miércoles, 12 de diciembre de 2018

INMACULADA 2018: AURORA


La Orden Seglar Franciscana de San Pedro de Alcántara celebró el pasado día de la Inmaculada Concepción el besamanos a la Virgen de la Aurora. Se trata del sexto año en que este grupo de devotos expone en besamanos a esta pequeña imagen que recibe culto en la capilla que mantiene abierta al culto en la calle Cervantes y que cada vez es más conocida por los sevillanos.
Para el besamanos de este año, la Virgen de la Aurora se presentó a sus devotos vestida igual que en el del año pasado (ver), con manto azul liso y saya blanca con bordados en oro, añadiendo también una toca de sobremanto. La diferencia estaba en la vestimenta del Niño Jesús, que tenía un traje de tonalidad amarilla.
La Virgen de la Aurora llevaba sus habituales elementos de orfebrería (corona, ráfaga y media luna) y estaba elevada sobre una doble peana plateada a los pies del retablo de la capilla, con su hornacina oculta tras el estandarte de la Orden Seglar. Además, contaba con varios broches y collares, así como un rosario sujeto con el brazo izquierdo mientras mantenía extendida la mano derecha para que los devotos pudieran besarla.
El altar del besamanos contaba con cuatro jarras que contenían margaritas, calas y lilium, todo ello de color blanco. Las jarras ubicadas en los extremos estaban colocadas sobre sendas columnas de madera dorada con fuste cuadrado. Por su parte, las más cercanas a la Virgen estaban en columnas también doradas, pero más altas y con fuste salomónico. Además, estas últimas jarras tenían cada una tres candeleros plateados con cera blanca detrás, al tiempo que sobre el banco del retablo había otros dos candeleros dorados de menor tamaño.






























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