martes, 22 de octubre de 2019

BESAMANOS BAJO PALIO A LA VIRGEN DEL ROSARIO DEL POLÍGONO DE SAN PABLO


El pasado fin de semana se celebró en la Parroquia de San Ignacio de Loyola el besamanos a Nuestra Señora del Rosario Doloroso, de la Hermandad del Polígono de San Pablo, que se presentó a los devotos bajo su palio en el presbiterio del templo, con las caídas y el techo, y entre sus doce varales.
La dolorosa de Álvarez Duarte se encontraba vestida con manto liso de tisú blanco, toca de sobremanto bordada en oro sobre malla, tocado dorado y la nueva saya estrenada días atrás, confeccionada por José Librero Fernández utilizando para ello piezas de un antiguo traje de torero colocadas sobre mikado de seda de color blanco. Asimismo, llevaba fajín militar rojo con borlones del mismo color y tres entorchados, y su corona de salida.
En el pecherín tenía un puñal, un broche con su advocación y una cruz pectoral, entre otras joyas. Del propio fajín también colgaban varias medallas y en la mano izquierda sujetaba una rosa de pasión de orfebrería dorada y dos rosarios, mientras que la derecha, en la que tenía otro rosario, era la que daba a besar.
En las esquinas del palio había cuatro candelabros; los dos delanteros pertenecen a la Hermandad de Cuatrovitas de Bollullos de la Mitación y los traseros son del Carmen de San Pablo. Al fondo, ante un cortinaje rojo de damasco, se colocó el dosel de cultos del Cautivo de San Ildefonso y delante de éste se ubicaron dos tallas que representaban a santos dominicos, como son Santo Domingo de Guzmán y Santa Catalina de Siena. En realidad, el primero es un santo prestado para este fin a la hermandad por el Convento de las Trinitarias, mientras que la santa era la talla de María Magdalena de la Hermandad del Beso de Judas. Ambos fueron revestidos como los mencionados santos dominicos para recrear, junto con la dolorosa, el misterio de la entrega del rosario por parte de la Virgen a Santo Domingo.
Completaban el montaje del besamanos el estandarte corporativo en el lado derecho y los cuatro varales de la antigua carreta de la Hermandad del Rocío de Triana rematados con flores de diversas especies y muy variadas tonalidades que también se encontraban en los laterales de los escalones que permitían llegar hasta la Virgen del Rosario.
































No hay comentarios:

Publicar un comentario