jueves, 20 de diciembre de 2018
LA VIRGEN DE GRACIA Y ESPERANZA DE SAN ROQUE, EXPUESTA EN BESAMANOS
La Hermandad de San Roque concluyó ayer, miércoles, el triduo y el besamanos a Nuestra Señora de Gracia y Esperanza, que como es habitual fue colocada en el presbiterio alto de la parroquia, sobre su peana de besamanos, vestida con el manto procesional y la saya blanca de tisú que también suele llevar en sus estaciones de penitencia de cada Domingo de Ramos.
Lucía la corona de salida, toca de sobremanto y fajín militar de color rojo con borlones dorados y un entorchado. En el pecherín tenía el característico broche de gran tamaño con el escudo de la hermandad y la réplica de la Medalla de la Ciudad. Además, en el fajín llevaba prendido un alfiler con su doble advocación y varias medallas, algunas de ellas de las hermandades de la Virgen de la Sierra, el Beso de Judas y San Benito. La Virgen de Gracia y Esperanza extendía la mano derecha para recibir en ella los besos de los devotos, mientras que con la izquierda sujetaba dos rosarios.
El altar del triduo y besamanos constaba de un cortinaje de damasco rojo que ocultaba el retablo mayor de la Parroquia de San Roque, ante el que estaba el dosel de cultos de la hermandad. Delante de éste se situó la peana procesional de la dolorosa con un trono sobre ella entre guardabrisas plateados.
Alrededor de la Virgen y del dosel se ubicaron diferentes enseres como varias jarras y violeteras del paso de palio con calas blancas y rosas de pitiminí, los candelabros de entrevarales, dos de los faroles del paso de Nuestro Padre Jesús de las Penas y diversos blandones de madera dorada con decoración pictórica de color rojo y cirios blancos.
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