver). Y ayer salió nuevamente a las calles para celebrar su tradicional procesión con la que no sólo se cierran los cultos propios de la hermandad, sino que es el punto final del intenso mes de julio carmelita que se había iniciado tres semanas antes con el besamanos a la Virgen del Carmen del Santo Ángel (ver).
Entre dicho besamanos y la procesión de ayer las distintas hermandades del Carmen han vivido sus días más importantes de todo el año junto a sus imágenes titulares. Y la que lo cierra todo (a la espera de la salida del Carmen del Buen Suceso en noviembre) es la talla de Cristóbal Ramos; una imagen pequeña en tamaño pero grande en calidad artística y devocional; titular de una hermandad con una rica historia.
A las ocho menos diez de la tarde la cofradía se puso en camino con su cruz de guía, el simpecado, un tramo de hermanos con cirios, el libro de reglas, las representaciones de las hermandades del Carmen de San Gil, el Rosario de San Julián, el Carmen Doloroso, los Javieres y Todos los Santos, su propio estandarte corporativo, un grupo de integrantes de la Real Liga Naval Española en Sevilla, la presidencia con el párroco de Omnium Sanctorum, Pedro Juan de Dios Álvarez Barrera, junto al hermano mayor, Pedro Sánchez Pérez, y el cuerpo de acólitos con cuatro ciriales.








A las órdenes de Antonio Santiago, su hijo y sus auxiliares, el paso de la Virgen del Carmen recorrió la capilla desde el altar hasta la puerta, subiendo para ello la rampa que salva el desnivel entre el templo, edificado a una altura inferior, y la calle, que con el discurrir de los siglos ha acabado bastantes centímetros por encima.
Con ayuda desde fuera de algunos de los costaleros que en ese momento no estaban bajo el paso, la Virgen del Carmen salió a la placita situada delante de la capilla, en el inicio de la calle Calatrava. La Banda de Música María Santísima de la Victoria, de Las Cigarreras, tocó entonces el Himno de España seguido de la marcha "Virgen de las Aguas". No fue casualidad la elección de esta marcha, dado que fue un guiño a la Hermandad del Museo, que celebra este año los dos siglos y medio de su dolorosa, tallada por el mismo Cristóbal Ramos autor de la Virgen del Carmen de Calatrava. Tras una parada, el paso continuó hacia la Alameda de Hércules a los sones de "La Estrella Sublime".

















Rosas, claveles y nardos conformaban principalmente el exorno floral del paso de la Virgen del Carmen, que desde la Alameda giró a la calle Lumbreras precisamente con su marcha, "Carmen de Calatrava". En el inicio de esta calle se detuvo el paso, en la confluencia con Jesús del Gran Poder, por la que más tarde pasaría de vuelta.
El hijo de Antonio Santiago tocó entonces el llamador dedicando la levantá a su abuelo, el recordado Manolo Santiago, al que más adelante uno de los capataces auxiliares dedicaría otra. Seguidamente, el paso realizó a tambor la siguiente chicotá en una calle Lumbreras que siempre hace honor a su nombre dejando que la luz del sol ilumine con fuerza a la Virgen del Carmen.






















Con la marcha "Siempre Macarena", la Virgen del Carmen continuó su camino y después volvió a detenerse. En la siguiente levantá, unos de los pendientes que llevaba la Virgen se cayó sobre la mesa del paso, por lo que cuando éste se paró tras una chicotá a los sones de "Procesión de Semana Santa en Sevilla" uno de los hermanos de la cofradía se subió, localizó el pendiente y se lo volvió a colocar a la Virgen, apretando su sujeción, así como la del otro pendiente.
Solventado rápidamente el incidente, la Virgen del Carmen alcanzó la confluencia de las calles Lumbreras y Santa Clara, y giró a la derecha con la marcha "Esperanza Trianera", en dirección al Monasterio de San Clemente.


















Después de una chicotá a tambor, el paso de la Virgen del Carmen se adentró en el monasterio mientras la Banda de Las Cigarreras tocaba la marcha "Nuestra Señora del Socorro". Con ella rodeó por el patio el templo del cenobio de las religiosas cistercienses hasta llegar a situarse frente a la puerta. En el atrio las hermandades que acompañaban a la cofradía hicieron un pasillo con sus estandartes y entre ellos pasó después la Virgen del Carmen para entrar en la iglesia mientras la banda interpretaba "Coronación de la Macarena".
El paso fue conducido hasta el presbiterio, frente al impresionante retablo mayor. Allí, una religiosa dio lectura a un texto de alabanza a la Virgen y después todas ellas cantaron al órgano la Salve.
























Finalizado el canto de la Salve, la cofradía se dispuso a continuar su camino. Para ello, el paso anduvo hacia atrás hasta la puerta y entonces giró para salir de nuevo al atrio y al patio del monasterio. En el momento de la salida, la Banda de Las Cigarreras comenzó a tocar "¿Quién te vio y no te recuerda? Saeta jerezana".













El paso se paró poco antes de salir del recinto del Monasterio de San Clemente, lo que hizo luego a los sones de "Virgen de los Negritos", marcha que la banda interpretó dos veces seguidas (aunque la repetición fue interrumpida) hasta que la Virgen del Carmen giró para adentrarse en la estrechez de Arte de la Seda, el siempre esperado callejón con forma de L que se encontraba adornado con banderolas con los colores carmelitas y algunos mantones en los balcones.
Tras la siguiente levantá, el paso continuó hacia la esquina que dibuja un ángulo recto en este callejón y giró a los sones de "Santa María de la Aurora". En ese momento, cayó una gran petalada sobre el paso, a la que siguió la intervención de un hombre que le cantó a la Virgen del Carmen desde un balcón. Mientras lo hacía, los hermanos encendían los candelabros cuando ya estaba anocheciendo. Después, el paso avanzó con "Jerusalén", llegando prácticamente a la confluencia de Arte de la Seda con Lumbreras.














Con el paso encendido al completo, tanto los candelabros de las esquinas como los que salen de la propia peana, salió de Arte de la Seda y recorrió unos pocos metros de Lumbreras con la marcha "Rosario", con la que llegó a realizar un segundo giro, ahora a la calle Santa Clara, dejando atrás el tramo por el que había pasado antes camino de San Clemente.
Por la calle Santa Clara sonarían después las marchas "Causa de nuestra alegría", composición de Rafael Ruiz estrenada el pasado mes de mayo en la salida de la Virgen de la Alegría (ver), y "La Virgen de los Desamparados"; ésta sonó para girar ante el templo de la Iglesia Católica Ucraniana. Minutos antes, el párroco de Omnium Sanctorum se había acercado al paso para advertir al fiscal que varios miembros de dicha comunidad, encabezados por su sacerdote, estaban en la puerta con una bandera de Ucrania y un estandarte mariano. Le pidió que se parase y que si fuera posible el paso se volviera hacia ellos.
Efectivamente, al llegar a su altura Antonio Santiago mandó la izquierda 'alante' y la derecha atrás, y la Virgen del Carmen se volvió ante el pequeño grupo de ucranianos que se encontraban en este punto y que viven desde la distancia los duros momentos que atraviesa su país debido a la guerra iniciada por Rusia. Todos ellos rezaron la Salve y posteriormente el paso se levantó tras una dedicatoria de Antonio Santiago por el pueblo ucraniano.
Muy cerca, en el edificio de al lado, estaba la siguiente parada, la Comunidad de Hermanas de María Reparadora, que como es costumbre también recibieron en su casa a la Virgen del Carmen. El paso llegó hasta ellas y se giró a los sones de "Virgen del Carmen, Reina de San Juan". Luego, ya con el paso parado, las religiosas cantaron la composición "Eres Estrella" y mientras un hermano aprovechó para subir a colocar la corona de la Virgen, que se había movido.


















Con la marcha "María Santísima del Dulce Nombre", la Virgen del Carmen se marchó de la Comunidad de María Reparadora y luego, con "Aurora, Reina de la mañana", tomó la calle Santa Ana y llegó a entrar en el convento carmelita del mismo nombre, donde la esperaban sus hermanas en la zona de la clausura, desde la que le cantaron la Salve.














Para la salida del convento, la Banda de Las Cigarreras tocó "Sevilla, tu Victoria". Con ella continuó por la calle Santa Ana y, después de una parada, siguió adelante a tambor hasta detenerse junto al Palacio del Infantado. Desde uno de sus balcones le cantó a la Virgen del Carmen, como es habitual, Ángel Díaz.
Posteriormente, el paso se levantó y recibió una gran petalada desde la azotea del edificio ubicado justo enfrente del palacio, momento en que la banda interpretó la marcha "Al cielo la Reina de Triana". Y finalizadas la petalada y la marcha, el paso avanzó con celeridad y a tambor casi hasta el cruce de Santa Ana con Jesús del Gran Poder, calle por la que luego siguió con "Pasan los campanilleros".
















Por Jesús del Gran Poder, la última calle del itinerario hasta llegar a la capilla, continuó la Virgen del Carmen acompañada por las marchas "Saeta cordobesa", "Pasa la Virgen Macarena" y "Reina la Esperanza". Más adelante, el paso salió a la placita ubicada ante la capilla a los sones de "Esperanza de vida", deteniéndose tras ella frente al templo.
"Por los enfermos y por los que necesitan de la Virgen", dijo Antonio Santiago antes de hacer sonar el llamador para que el paso se levantara y girase ante la puerta, lo que hizo mientras la banda tocaba "Corona de Estrellas". De nuevo hubo un significado en la elección de esta marcha. Y es que fue compuesta por quien fuera hermano mayor de San Gonzalo, Bienvenido Puelles, que falleció el pasado sábado.
A continuación, se procedió a realizar la entrada de la Virgen del Carmen en su capilla, interpretando en este momento la banda la Salve Marinera, a la que siguió inmediatamente el Himno de España a las doce y veinte de la noche.














Una vez dentro, el paso fue conducido de nuevo hasta el altar mayor, donde quedó definitivamente detenido, momento en que los presentes, con los miembros de la Real Liga Naval Española en el centro del presbiterio, cantaron la Salve Marinera. Un "¡Viva la Virgen del Carmen!" rubricó la salida procesional del Carmen de Calatrava, y con ella el intenso julio carmelita.


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