viernes, 14 de diciembre de 2018

LA VIRGEN DE GUADALUPE PRESIDIÓ EN LA CARIDAD LA FUNCIÓN POR SU FESTIVIDAD


Tras el triduo de días atrás, la Hermandad de las Aguas celebró el miércoles la función solemne en honor a María Santísima de Guadalupe coincidiendo con la jornada de su festividad. Para ello, y dado el reducido tamaño de la Capilla del Rosario, la dolorosa del Lunes Santo fue trasladada a la Iglesia de San Jorge, perteneciente al Hospital de la Caridad, donde tuvo lugar la eucaristía.
El inicio del traslado estaba previsto para las ocho menos cuarto de la tarde. Minutos antes, las puertas de la capilla se abrieron dejando ver en su interior a la Virgen de Guadalupe dispuesta sobre las andas delante del presbiterio de la capilla, donde estaba aún montada una parte del altar del triduo con la bambalina trasera, el techo y dos varales del paso de palio.
La Virgen vestía manto de terciopelo azul liso, saya blanca de tisú bordada en oro y la toca de sobremanto procesional. Llevaba además un fajín azul y la corona de salida, y en su pecherín tenía un broche con su advocación, otro con una flor y una pequeña cruz pectoral. Por otra parte, en la mano derecha tenía un rosario y un pañuelo, mientras que en la izquierda sujetaba su característico sombrero mexicano de orfebrería.
Las andas estaban iluminadas con diez candeleros del palio con cera blanca y adornadas con cuatro jarras con flores de tonalidades rosa y blanca, flores que veíamos también en el perímetro de las andas, sobre el baquetón de madera dorada. Los faldones eran rojos con elementos dorados y llevaba el llamador del paso de palio y la réplica de la Rosa de Oro, distinción papal que le fue otorgada la Virgen de Guadalupe de México.








No tardó en salir el brevísimo cortejo de este traslado después de que el capataz Gonzalo Carrión diera las últimas instrucciones a los hermanos que iban a llevar sobre sus hombros a la dolorosa. La cruz alzada entre ciriales iba delante, seguida por el estandarte corporativo y el cuerpo de acólitos con cuatro ciriales.
Tras abandonar la capilla, la Virgen de Guadalupe atravesó el atrio y salió a la calle Dos de Mayo para inmediatamente girar hacia Temprado en dirección a la Caridad por el camino más corto.
















Poco antes de alcanzar la puerta por la que la Virgen de Guadalupe iba a acceder a la Iglesia de San Jorge, las andas se detuvieron y un hermano subió para retirarle la corona, dado que el remate de la reja habría impedido que pudiera pasar.
Acto seguido, el capataz dio la orden a los hermanos a levantar las andas, algo que en ningún momento hizo tocando el llamador, y se procedió a la entrada, para lo que los hermanos tuvieron todavía que bajar las andas sujetándolas con los brazos y no con los hombros.
Una vez dentro del pequeño jardín previo a las instalaciones del centro hospitalario creado por Miguel de Mañara, el mismo hermano que momentos antes había retirado la corona volvió a subir para devolvérsela a la Virgen.














Para llegar a la iglesia sólo quedaba subir los escalones hasta la puerta, lo que, tras hacerlo, dio paso a una parada aún en el exterior, pero mirando ya hacia el imponente templo y a su impresionante retablo mayor.












La marcha "Nuestra Señora de Guadalupe" recibió a la dolorosa de la cofradía de las Aguas en el momento de entrar en San Jorge y recorrer la nave central. La composición de Antonio Pantión salía del órgano de la iglesia.
Ya en el presbiterio, las andas se situaron en el lado derecho, desde el que la Virgen de Guadalupe iba a presidir la misa en su honor, oficiada por el director espiritual de la hermandad, Gregorio Sillero Fernández.









Después de la función solemne, que dio comienzo a las ocho y media de la tarde, la Virgen de Guadalupe regresó a la inversa por el mismo recorrido hasta la Capilla del Rosario, donde Sevilla, México y Extremadura se unen devocionalmente en torno a una imagen de dolorosa.

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