Tras su salida procesional del pasado jueves (ver) y la vigilia de la Inmaculada que presidió en la Catedral la noche del viernes, la Pura y Limpia del Postigo, ya en su capilla, estuvo expuesta en besamanos durante toda la jornada del sábado, festividad de la Inmaculada Concepción.
La pequeña talla, atribuida por algunos a Pedro Duque Cornejo y de mediados del siglo XVIII, estaba en el centro de la capilla, sobre una pequeña peana cuadrada forrada en damasco celeste y con sus atributos de orfebrería con los que sale a las calles, tales como la corona y la ráfaga, así como pendientes y la réplica de la Medalla de la Ciudad que esta imagen ostenta por ser una Virgen coronada canónicamente en un acto celebrado en la Catedral el 8 de diciembre de 2000.
Detrás de la imagen se situaron diversos enseres, como las dos jarras de su paso con las mismas rosas blancas con las que procesionó el jueves, algunos elementos de la crestería de dicho paso y ocho candeleros con cera blanca. Además, el retablo estaba presidido por el estandarte de la hermandad.
Por otra parte, en los laterales de la capilla se ubicaron otras dos jarras con margaritas blancas, mientras que en otros puntos de este altar de besamanos a la Pura y Limpia se repartieron más rosas de las que habían adornado el paso procesional en su reciente salida.
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