miércoles, 9 de octubre de 2019

EL BESAMANOS ABRIÓ LOS CULTOS A LA VIRGEN DEL ROSARIO DE LA MACARENA


Nuestra Señora del Santo Rosario es la protagonista del mes de octubre en la Hermandad de la Macarena, que es cuando se concentran sus cultos anuales. Éstos dieron comienzo los pasados sábado, domingo y lunes con su besamanos, y con la misa solemne celebrada el mismo lunes, día de su festividad.
Para estos cultos, la Virgen del Rosario se presentó a los devotos en el presbiterio bajo de la Basílica de la Macarena, colocada sobre uno de los escalones sin peana alguna, al margen de la que tiene la propia imagen en forma de nube y con cabezas de querubines.
Vestía manto rojo bordado en oro y saya blanca, así como una toca de sobremanto de malla. Llevaba además la ráfaga, la corona, el cetro y la media luna, conjunto de orfebrería con el que sale a las calles en su procesión del último domingo de octubre y que acaba de ser limpiado y dorado por Artenikel. También tenía una cruz pectoral, unos pendientes y un rosario con cuentas de color verde que era sujeto por la propia Virgen y por el Niño que duerme en sus brazos, y que contaba con una túnica blanca y corona dorada, ésta también recién restaurada.
Los dos ángeles mancebos que habitualmente se encuentran en los laterales de su retablo flanqueaban a la Virgen del Rosario y precisamente sujetaban en sus manos sendos rosarios. Y más hacia los extremos, sobre altos pies de madera tallada y dorada, había unas pequeñas jarras con rosas de color rosa y varas de nardos, flores que también veíamos delante de la Virgen, a un lado y a otro.
Al fondo, en los laterales se dispusieron dos mesas con frontales de plata sobre las que se alzaban varios candeleros de cirios blancos, bandejas y más rosas. Y a los pies del camarín de la Virgen de la Esperanza se ubicaron otros diez candeleros y dos jarras del paso de palio con las mismas flores.


























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